Diálogo madurescente frente al mar






Primer principio maduresceste: Voy a sentar cátedra, dice Tomás, después de darse cuenta que durante muchos años ha moderado mesas redondas, ha dado la palabra a otros, ha coordinado a expertos en diferentes campos, ha dirigido equipos... Ahora opino yo, afirmo, argumento, describo, cuento!!!


Y volvemos al tema de la transmisión de conocimiento tácito,  del que tiene que ver con la experiencia y que es ahora nuestro "valor": llevo casi 30 años trabajando en Recursos Humanos, he vivido todas las modas... y en el mundo de la formación permanente, me inicié intentando replicar el modelo universitario, clases magistrales, gurús de lo que sea, pasando por inspirarnos en el método del caso de Harvard, convirtiendo en dinámica de grupos toda actividad formativa, pasando por abusar del e-learning... hasta llegar a la segunda década del siglo XXI y empezar a hablar de coopetición, colaboración, cooperación, crowdsourcing, sharismo, inteligencia colectiva y todos los conceptos que circulan alrededor del empleado 2.0 prosumidor ante todo.


Ahora yo pinto lo que quiero, sigue diciendo Tomás, que empezó pintando figurativo y... míralo ahora.


Y ese "lo que quiero" tiene que ver con la seguridad que da esa acumulación de experiencia. Y esa experiencia acumulada nos permite no sobrevalorar nuestros logros que en muchas ocasiones son fruto de nuestra insistencia y nuestra historia.


Hablamos también de nuestra manera de aprender en la madurescencia: El hecho de sumergirte en un mundo nuevo, desconocido (si quieres vivir una etapa nueva de tu vida, debes hacer cosas nuevas...) te vuelve sensible a "descubrir" nueva información, a conectar conocimiento, a ampliar continuamente el alcance de tu mirada...


Otra importante decisión madurescente: la mejor manera de aprender es enseñando y si tienes que enseñarlo tienes que ser el mejor. El convertirnos en formadores supone un estímulo permanente, un acicate para el aprendizaje permanente... la mejor manera de estar vivo, de estar "entusiamado" que como indica su etimología significa "tener un dios dentro" "en"+"theos". Y eso será lo que nos permitirá tener "Charisma" o sea "gozar de la gracia de los dioses".



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