Todos estamos recuperándonos de algo: madurescencia y heridas que se cierran





Los días que vivimos nos empujan a la desconfianza. Todos tenemos la mosca detrás de la oreja rodeados de mentirosos y tramposos que para más INRI gobiernan nuestras vidas y deciden sobre lo que nos conviene y de otros pícaros más pequeñitos, que viven cerca nuestro,  sobreviviendo de pequeñas triquiñuelas, y que nos devuelven a la España de pandereta y miseria de la que salimos por pocas décadas. 


Políticos recolocados, vendedores de humo, gurus de la fórmula de la felicidad y el bienestar, vividores de pasadas glorias tal vez inexistentes, cuentistas y trapisondistas, surgen como setas por doquier y enrarecen aún más si cabe el ambiente de pesimismo y tristeza que nos rodea.


Y a situaciones de lacerante desempleo le llamamos "emprendeduría", a los contratos basura en los que se nos  discrimina por edad: "interim manager", a los contratos por obra o servicio de toda la vida... "gestión por proyecto", ... como siempre creando nuevos eufemismos para disfrazar nuestras vergüenzas.


Me siento algo alejada de jóvenes reivindicaciones en forma de acampadas, pero asisto emocionada a la revolución madurescente... 


A mi alrededor, cada día más compañeros de generación, "inventan" vidas alternativas, actitudes éticas, reformas y revisiones de hábitos y creencias, luchas sordas y escondidas "antisistema" que tienen que ver con otra forma de trabajar y relacionarse, otra forma de consumir y gozar de uno de los momentos de más abundancia y bienestar de la historia de la humanidad, le pese a quien le pese y enfrentando esta "recesión" que se empeña en que volvamos a la obediencia ciega, a vivir atemorizados en catacumbas sociales y culturales...


Para muestra un botón: Leo en La Contra de La Vanguardia de hoy sábado 2 de junio



Mario Moretti (Geox): Un optimista
Es raro encontrar un empresario optimista en los tiempos que corren; no digo que no los haya, pero están calladitos. Curiosamente, Moretti piensa como los antisistema: tras la crisis este mundo será mejor, pero no por el derrumbe que auguran algunos, sino por una buena recolocación de la economía ante la globalización; una Europa confederada, libre mercado mundial con las mismas reglas para todos. Me lo dice sentado en un taburete, frente a sus nuevos zapatos impermeables que respiran, en la tienda Geox que acaba de inaugurar en Barcelona, mientras me tiende una foto de su casa ("Venga a visitarnos cuando quiera"). Villa Sandi es una mansión del 1600 donde su familia elabora vinos.



El mundo será mejor si los que entramos en una #madurescencia que todo se lo cuestiona, en la que los modelos del pasado ya no nos sirven para ser felices, los "maduros" en reconstrucción que somos legión, levantamos la mirada, miramos más allá de las pequeñeces que nos rodean y nos ponemos a trabajar.













Comentarios

  1. Me gusta, Laura, la visión realista que propones porque no se trata de un deseo o un proyecto, es la realidad:
    Los maduros, como tú y como yo, miramos al mundo que nos rodea y como no nos gusta ¡nos ponemos a trabajar!

    Trabajar con la familia (por si acaso hijos y nietos y demás familia se miran en nuestro espejo), trabajar buscando trabajo y sin dejar de trabajar (porque como elegimos libertad en lugar de seguridad, ser nosotras mismas en lugar de vendernos al mejor postor) porque hay que comer cada día,trabajar con los amigos (para darles apoyo y para apoyarnos en ellos, para disfrutar juntos, para construir equipo ...), trabajar con nosotras mismas (tratando de ser cada día mejores personas), trabajando con las nuevas tecnologías (y desarrollando "pulgar" y neuronas poco usadas), trabajando socialmente (porque seguimos cuanto movimiento social que pretende hacer un mundo mejor), trabajando en lo político (porque sabemos que desde que nos levantamos y vivimos en sociedad y pensamos y nos expresamos, hacemos política)..

    Sí, Laura, los fantásticos madurescentes ¡¡no paramos!! Un beso
    Flor

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