Fragilidad y Fortaleza en la Madurescencia


Fui a ver Todos tenemos un plan, película estupenda y compleja, con un guión no del todo bien resuelto, con paisajes muy sugerentes y la bellísima mirada de Viggo Mortensen en su centro. Una frase de la película ha martilleado en mi cabeza toda la noche: Todos tenemos el mal adentro. 

Porque es curioso como nos vivimos a nosotros mismos, esa dualidad contradictoria que nos recorre. 

Cuando alguien me hace un reproche, el corderito que llevo dentro mira reprobatoriamente a mi lobo potente y emprendedor, que a su vez me castiga duramente cuando fallo en cualquier cosa y, de nuevo es mi dulce cordero el que perdona mis errores. 

No siempre consigo que emerjan buenos sentimientos y en ocasiones noto en el fondo del paladar la amargura del rencor o la envidia, y sube hasta mi boca el gusto agrio de los celos o la cólera.

Con los años he aprendido a detectar esos impulsos y aún sintiéndolos y viviéndolos con intensidad, a ponerlos frente a mí, como si tuviera delante un espejo para poderlos analizar y así, neutralizarlos. 

No siempre lo consigo, estoy perfeccionando la técnica de extrañamiento, pero mi corderito infantil, vulnerable y frágil, se deja invadir de nuevo por esos sentimientos negativos que son como un bumerang que sólo a mí dañan.

Mi lobo impetuoso y agresivo está pagado de sí mismo y eso le hace mirar confiadamente por encima del hombro a los demás hasta que consigo que mi cordero derrame amor y admiración para neutralizar esa prepotencia tan perjudicial.

En esa lucha encarnizada entre el egoísmo y la generosidad, los roles van cambiando y son ambiguos y hasta contradictorios y hacen de la convivencia conmigo misma, la más difícil de las convivencias...

Comentarios

  1. Gracias por el regalo de tus reflexiones, son perfectas para ir mejorando...

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  2. Gracias por compartir tus reflexiones, son perfectas para ir mejorando...

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  3. Gracias por el regalo de tus reflexiones, son perfectas para ir mejorando...

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  4. Ya sabes esta historia... :-)

    "Una tarde un viejo Cherokee le contó a su nieto de la batalla que los seres humanos libramos dentro de nosotros diciendole:
    -Hijo mío, la batalla es entre dos lobos que viven dentro de nosotros. Uno es la maldad, la rabia,la envidia, los celos, la tristeza, el arrepentimiento,la avaricia, la arrogancia, la autocompasion, la culpa, el resentimiento, la inferioridad, el falso orgullo, la superioridad y ego.
    El otro es la bondad, la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la serenidad, la humildad, la amabilidad, la benevolencia,
    la empatia, la generosidad, la honestidad, la sinergia, la compasion y fe.
    El nieto lo pensó por un minuto y preguntó: -Abuelo, ¿Cuál lobo gana?
    El viejo Cherokee simplemente respondió: -El lobo que alimentes, hijo mio.

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  5. Yo también estuve reflexionando mucho sobre la película en mi viaje en tren de vuelta a casa.
    A pesar de como tu bien dices al guion le faltan hilos por tejer, el resultado es que más allá de ser un film y disfrutarlo como buen cine, lo importante es que después te sigue hablando.
    Toda la estrategia humana individual tendría que estar centrada en tu propia amenaza y saber lidiar entre el bien y el mal. Conocedores de nosotros mismos y nuestras amenazas...quizás de una vez por todas la humanidad saldría ganadora de un mundo mejor y más justo.

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