Conocimiento tácito y cultura madurescente

Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y esa, sólo esa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas. Pablo Neruda

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Siempre hemos tenido que adaptarnos a estructuras y engranajes que primaban los beneficios sobre el bienestar de las personas. Nos escondíamos detrás de lo que los jefes de personal llaman "posiciones", cajas en las que domeñar la creatividad y la espontaneidad en el trabajo, puestos en los que atrincherarse hasta que la jubilación nos separe.

Las organizaciones del siglo XX operaban a partir de identificar cuáles eran los mejores procedimientos para la producción de bienes y servicios y luego, cuando esos procedimientos quedaban fijados, buscaban a los mejores trabajadores para adaptarse a esos procesos previamente diseñados.

Pero las grandes transformaciones que están viviendo las organizaciones del siglo XXI requieren de trabajadores que cambien y mejoren constantemente esos procesos estandarizados hace tiempo y se anticipen a las siempre nuevas demandas de los clientes y usuarios. Las organizaciones que deseen tener un futuro precisan de trabajadores que piensen, reflexionen e innoven continuamente, trabajadores autosuficientes que puedan decidir por sí mismos qué es lo más conveniente en cada momento.

La organización, en este sentido, debe centrarse en el resultado que desea obtener y dejar que sea el trabajador quien decida sobre el proceso para llegar hasta ese resultado. Trabajadores con recorrido, que conozcan bien al cliente y hayan establecido con él una relación de confianza, trabajadores expertos que se anticipen a los problemas por la experiencia acumulada. Trabajadores que sepan medir el riesgo de una determinada decisión.

Activos y capaces, los trabajadores sénior pueden desarrollar un alto nivel de autosuficiencia unido a una gran conciencia de la responsabilidad y el compromiso. Recorrida una parte del camino, apetece disfrutar del entorno, explicar lo vivido, conocer nuevos atajos para llegar a un nuevo destino, iniciar nuevos viajes llevando en la mochila sólo lo que sabemos imprescindible.

Conocedores del daño que la rutina, la rigidez estructural y la falta de comunicación causa, apetece sembrar pensamientos en los demás que nos devuelvan la fe en que podremos dejar el mundo un poquito mejor que como lo encontramos. 

En red, sin estructura seguramente, juntando esfuerzos cuando sea necesario, retirándonos a madurar esa idea en soledad cuando lo precisemos, pidiendo ayuda o dando soporte... los Golden Workers buscamos trabajo, buscamos empresas que quieran cambiar el mundo.



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