Empezar otra vez

Las decisiones por impulso, sin cálculo, o sea la mayoría de las que tomamos, suelen ser buenas decisiones.
Así, hace quince días, cuando sentí toda la presión de las navidades cercanas, decidí pasar los primeros días del año lejos de casa, en un entorno diferente que me permitiera de verdad hacer el imprescindible punto y aparte del paso del 2012 al 2013.
Y aquí estoy, en Palma, en casa de Tona, frente a la bahía, tres días de pausa para ordenar mis cosas y renovar mis armarios interiores.
Me gusta oír hablar en mallorquín porque conserva tantas expresiones cuasi medievales, que las conversaciones parecen cantadas, trobas llenas de palabras redondas.
Y mientras devoro un tortell reviso de nuevo planes y propósitos y vuelvo a tomar decisiones impulsivas.


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