Transiciones: De Empleados a Socios. Un nuevo escenario para RRHH.
No tiene sentido contratar a personas inteligentes y después decirles lo que tienen que hacer. Nosotros contratamos a personas inteligentes para que nos digan qué tenemos que hacer. Steve Jobs
Creo que ya ha llegado el momento de que la "persona" vuelva a ser en centro y la razón de existencia de Recursos Humanos. El individuo, el artesano, el ciudadano, los profesionales que libremente se asocian para conseguir un objetivo, para poner en pie un proyecto.
Entramos en un período "bisagra" de tránsito del mundo industrial al mundo digital. En el fiel de la balanza, los departamentos de Recursos Humanos oscilan entre el control férreo de la plantilla y la gestión de profesionales autónomos independientes con pocas posibilidades de sentirse comprometidos con la organización.
Después de un largo período de fusiones y adquisiciones, en el que parecía el colmo de la buena fortuna ser comprado por una multinacional extranjera, entramos en un nuevo escenario en el que primará la individualización y donde el papel de RRHH pasa a ser un servicio a los profesionales sean internos o externalizados.
Pocas fusiones o absorciones han sido positivas para el individuo. Suponen particiones, divisiones, rupturas organizativas que provocan en muchos profesionales dolor, sentimiento de pérdida, incertidumbre, empujones entre posiciones coincidentes, etc.
Y para los departamentos de RRHH tampoco han sido tránsitos sencillos: enfrentamientos entre líderes de las diferentes organizaciones, choques culturales, problemas de reubicación, reducción, traslado de plantillas...
Poco se ha invertido en los últimos tiempos en fomentar la colaboración, aligerar el peso de la estructura, empoderar a los trabajadores para que incrementaran su compromiso con la organización.
En lugar de crear empresas mastodónticas, poco ágiles, sin cintura para adaptarse al cambio constante, atrapadas en estructuras jerárquicas inamovibles, parece más acertado funcionar en red, asociarse con partners ágiles y livianos para la consecución de un objetivo concreto y común, para la ejecución de un proyecto innovador que no suponga sumisión ni dependencia a ninguna de las partes, socios libres que aúnan esfuerzos y establecen relaciones de igual a igual.
Cambian los modelos de negocio, son referentes de éxito empresas como Amazon o Uber. Cambian estructuras y relaciones y RRHH debe estar atenta a esta transformación y no sólo contribuir destruyendo empleo en aras del abaratamiento de costes que trae la tecnología y la robotización.
Crece la "economía colaborativa" que como dice Albert Cañigueral sitúa a las personas en "modo de producción ciudadano", convierte a las personas en agentes económicos que ponen en valor lo que tienen, lo que saben o lo que les gusta y deciden cómo realizar sus intercambios, o bien con dinero, por trueque, con monedas alternativas o donándolo. Se trata de una producción de uno en uno: un asiento de un coche, una habitación, un objeto que ya no utilizan, una entrada en un blog, cinco euros para un proyecto financiado por crowdfunding...
Y el marco de la transacción pasa a ser de una empresa a una plataforma digital.
El talento huye de las grandes empresas y se refugia en pequeñas startups, en espacios de coworking donde la colaboración y la coopetencia es posible.
Y a las empresas del siglo XX les queda una misión por cumplir: convertirse en Academias, en Escuelas de Negocio donde los nuevos trabajadores adquieran las habilidades que requieren los nuevos modelos de negocio. De la misma manera que invierten en maquinaria y en robots, las empresas deben invertir en sus empleados y en sus colaboradores y dotarles de las herramientas necesarias para desarrollar nuevas competencias y mantener su empleabilidad. La "empresa que aprende" debe ser la "empresa que enseña", debe ser el lugar del aprendizaje.
Las empresas deben ser la plataforma que fomente la colaboración en red, el intercambio de conocimiento y experiencia, las sinergias entre proyectos similares o complementarios. RRHH debe crear esas redes por las que circulen las nuevas ideas, en las que compartir conocimiento, en las que intercambiar bienes y servicios, en las que humanizar el trabajo.
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