Dejar de navegar y subirse a la nube

Me gustan los mapas. Aunque no conozca los países que reflejan y contengan nombres impronunciables. Me gustan los planos de las ciudades y los nombres sugerentes de los próceres locales en sus calles (de hecho colecciono planos de ciudades en las que he estado). Me gusta mirar un planisferio y recorrer mentalmente paisajes desconocidos llenos de literatura. Me gustan los mapas mentales, los diagramas de flujo, las espinas de Isikawa y todo lo que pretende ordenar nuestros particulares caos interiores.


Me gustan los planos del metro Empiezo a aprenderme el de Madrid y hoy lo he vuelto a hacer: cambios de línea, transbordos varios (riesgo, vértigo) hasta llegar al AVE que me lleva a Valladolid y que tiene algo de fluvialhttp://en.wikipedia.org/wiki/Ishikawa_diagramorque apenas se mueve aunque diga el letrero que vamos a 180 Km po hora y subiendo. Así que tengo esa sensación tan extraña de estar llegando a Valladolid por tierra, mar y aire como decía un viejo programa de televisión que hablaba del ejército ¿Cuantos años debe hacer de eso? Más de 30.

Me gustan los mapas imaginarios con nombres poéticos para ciudades antiguas o inventadas, los mapas antiguos, muy antiguos rodeados de monstruos marinos y nieblas misteriosas.   Por la ventana del tren veo ahora una bellísima estampa de toros negrísimos pastando en el monte entre amarillos y verdes a pocos kilómetros de Madrid.  El AVE invita a la ensoñación, a dejarse llevar por la corriente de pensamiento, el fluir de la conciencia que ya pasó de moda, y que hemos sustituido por la navegación superficial y sin rumbo por internet. Me piden una sesión sobre gestión del tiempo en internet y me viene a la punta de la pluma un título: Dejar de navegar y subirse a la nube: Economía del tiempo en internet.  Y eso hoy 21 de junio que es el día más largo del año y que yo voy a 250 kilómetros por hora hacia el oeste para que mi día aún dure más.



Comentarios

Entradas populares