R Evolución Re Invención social... midlife: una semana
Es lo que tienen los domingos... Superada la resaca de un sábado analógico y desvirtualizado, el día deviene un remanso reflexivo de lectura (hoy tocaba El Consejo), escritura y twitter... donde lo mejor que he leído hoy es de Nietzsche tuiteado por @EuSaa: Cuanto más nos elevamos, más pequeños parecemos a los ojos de los que no saben volar.
Y entro en el lunes que me cura de todas las inseguridades porque hay que echarle agallas a la semana: Intensa jornada en Madrid dedicada a las entidades financieras. Intensa quiere decir positiva, creativa, prometedora, interesante, organizando el otoño, lo que tiene la virtud de tranquilizarme frente a la agitación del domingo. A mediodía, como cerquita de la calle Orense, pienso que trabajar me tranquiliza ¿será normal, bueno, malo...?
El AVE de vuelta a Barcelona va lleno, es el de las 20:30 h que para hasta en Calatayud. He pasado en Madrid 11 horas de las que he pasado dos en metros, metros ligeros y otros medios de transpote intentando evitar el taxi y el caos circulatorio de Madrid.
En el AVE tengo tiempo de sobra para repasar la jornada: Siempre, detrás de cada organización, de cualquier empresa, encuentro miradas, individuos que me miran buscando tal vez respuestas a dudas existenciales en momentos como este llenos de incertidumbre. Empieza cualquier sesión de las muchas que he tenido este último mes (otro descubrimiento de mi vida como autónoma: en junio y julio hay que trabajar el doble porque agosto no existe) y acabo siempre tropezando con las miradas de cada uno de ellos, seres únicos e irrepetibles que me escuchan desde su singularidad.
Hoy he puesto al inicio a Eric Whitacre buscando que las voces llenaran un auditorio demasiado grande, que los asistentes no solo cruzaran miradas entre ellos y conmigo, que aunque sólo fuera por un momento notaran el estremecimiento que produce oír cientos de voces ensambladas a través de internet... pura magia, como lo que suele producirse cuando una comunidad funciona.
El resto de la semana transcurre plácido con mañanas de trabajo y tardes evisando proyectos y materiales.
Pero esta semana ha sido también la semana de la luna. La vi casi llena iluminando los Campos de Castilla en el AVE, campos que yo contemplo sorprendida porque últimamente sólo disfruto de la naturaleza desde el AVE, hasa ese punto me he convertido en un animal urbano. Y no me quejo. Me gusta y mucho la ciudad, es estimulante. Como es estimulante viajar en AVE y las pequeñas historias que se desarrollan siempre vía móvil a 300 km por hora y que se comparten. Me divierte. Quiero creer que el AVE es como Facebook, espacio de extimidad donde da lo mismo que el vecino de butaca asista a la bronca con el jefe o con la pareja porque podrá cambiar el escenario pero yo soy siempre yo.
Y finalmente ayer, después de una tarde pagada a una pantalla, salgo a mi terraza, (ha comenzado el verano) y me tropiezo con una inmensa luna llena roja que muy lentamente va entrando en eclipse y transforma mi noche que ya no dedico a trabajar y me paso a la placentera contemplación.
Los días reflexivos me asustan un poco..., la acción, la proactividad, el esfuerzo, me apartan de mí misma y me distraen lo suficiente como para seguir hacia delante. Cuando me paro, me parece que estoy al borde de un precipicio en el caeré si me descuido... Y en eso paso las horas paseando rozando el abismo, replanteándome una y otra vez quién soy, cuál es mi gracia y qué puedo ofrecer, tal como recomiendan todos los libros y artículos de marca personal que he leído últimamente.
Y entro en el lunes que me cura de todas las inseguridades porque hay que echarle agallas a la semana: Intensa jornada en Madrid dedicada a las entidades financieras. Intensa quiere decir positiva, creativa, prometedora, interesante, organizando el otoño, lo que tiene la virtud de tranquilizarme frente a la agitación del domingo. A mediodía, como cerquita de la calle Orense, pienso que trabajar me tranquiliza ¿será normal, bueno, malo...?
El AVE de vuelta a Barcelona va lleno, es el de las 20:30 h que para hasta en Calatayud. He pasado en Madrid 11 horas de las que he pasado dos en metros, metros ligeros y otros medios de transpote intentando evitar el taxi y el caos circulatorio de Madrid.
En el AVE tengo tiempo de sobra para repasar la jornada: Siempre, detrás de cada organización, de cualquier empresa, encuentro miradas, individuos que me miran buscando tal vez respuestas a dudas existenciales en momentos como este llenos de incertidumbre. Empieza cualquier sesión de las muchas que he tenido este último mes (otro descubrimiento de mi vida como autónoma: en junio y julio hay que trabajar el doble porque agosto no existe) y acabo siempre tropezando con las miradas de cada uno de ellos, seres únicos e irrepetibles que me escuchan desde su singularidad.
Hoy he puesto al inicio a Eric Whitacre buscando que las voces llenaran un auditorio demasiado grande, que los asistentes no solo cruzaran miradas entre ellos y conmigo, que aunque sólo fuera por un momento notaran el estremecimiento que produce oír cientos de voces ensambladas a través de internet... pura magia, como lo que suele producirse cuando una comunidad funciona.
Eclipse del 15/06/2011 |
Pero esta semana ha sido también la semana de la luna. La vi casi llena iluminando los Campos de Castilla en el AVE, campos que yo contemplo sorprendida porque últimamente sólo disfruto de la naturaleza desde el AVE, hasa ese punto me he convertido en un animal urbano. Y no me quejo. Me gusta y mucho la ciudad, es estimulante. Como es estimulante viajar en AVE y las pequeñas historias que se desarrollan siempre vía móvil a 300 km por hora y que se comparten. Me divierte. Quiero creer que el AVE es como Facebook, espacio de extimidad donde da lo mismo que el vecino de butaca asista a la bronca con el jefe o con la pareja porque podrá cambiar el escenario pero yo soy siempre yo.
Y finalmente ayer, después de una tarde pagada a una pantalla, salgo a mi terraza, (ha comenzado el verano) y me tropiezo con una inmensa luna llena roja que muy lentamente va entrando en eclipse y transforma mi noche que ya no dedico a trabajar y me paso a la placentera contemplación.
Comentarios
Publicar un comentario