El post del domingo: reencuentro madurescente
Apenas hay sorpresa..., la mirada es la misma, tal vez el peso del paso de los días aquieta nuestros gestos y las pausas entre frase y frase. Pero somos las mismas que pasearon por el Blvd Saint-Michel hace quince años haciendo novillos de un congreso sobre la Administración Pública lleno de ministros africanos.
La sorpresa surge al comprobar la virulencia de nuestras madurescencias apasionadas, esa capacidad que tenemos de poner nuestro pequeño mundo patas arriba una y otra vez en la ardua búsqueda de nuestro lugar en el mundo.
Y aún ahora decimos aquello que nos mantiene alerta... "Cuando seamos mayores..." o esa frase tan beta, tan madurescente: "Aún no sé qué quiero ser..."
Y retomamos la conversación, después de la puesta al día, en el punto en que la dejamos hace seis años, que ese es el maravilloso misterio de la amistad.
Carmen, estamos "on the road", como siempre.
La sorpresa surge al comprobar la virulencia de nuestras madurescencias apasionadas, esa capacidad que tenemos de poner nuestro pequeño mundo patas arriba una y otra vez en la ardua búsqueda de nuestro lugar en el mundo.
Y aún ahora decimos aquello que nos mantiene alerta... "Cuando seamos mayores..." o esa frase tan beta, tan madurescente: "Aún no sé qué quiero ser..."
Y retomamos la conversación, después de la puesta al día, en el punto en que la dejamos hace seis años, que ese es el maravilloso misterio de la amistad.
Carmen, estamos "on the road", como siempre.
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