ZMOT: El momento cero de la verdad
"Salir de la zona de confort", se dice Laura mirándose al espejo, porque hay que hacerse visible, diferenciarse, ser única.
Salir de la zona de confort, como dicen en Twitter todos los "gurús" del coach express que aconsejan con voz sabia y en 140 caracteres cómo salir de la crisis.
Salir de la zona de confort, romper con las rutinas, con las normas acatadas desde siempre, huir de mis costumbres más arraigadas... todo nuevo, diferente, inicial, rompedor.
"Salir de la zona de confort", vuelve a decirse Laura, que inicia el cambio rebuscando en su armario algo rompedor que la aleje del jersey y pantalón negros y la americana convencional. Finalmente da con una blusa azul eléctrico que combina con un pañuelo con flores azules que reproduce los mosaicos de Tockapi Sarai en Estambul. Broche Svaroski en azules también y a la calle.
Llueve y eso es renovador también. Que se limpien las calles, que el agua arrastre contaminación y suciedad, ¡bendita primavera!
Poco cambio es el cambio de uniforme y la siguiente pregunta es la de siempre:
¿Dónde se esconden los clientes? Sabe que están ahí, que una gran masa de analfabetos e inmigrantes digitales aguarda la mano que les conducirá por la senda digital de la gestión de la identidad.
Sabe que la mayor parte de ellos están aparcando el problema de su desconocimiento de las bondades del mundo digital, esperando tiempos mejores, cuando la transformación que estamos viviendo es tan profunda que adquirir esas nuevas habilidades es urgente e imprescindible.
Y sabe que si no encuentra a sus clientes es porque repite más de lo mismo y como dijo Eistein: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo."
Así que no basta con el vestido, cambiemos también escenarios cotidianos, salgamos a la calle, actuemos off line.
Siempre le costó eso de las relaciones públicas, y las privadas también. Antes era mejor al teléfono que en persona y ahora conversa más por Twitter que en las comidas de negocios.
Ese el "quid" de la cuestión: no encuentra a sus clientes porque no están en Twitter, ni en Facebook, ni siquiera en Linkedin... y socialmente es una vendedora tímida, imposible que cierre de primeras un acuerdo.
Difícilmente llegará al "momento de la verdad", ese momento en que se establece el vínculo con otra persona y esa persona sabe que te necesita. Para eso hay que ser social, sociable, empático, solidario, gregario, generoso y todos esos términos tan 2.0.
Está llegando a su destino, el viaje en metro ha servido para sea consciente de sus debilidades, de sus carencias... no está mal en este día de salida de la zona de confort...
La sala está llena a rebosar, hoy hablaremos de APPS, ¡hay que estar al día!
Laura se queda petrificada: en la mesa los cuatro ponentes toquetean sus papeles y sonríen a la sala.
Los cuatro llevan una blusa azul eléctrico y un pañuelo con flores azules que reproduce los azulejos del Tockapi Sarai. Y los cuatro miran a Laura con asombro y desolación. han comprobado también que notas y chistes son idénticos en sus cuatro presentaciones. Imposible hacerse visible. Imposible distinguirse. Esta es la nueva realidad.
Salir de la zona de confort, como dicen en Twitter todos los "gurús" del coach express que aconsejan con voz sabia y en 140 caracteres cómo salir de la crisis.
Salir de la zona de confort, romper con las rutinas, con las normas acatadas desde siempre, huir de mis costumbres más arraigadas... todo nuevo, diferente, inicial, rompedor.
"Salir de la zona de confort", vuelve a decirse Laura, que inicia el cambio rebuscando en su armario algo rompedor que la aleje del jersey y pantalón negros y la americana convencional. Finalmente da con una blusa azul eléctrico que combina con un pañuelo con flores azules que reproduce los mosaicos de Tockapi Sarai en Estambul. Broche Svaroski en azules también y a la calle.
Llueve y eso es renovador también. Que se limpien las calles, que el agua arrastre contaminación y suciedad, ¡bendita primavera!
Poco cambio es el cambio de uniforme y la siguiente pregunta es la de siempre:
¿Dónde se esconden los clientes? Sabe que están ahí, que una gran masa de analfabetos e inmigrantes digitales aguarda la mano que les conducirá por la senda digital de la gestión de la identidad.
Sabe que la mayor parte de ellos están aparcando el problema de su desconocimiento de las bondades del mundo digital, esperando tiempos mejores, cuando la transformación que estamos viviendo es tan profunda que adquirir esas nuevas habilidades es urgente e imprescindible.
Y sabe que si no encuentra a sus clientes es porque repite más de lo mismo y como dijo Eistein: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo."
Así que no basta con el vestido, cambiemos también escenarios cotidianos, salgamos a la calle, actuemos off line.
Siempre le costó eso de las relaciones públicas, y las privadas también. Antes era mejor al teléfono que en persona y ahora conversa más por Twitter que en las comidas de negocios.
Ese el "quid" de la cuestión: no encuentra a sus clientes porque no están en Twitter, ni en Facebook, ni siquiera en Linkedin... y socialmente es una vendedora tímida, imposible que cierre de primeras un acuerdo.
Difícilmente llegará al "momento de la verdad", ese momento en que se establece el vínculo con otra persona y esa persona sabe que te necesita. Para eso hay que ser social, sociable, empático, solidario, gregario, generoso y todos esos términos tan 2.0.
Está llegando a su destino, el viaje en metro ha servido para sea consciente de sus debilidades, de sus carencias... no está mal en este día de salida de la zona de confort...
La sala está llena a rebosar, hoy hablaremos de APPS, ¡hay que estar al día!
Laura se queda petrificada: en la mesa los cuatro ponentes toquetean sus papeles y sonríen a la sala.
Los cuatro llevan una blusa azul eléctrico y un pañuelo con flores azules que reproduce los azulejos del Tockapi Sarai. Y los cuatro miran a Laura con asombro y desolación. han comprobado también que notas y chistes son idénticos en sus cuatro presentaciones. Imposible hacerse visible. Imposible distinguirse. Esta es la nueva realidad.
José Cabrera |
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