Tecnología antiaging en la empresa: ¡Nos hacemos mayores, baby!
Envejecer ya no es una cuestión de edad:
¿Es lo gris el nuevo oro?
Si quieres un año de prosperidad, cultiva arroz. Si quieres 10 años de prosperidad, cultiva árboles. Si quieres 100 años de prosperidad, cultiva personas.
Proverbio chino
Las empresas siguen ignorando el acelerado envejecimiento de la población activa. A pesar de que las estadísticas son abrumadoras y en España según el INE la población mayor de 50 años pasará de ser el 31% en el 2011 al 48% en el 2021.
Y si nos centramos en la población activa mayor de 50 años la gráfica siguiente es reveladora de lo acuciante del problema, teniendo en cuenta además el descenso de la población total.
Instituto Nacional de Estadística |
Algunas empresas se presentan ante clientes y usuarios como empresas "jóvenes", así que no les importa la pérdida de trabajadores maduros, incluso algunas lo ven como una ventaja.
La carga económica de una población que envejece depende en parte de las tasas de empleo de los adultos mayores que a su vez dependen de la voluntad de los empleadores de contratarles y retenerles. Y a pesar de la evidencia que hemos comentado antes sobre el incremento de edad de la población activa, muchas empresas tienen graves reservas sobre los trabajadores de edad.
La cuestión es que los "babyboomers" no están ahorrando lo suficiente para su jubilación y eso les obligará a alargar la vida activa mucho más allá de la edad mínima de jubilación actual.
Los próximos retos demográficos deberían conducir a una mayor tasa de empleo y a jubilaciones más tardías para los adultos mayores, para los "madurescentes".
Si observamos la evolución de la pirámide de edad en nuestro país, veremos que en pocos años las empresas no tendrán más remedio que dar la bienvenida a los empleados mayores y aprovechar las contribuciones de estos trabajadores que por fin podrán verse como una ventaja competitiva clave.
Tecnologías antiaging que van desde las drogas para mejorar la memoria hasta prótesis cyborg, combinado con estilos de vida más saludables que los de generaciones anteriores, no sólo aumentan la longevidad, sino que consiguen una vejez saludable para muchas personas.
Hay evidencias de que la discapacidad que caracteriza los últimos años de nuestra vida se está comprimiendo en períodos cada vez más cortos, así que muchas personas podrán mantener una vida activa en su octava o novena década.
Pero yo quiero referirme al período anterior al de la senectud, la "madurescencia", que oscila según las personas en la franja de los 50 a los 65 o 70 años.
Si la esperanza de vida entre los años 60 del siglo pasado y actualmente se ha incrementado en 8,8 años de promedio, la edad real de jubilación sólo ha crecido de media 0,4 años según datos de la Harvard Business Review. Si cada trabajador retrasara su jubilación unos cinco años, los ingresos adicionales generados por los impuestos serían más que suficientes para seguir manteniendo el sistema de pensiones.
So optas por retrasar tu jubilación, seguramente estás haciendo un favor a las arcas del Estado.
Me gusta la reflexión de la revista TIME en su monográfico sobre el futuro del trabajo que afirma: "Cuanta más gente trabaja, más puestos de trabajo se crean" (justo lo contrario de lo que se está provocando ahora entre ERES y reajustes de plantillas). TIME cita como ejemplo la incorporación masiva de la mujer al trabajo que se produjo en los años 60 y 70 y que no supuso un aumento del desempleo, sino todo lo contrario, aparecieron nuevos puestos de trabajo derivados de esta incorporación (p.e. trabajadores especializados en el cuidado infantil).
Está claro entonces que a los 50 años quedan por delante muchos años de vida activa y en plena forma y que retener a los mayores de 50 no tiene que suponer un incremento del desempleo sino, de nuevo, la aparición de nuevos puestos de trabajo relacionados con las necesidades de este colectivo que además (los babyboomers) es el más numeroso generacionalmente.
En la economía del conocimiento la experiencia de los trabajadores maduros crece en valor y según el estudio de The Urban Institute: Managerial attitudes Toward Older Workers, "los trabajadores mayores de 60 años son considerados por sus jefes como más experimentados, mejor informados, fiables y leales que los empleados más jóvenes".
Pero todos estos datos que han aparecido tantas veces en diferentes medios, no han provocado todavía ninguna reacción en los Departamentos de RRHH de la mayoría de organizaciones.
Rebuscando en Internet encuentro apenas sugerencias y programas piloto en los EEUU y Canadá, experiencias iniciales de mentoring inverso en Europa, pero en general, poca preocupación por el tema que, como siempre, tendremos que abordar cuando sea un hecho irreversible y haya que hacer frente a los problemas que comporte de forma reactiva.
Es tiempo ya de empezar a pensar en programas específicos para fortalecer el sentido de la lealtad a la empresa y la motivación para seguir en activo de los trabajadores "madurescentes" como,
Programas Snowbird (Alemania, EEUU) de jubilación parcial que permiten que los "madurescentes" trabajen (y cobren) sólo seis meses al año.
Programas de estímulo del teletrabajo que proponen incluso acudir a las oficinas de la compañía sólo un día a la semana, y que se basan en una formación muy intensa en herramientas para trabajar en la "nube" (cloud computing).
Programas de seguimiento y gestión de las enfermedades crónicas (EEUU) con especial atención a la obesidad.
Programas de enriquecimiento del lugar de trabajo, empoderando al trabajador maduro acerca de sus funciones y objetivos, incluso en forma de algo parecido a una franquicia (seguros, banca, p.e)
Programas de gestión intergeneracional basados en el mentoring y el mentoring inverso.
Programas de conciliación que contemplen otras realidades además de las madres jóvenes y que aporten soluciones, por ejemplo, para los madurescentes a cargo de sus padres dependientes.
Todos hemos sido jóvenes, y casi todos seremos viejos... por primera vez en la historia... Tenemos que aprender a gestionar esta nueva "etapa", la "madurescencia" que hasta hace muy poco era de preparación para la jubilación y que ahora es de completa vida productiva.
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