Entrevistas

Entrevista a Patricia López, directora comercial de e-doceo España





¿Podría presentarnos su empresa,  e-doceo? 
e-doceo ofrece soluciones de software y servicios para la formación, tanto para la modalidad e-learning como la presencial. Nuestra empresa se fundó en España en el año 2008, y rápidamente nos hemos posicionados entre los principales actores del mercado. Hoy en día, nuestros software están siendo utilizados por grandes empresas españolas, así como por numerosos centros de formación y universidades. 
Nuestros clientes aprecian nuestros software porque son fiables y, a la vez, ergonómicos y potentes. Ellos disponen de una solución siempre innovadora y valoran la proximidad con la que los acompañamos en sus proyectos. 

¿Cómo ve la evolución del e-learning en los próximos años? 
El e-learning y la formación en línea seguirán creciendo, sin duda alguna, en los próximos años. En los últimos tiempos, se han ido desarrollando cada vez más tendencias que hacen que la formación sea más accesible e interactiva, como es el caso del mobile learning, el social learning o los MOOCs. 
Actualmente, con la innegable integración de la tecnología digital en la formación presencial, el e-learning se inscribe en una dinámica más global, la del digital learning. Esto se traduce en que todos los recursos formativos se convierten ahora en digitales, en beneficio de los servicios de formación. 

¿Cómo integran sus clientes el e-learning en sus formaciones? 
Nuestras soluciones son modulares y se adaptan a las necesidades del cliente: desde la creación de contenidos personalizados para producirlos y ofrecerlos a sus alumnos, hasta la estrategia de difusión y seguimiento. Algunos usuarios se centran en los contenidos rapid learning, con el objetivo de difundir el máximo volumen de contenidos. Otros crean contenidos más elaborados, alternando la información y las evaluaciones, para obtener un seguimiento pedagógico más preciso. 
La integración del e-learning depende del contexto, sin embargo, observamos ciertas tendencias entre nuestros clientes. 
Éstos están contentos de poder reagrupar todos sus contenidos, tanto e-learning como presenciales, en un mismo espacio en línea, y guardar el histórico de los mismos.    
Más que focalizarse en un tipo de recurso digital (rapid learning, e-learning guionizado, plan de curso presencial, juego pedagógico presencial, etc.), nuestros clientes desean poder elaborar la mayor variedad posible, para desarrollar en todo momento un dispositivo educativo eficiente.  
Ellos valoran también las herramientas colaborativas. En el marco de una producción de recursos formativos, los formadores, los expertos, los proveedores expertos, y todos aquellos que participan en el diseño de los elementos pedagógicos, deben poder hablar entre ellos, compartir las notas y los comentarios acerca de los soportes de formación. Nuestra solución facilita estos intercambios.
En general, nuestros clientes quieren racionalizar y optimizar al máximo todos los procesos de creación, gestión y difusión de los recursos digitales de aprendizaje. Su objetivo final es, obviamente, mejorar la eficacia de la empresa.   

¿Cuáles son las ventajas del digital learning para los servicios de formación?
Con el digital learning, los servicios formativos modernizan sus hábitos. De esta manera, se vuelven más reactivos y sus formaciones ofrecen respuestas en tiempo real a las verdaderas necesidades de negocio de la empresa.  Combinando los diferentes tipos de formaciones y los canales de difusión, los formadores se adaptan a las limitaciones de los alumnos y son más eficaces pedagógicamente hablando. 
Gracias al digital learning, los servicios de formación saben cómo aprovechar mejor el saber-hacer histórico de las personas con mayor experiencia en la empresa. Una vez digitalizado, resulta más fácil difundir dicho saber-hacer al conjunto de los empleados.  

Por último, racionalizando los procesos, facilitando el acceso a los recursos/contenidos y a su reutilización, y teniendo acceso a herramientas adaptadas, los servicios de formación realizan economías de escala que les ayudan mejora el rendimiento.  


La Revolución MadurescenteEntrevista a Miguel Angel Mira , arquitecto y fundador de JUBILARES de España

JUBILARES es Cohousing, Autonomía y dignidad en la madurescencia


Cayó en mis manos (ante mis ojos, mejor dicho, porque leo en pantallas) a través de Twitter, un artículo sobre una iniciativa singular: Jubilares. Un proyecto de Cohousing para crear cooperativas de cesión de uso de viviendas para mayores de 50 años que sintoniza totalmente con todo lo que vengo escribiendo sobre madurescencia.

Entré en el Blog de Milla, Mira y Navarro, arquitectos y me deslumbró el porqué habían escogido este nombre para el proyecto:

JUBILAR: Término inventado a partir del latín “iubilare” (gritar de alegría) y “lar” (hogar, dios que protege el hogar).


MMN parten de la necesidad social de disponer de un nuevo modelo residencial para las personas mayores. Descubren los principios del Envejecimiento Activo y de la Atención Integral y Centrada en la Persona (AICP) y cómo el modelo escandinavo Andel de cooperativa de viviendas es un instrumento útil para formalizar comunidades autogestionadas que diseñan su lugar para vivir


Contacté con Miguel Angel a través de Linkedin y mantuvimos esta conversación vía Skype, porque somos cincuentones modernos y “avant la lettre”.

Estuvimos charlando alrededor de una hora y su fe en el proyecto y su entusiasmo hizo que no hicieran falta preguntas, Miguel Angel fue hilando su discurso en “crescendo” hasta que me contagió su optimismo y pasé la tarde que siguió a la sesión de Skype navegando por Internet a la busca de información sobre COHOUSING.




Laura: Me gustaría que me explicaras cómo tropezasteis con la idea de “Jubilares”

Miguel Angel: Nuestro estudio de arquitectos se presentaba a todos los concursos de residencias de ancianos que surgían. Y ganamos uno en Andalucía, en (Dos Hermanas). Y nos pusimos a investigar sobre las residencias de personas mayores que había en este país, modelos, estructuras, servicios...

El modelo de residencia en España trata a la persona mayor como consumidor pasivo y nosotros empezamos a pensar en un modelo que tuviera más que ver con los principios del envejecimiento activo. 

El comienzo de la crisis supuso que las empresas promotoras y gestoras de residencias (muchas vienen del mundo de la construcción) entraran en un “suspenso” de actividad que nos pareció apropiado para proponerles aprovechar el momento para estudiar nuevos modelos residenciales. 

Como ninguna mostró interés por nuestros servicios decidimos hacer un proyecto “ideal” o “tipo” para presentar, que nos sirviera para investigar y profundizar en la materia. Y ahí estábamos cuando apareció una noticia en la tve1, el 7 de junio de 2011, que marcó nuestra trayectoria.

La cooperativa Trabensol iba a poner la primera piedra de su “Centro Social de Convivencia para Mayores” en Torremocha del Jarama (Madrid), que se inaugurará en 2013.

Encajaba con aquello de lo que habíamos hablado tantas veces entre amigos, el “Jubilódromo” lo llamábamos entonces, ese lugar donde convivir y compartir no sólo gastos... Nuestra generación habla de no ser una carga para los hijos, pero también nuestros padres llegan a edades muy avanzadas... En el “jubilódromo” no sólo podíamos cuidarnos nosotros sino cuidar más cómodamente a nuestros padres, aliviándonos las cargas... Siempre con la idea de cada uno en su casa, y con espacios compartidos “continuación” de la propia vivienda

Así fuimos encontrando proyectos como el de la Residencia Santa Clara, en Málaga, o como el proyecto de la Sociedad Cooperativa Profuturo de Valladolid o Convivir en Cuenca.

Pero en todos ellos, encontrábamos algún error de planteamiento, o bien en el diseño arquitectónico, o en la propuesta asistencial, o en la concepción o posición de espacios comunes,... Concluimos que no había un “modelo” que sirviera de guía, de referencia completa y probada. Seguramente muchos grupos que habían empezado algo parecido habían fracasado por no contar con asesoramiento especializado que ayudara a desarrollar un modelo viable. El interesante punto de partida “vamos los amigos a jubilarnos juntos” no es suficiente.

Así que nos pusimos a buscar un “modelo”. Te recomiendo que consultes “Portal Mayores” www.imsersomayores.csic.es que tiene un fondo documental fantástico y ahí encuentro por primera vez el proyecto “housekide”, otra iniciativa parecida a las anteriores, pero que a diferencia de ellas se refería a un modelo, el “Senior Cohousing”, término acuñado por Charles Durret, arquitecto y autor que primero y más ha escrito sobre este fenómeno.

Durret aprendió en Dinamarca qué es Cohousing (yo también viví en Dinamarca del 89 al 91). Las cooperativas de viviendas ANDEL son habituales en Dinamarca y Durret tropieza con este tipo de barrio diseñado por sus propios habitantes. 
En Dinamarca se prohiben en el 87 las residencias de ancianos, desaparece el modelo institucional y aparece el modelo housing: residencias de mayores diseñadas como viviendas, donde las personas están como en casa, con sus muebles y objetos personales y viven con autonomía.
En 1995, un danés llamado Henry Nielsen, en colaboración con la asociación Objetivo Calidad de Vida, desarrolló un modelo integral para la creación de comunidades de cohousing para mayores, que reconocía las necesidades específicas de esas personas. Ese método enseñaba un modelo, un proyecto si se quiere, que guiaba a esos grupos de personas a navegar con éxito a través de un proceso que de otra manera resulta incierto.

El modelo de Nielsen está basado en el proceso participativo, y en él se incorporan detalladamente cuestiones de cooperación, de asistencia, consideraciones sobre el diseño, sobre el tamaño de la comunidad, y sobre los procesos de formación de grupos, entre muchas otras cosas. Una vez que los daneses comenzaron a usar el método Nielsen, la cantidad y calidad de las comunidades de cohousing para mayores aumentaron significativamente.

Actualmente tenemos dos tendencias diferentes que dependen del sistema de financiación: aquellos donde la Administración tiene el papel de "promotor" y prestador de servicios se centra más en el housing, mientras que los que parten de la inciativa y financiación privada prefieren el co-housing, es decir, un modelo más participativo. En los países escandinavos conviven ambos pues la asistencia social está cubierta por el estado, en casa (senior cohousing) o en una "residencia con housing", pudiéndose desde fuera confundir. Sin embargo la diferencia es muy grande en cuanto a las ayudas que se establecen entre vecinos, gracias a los vínculos comunitarios creados.

En los años 90 aparecen los grupos que se plantean envejecer bien, algo que tiene que ver con el incremento de la esperanza de vida y enseguida confirman que el camino más útil es hacer una vida activa, mantener la autogestión y hacerlo en grupo para crear vínculos entre las personas que les permitan vivir mejor, mantener su nivel de vida compartiendo gastos y servicios.

Desde el punto de vista inmobiliario no es un modelo “promotor”. Como dice Durret no son casas HECHAS PARA los usuarios sino HECHAS POR los usuarios.

Y puede funcionar en España. No tenemos taras genéticas; sólo problemas en nuestra educación. Y sin embargo yo mismo viví una experiencia que confirma que es fácil y posible: el propietario del edifico donde yo vivía como inquilino sacó el inmueble completo a subasta. 28 vecinos que no nos conocíamos de nada de pronto teníamos un objetivo común. Nos pusimos de acuerdo, acudimos a la subasta y compramos el inmueble.

En este país no tenemos educación de trabajo en equipo, pero no hay nada que impida hacer cosas colectivamente en nuestra cultura. Tenemos un problema educativo salvable, porque el trabajo en equipo se entrena y se aprende. En mi vecindad bastó un objetivo compartido y unas cuantas personas sensatas que tiraron del carro.

Un jubilar no es tampoco una comuna, apetecible en la primera juventud. Cada uno tiene su casa y se comparten servicios.

La fuerza del modelo y del método es que se trata de “capacitar” (traduzco así “empower”) a la gente para diseñar su propio diseño vital. Es decir, el desarrollo del principio de autonomía, que es la base de la dignidad.

Fíjate que la Ley de Dependencia de 2006 , en la definición de autonomía de su artículo primero casi deja ya fuera de la legalidad a las residencias “tradicionales” de mayores, pues consagra la autonomía como derecho subjetivo, y en una residencia “tradicional” las personas no deciden qué comen, ni a qué hora se levantan o acuestan ni las actividades que realizan...


Laura: ¿Cómo funciona la Asociación Jubilares?

Miguel Angel: En este momento la Asociación Jubilares la formamos 6 socios, arquitectos, que hemos armado el modelo y articulamos la red de entidades necesaria para sacarlo adelante.
En el futuro esta Asociación estará formada además por cada Jubilar.

El objetivo fundamental de la Asociación es evitar la exclusión de las personas mayores, pues son un colectivo vulnerable, mediante la mejora del medio (entorno físico y social). La asociación tendrá que organizar muchas cosas en el futuro para mejorar la vida de las personas que viven en un Jubilar, acumular conocimiento y experiencia y utilizar ese conocimiento para mejorar el modelo. Pero de momento la iniciativa más importante es Jubilares de España (de Cataluña, de Euskadi, de Andalucía), centrada en dar a conocer el modelo, prestigiarlo y ayudar las nuevas iniciativas.

Es fundamental la colaboración que hemos establecido con otras entidades, especialmente con la Fundación Pilares, cuyo lema es apoyar la dignidad a lo largo de la vida mediante la innovación, el conocimiento y la cooperación. 

La Asociación Jubilares no tiene ánimo de lucro, nadie intenta sacarle las “perras” a la gente mayor que ya está harta de que se les vea como consumidores a los que hay que explotar. 

Creemos en la autonomía de la persona, pues es la base de la dignidad, y por tanto entendemos que una Vida Activa y los Servicios Integrales y Centrados en las Personas son los instrumentos naturales para lograrlo a cualquier edad.

Los que hemos emprendido esta Asociación estamos en la cincuentena, que es por otra parte una edad en la que te sientes con capacidad para empezar proyectos vinculados a “dar” o a “devolver” a la sociedad los conocimientos y experiencias prestados. Como decía Vargas Llosa en “La tía Julia y el escribidor” de Pedro Camacho, “era un hombre que había llegado a la flor de la edad, la cincuentena...”, es el mejor momento para hacer cosas interesantes y ambiciosas, incluso de cambiar de proyecto de vida.

Y esto me recuerda que lo que más me impresionó de la cooperativa Trabensol que te he comentado, es la “salud” que les había provocado tanta actividad, lo orgullosos que estaban del trabajo realizado y de su proyecto.

Lo que demuestra que lo importante de este tipo de iniciativas es proporcionar a los mayores la “caña de pescar” la capacitación para diseñar su actividad.

Fíjate, la mayoría de las ofertas  del Imserso, de Envejecimiento Activo, en general, son pasivas: “te ofrezco algo para que te apuntes.”

Imagina que en lugar de eso, el Imserso te propusiera: “traígase un grupo de amigos y yo les ayudo a montar su viaje, dígame dónde quieren ir, qué quieren visitar o hacer”..., es otro planteamiento ¿no?

Curioso que el proyecto de envejecimiento activo de la Fundación Pilares proponga: “vengan aquí y dígannos qué quieren hacer, nosotros les ayudaremos.” La Fundación Pilares no organiza “actividades” de envejecimiento activo. La actividad es diseñar y sacar adelante un proyecto vital, personal o a medida de cada grupo. Lo mismo que proponemos en la Asociación Jubilares con el aspecto residencial.

Laura: Y en España ¿está legislado el sistema de cooperativas de cohousing?

Miguel Angel: Las cooperativas de cesión de superficie o de cesión de uso están permitidas pero no tienen un desarrollo reglamentario tan exhaustivo como en Dinamarca, por ejemplo. Es digno de mención el trabajo de la asociación Sostre Cívic, erradicada en Catalunya, y que lucha para que este modelo se extienda como opción real de acceso a vivienda económica y de interés social, dirigiéndose en su caso a todo el rango de edades.

Es un tipo cooperativo antiespeculativo, con el precio “congelado”, ya que puede subir su precio sólo sumando al original las mejoras de mantenimiento –lo que favorece que estos inmuebles estén mejor mantenidos-, y el IPC.

La experiencia internacional en Cohousing muestra que funcionan mejor cuanto más grande es lo “común” frente a lo “privado”, ya que los vínculos de colaboración entre los vecinos son su mayor capital

Tanto para Cohousing como en los Jubilares piensa también en los ahorros que se derivan de consumos de alimentos o energía compartidos. En los Jubilares imagina el ahorro en asistencia que pueden tener los vecinos.

Pensemos en términos sociales. Si un Jub¡lar es el marco idóneo para recibir y prestar servicios socio sanitarios (viviendas adaptadas, envejecimiento activo, prevención, hábitos saludables, AICP...) su éxito y extensión puede suponer la supervivencia del sistema sanitario que tenemos.

Piensa tan sólo en que una parte importante de los recursos sociales para la dependencia se emplean en que las personas mayores no estén permanentemente solas, en “sacarlas a pasear”.

Estos y otros servicios parecidos son innecesarios en un Cohousing, ya que además de la mutua compañía obtienes cuidados mutuos, auto cuidados asistidos por tus vecinos, y toda la salud derivada de la actividad y el bienestar generadas por las tareas e intereses comunes.

Por otro lado, muchos de los “mayores” no necesitan servicios sanitarios sino sociosanitarios, que son mucho más baratos y preventivos: alimentación saludable, ejercicio...

Si pensamos en la última etapa de la vida, uno no quiere morirse en un hospital, intubado, quiere morirse en casa tranquilamente. Muchos de nuestros mayores no están enfermos, se están muriendo, que no es lo mismo. Hospitalizar a un anciano además de poco digno, en la mayoría de los casos, es carísimo, utilizar los hospitales para la agonía de nuestros mayores es poco humano además de antieconómico.

Hace poco murió un amigo mío de 84 años, quería morir en casa y la familia se preguntaba cómo se hacía para morir en casa. Finalmente, mi amigo pasó 15 días en el hospital hasta fallecer, intubado, viendo a sus familiares a ratos, en un espacio desconocido y hostil y además costándole a la Seguridad Social un dineral.

En las cooperativas “jubilares” proponemos asistencia “sin bata”con profesionales que residan allí mismo, voluntarios y familia. He insisto, no pensemos en este momento final tanto como en los hábitos y actividad generada por esta comunidad de vecinos, mucho más intensos que en una “residencia”

Actualmente los mayores que deciden mudarse a una residencia piensan: “Ya que me voy de casa, me voy a un sitio en el que me lo hagan todo...” Esto no es envejecimiento activo, la actividad cotidiana es imprescindible para mantener la salud y si en tu casa pasabas el aspirador, tienes que seguir haciéndolo.

Se trata de una nueva etapa vital que inicias con una mudanza, como lo hiciste al casarte, o al tener hijos, te mudas varias veces en la vida y esta última mudanza coincide con una nueva etapa vital en la que necesitas más de los otros.

Cada grupo organiza su programa de servicios comunes según lo que les ha unido:

Familias que tienen alguien a quien cuidar: ancianos, disminuidos psíquicos, físicos.
Grupos de aficionados a algo.
Coworking pre y post jubilación.
Clubes...
se me ocurren un montón de grupos interesantes para probar la fórmula.

Hay cohousing generacional e intergeneracional, este último defendido por algunos autores por lo beneficioso del intercambio entre generaciones. Pero los de sólo mayores funcionan perfectamente, no son “peores” que los intergeneracionales. Es una opción personal, de gusto o conveniencia.


Laura: Y para poner en marcha un proyecto “JUBILAR” ¿qué tengo que hacer?

Miguel Angel: Primero organizamos una presentación del modelo. Si el grupo acepta empezar entramos en la fase denominada de VIABILIDAD, que lleva a cabo el equipo de arquitectos.

Pasada esta etapa, y antes de señalizar o comprar el suelo o el inmueble a rehabilitar llevamos a cabo el TALLER I. Buscaremos aumentar el grupo, ahora ya con una propuesta concreta bajo el brazo (localización, presupuesto, programa inicial o superficie etc). Este taller es fundamental para el éxito del proyecto y obligatorio para poder considerar el proceso auténticamente participativo

Es un taller de 10 sesiones separadas entre 2 y 3 semanas entre ellas, cuyo propósito es visualizar las oportunidades, retos y dificultades de “envejecer bien en casa” y las ventajas que ofrece una comunidad en comparación con otras alternativas. El taller está diseñado para ayudar a los mayores a planear ese “envejecer bien en casa”.

En este taller tienen que hablar sobre todo entre ellos. Se tratan tanto aspectos prácticos de la vida cotidiana o de aspectos legales, o sanitarios como de qué hacer para el barrio donde se implanta el Jubilar o de cómo van a diseñar luego las viviendas.

En este Taller I colabora la Fundación Pilares, y en principio intentaremos adaptar los protocolos y dinámicas existentes.

Aquellos que deciden seguir están seguros de lo que hacen. Este grupo ya puede constituir la Cooperativa y comienzar las gestiones financieras para comprar el suelo, contratar arquitectos y obras etc.

Luego viene el Taller II en el que diseñan el edificio con los arquitectos.

Finalmente en el Taller III, durante las obras, los usuarios regulan los aspectos reglamentarios de su vida en común (por ejemplo, cómo van a enfrentar los gastos asistenciales)

En el Taller III vuelve de nuevo a colaborar la Fundación Pilares con nosotros para presentar el modelo de Asistencia Integral y Centrada en la Persona (AICP), que les va a acompañar durante su vida en el Jubilar.


Laura: Una buena alternativa para los “babyboomers” que buscamos formas de vida colaborativas, solidarias, activas e innovadoras. Gracias, Miguel Angel, seguro que volvemos a contactar. 








MADURESCENTES APRENDICES:
La vuelta a las aulas de los adultos

Eduardo Moreno trabaja en un centro de Formación Profesional en Madrid. Se reinventó hace unos años y ahora ayuda  a sus alumnos a entender la normativa laboral. 

Resume su experiencia en tres minutos en TEDxMadrid y habla del incremento importante de alumnos "maduros" en las aulas de FP. El desempleo creciente ha llenado las aulas de alumnos que retoman sus estudios donde los dejaron hace un montón de años o que necesitan cambiar de "oficio" ya que la especialidad a la que han dedicado su vida laboral está en recesión cuando no en extinción.

En concreto comenta el caso de uno de sus alumnos que después de muchos años trabajando en una fábrica de tractores y agotado el paro, se inscribió en la rama de restauración y trabaja en este momento como camarero en un importante restaurante de Madrid.

Nos comenta lo beneficiosa que es la convivencia y el intercambio intergeneracional.

Me interesa el tema y en la pausa de la Jornada le asalto con dos preguntas:

Laura: Hola Eduardo, me ha gustado mucho tu intervención, pero la verdad tres minutos es muy poco tiempo para conocer tu experiencia. Me gustaría que me comentaras con más amplitud un par de cosas. La primera que has apuntado es la beneficiosa influencia de esos alumnos maduros sobre el resto de la clase mucho más joven y en segundo lugar si crees que hay diferencias en la "forma" de aprender, en los procesos de aprendizaje de los adultos que vuelven a las aulas, o sea si aprenden de otra manera que los jóvenes.

Eduardo: La influencia sobre los más jóvenes es muy considerable. Tienes que pensar que nosotros, los profesores, pasamos con los alumnos poco tiempo, podemos estar dos horas a lo largo del día, en una semana estamos con ellos en tres ocasiones, poco tiempo en realidad. Pero los adultos sí que pasan muchas horas con ellos, porque como están en todas las clases, viven, conocen y están al caso de los problemas que les ocurren, y todas las reflexiones e indicaciones, el consejo que reciben de los mayores siempre les viene muy bien. 

Los alumnos jóvenes están en una fase de crecimiento existencial, dudan de casi todo y si tienen a esa persona que tiene experiencia vital van a poder resolver esas dudas, esos problemas, mucho mejor. Piensa además que muchos de estos chavales jóvenes apenas ven a sus padres, porque ellos están en el centro y los padres trabajando, así que una figura adulta les viene muy bien, gracias a esta vuelta a las aulas muchos años después, estos adultos ejercen de figura paterna y la influencia sobre estos jóvenes es muy beneficiosa.

Y en sentido contrario, el adulto se moderniza, se actualiza. He visto cambios sorprendentes, impresionantes: gente que ha empezado el curso y vestía de una determinada manera y tenía unos hábitos alimenticios y deportivos desastrosos y ver como va evolucionando y va como rejuveneciendo y eso me parece muy positivo.

En cuanto al proceso de aprendizaje, sí es cierto que las asignaturas tecnológicas, en la informática e internet, sí que es cierto que en un principio les cuesta más entrar, tienen una brecha en sus habilidades respecto a los nativos digitales, los alumnos jóvenes dominan todas las tecnologías, han nacido con ellas, pero los adultos, en cuanto entienden la dinámica y están un poco "al loro", son capaces de sacar mejores notas y utilizar las tecnologías casi como un nativo digital.  En cuanto a las disciplinas manuales que requieren más procedimiento, como están muy acostumbrados a la dinámica del trabajo, enseguida adquieren habilidad en ese nuevo proceso. 
El mayor problema de aprendizaje que tienen los adultos es en aquellas asignaturas que tienen gran contenido teórico porque les cuesta mucho ponerse a estudiar, sacar tiempo para memorizar contenidos en asignaturas que así lo requieren como la mía: yo les doy Formación y Orientación Laboral y les cuesta memorizar leyes, datos, números, normativas..., hace mucho tiempo que no lo hacen, claro...

Laura: A punto de empezar el curso, espero que saques todo el jugo posible a esta relación entre jóvenes y adultos. Muchísimas gracias por tu opinión.







La Revolución Madurescente

“Lo mejor está por venir” Entrevista a José Lozano



Lo conozco hace años, pero  quiero recordar las cenas y copas, las charlas y consejos en EXPOELEARNING tanto en Madrid como en Bogotá durante el 2012, la pasión que pone en todo lo que dice... y mira que habla..., su continua cascada de ideas, nuevas propuestas..., su enorme capacidad relacional...

Nos encontramos en el Palacio de Congresos de la Fira de Barcelona en las Jornadas Ocúpate”. Conoce a todo el mundo y con todo el mundo habla,  y si no lo conoce se presenta y me presenta. En la sala de prensa del Palacio de Congresos (no hay espacio inaccesible para él),  rodeados de los ponentes y los organizadores de la jornada, iniciamos la charla que he resumido a continuación.

Laura: Hola José, me gustaría que tu trayectoria profesional apareciera en el libro que estoy escribiendo sobre La Madurescencia y los profesionales maduros, ¿te apetece?

José: Muy bien, me presento, soy José Lozano Galera, director de AEFOL EXPOELEARNING, S.L., es una empresa de servicios de marketing para empresas de e-learning de todo el mundo que organiza anualmente EXPOELEARNING, feria y congreso internacional en Madrid y Bogotá. Llevamos en este momento 14 ediciones: 11 celebradas en España y 3 en América Latina.

Laura: Bueno José, imagino que estás de lleno preparando EXPOELEARNING- 2013, el mes de marzo está a la vuelta de la esquina... 

José: Le estoy dando vueltas a cambiar el formato de EXPOELEARNING, llevamos ya 14 ferias... Los patrocinadores y expositores tienen y deben hablar, así que haremos un nuevo Foro de e-learning, pero al Congreso debemos darle un valor de innovación, hay que darle la palabra a la gente, la gente ya no quiere sentarse y que vengan diez personas a explicar “nosequé”, muchos de los que están sentados saben más que el ponente en muchas ocasiones y he recibido a veces mensajes comentando esto, que no sabemos sacarle jugo a los participantes que tenemos en el Congreso. Muchos de los ponentes de una jornada no se molestan en investigar quiénes estarán escuchando su charla, que tipología de asistentes tiene un evento como el nuestro. Le daremos la voz, la palabra a los asistentes... y espero tus ideas, Laura. 

Laura: Pero yo no te he citado aquí para hablar de EXPOELEARNING, aunque ya sé que será inevitable, es parte de tu vida, te he citado para hablar de la “madurescencia”, esa época de la vida en la que nos replanteamos lo que hemos hecho hasta entonces y algunos de nosotros iniciamos un nuevo camino... ese momento de madurez, de saberte todos los trucos, los recovecos..., ¿recuerdas la primera vez que alguien te llamó señor, en lugar de decirte, oiga, joven...?

José: Sí, en mi caso eso fue muy joven, porque yo estudié Filología Hispánica, como tú, a los 14 años acabé el Bachillerato Elemental, que era como se llamaba entonces, y comencé lo que se llamaba el Bachillerato Superior estudiando por la noche de 6 a 10. Por la mañana iba de 8 a 3 a trabajar como botones en el Banco Condal, después llegué a ser administrativo y oficial segunda y por la tarde estudiaba. Estoy viendo que la juventud actualmente va a tener que volver a ese modelo: “trabajar y estudiar”. A los 20 años acabé la carrera y me fui al servicio militar, otra cosa que yo creo que debería volver en forma de servicio a la sociedad, con un carácter social, no militar. Al terminar el servicio militar,  pedí una excedencia en el Banco en el que trabajaba y me puse a trabajar como profesor, a ejercer la carrera que había estudiado y es ahí donde por primera vez me llamaron “señor”, impartía Lengua y Literatura y en el colegio donde la impartía, los alumnos llamaban a los profesores de “usted”. 

Laura: Pues que sepas que tenemos vidas bastante paralelas, yo también estudié Filología, también lo compatibilicé con el trabajo, también di clases de Lengua y Literatura.

José: A mi la lengua y la literatura siempre me han gustado. En mi juventud no teníamos la información tan amplia de la que disponen los jóvenes actualmente para elegir estudios y saber cual es el más adecuado a su perfil. Elegí lengua y literatura porque era la asignatura en la que sacaba mejores notas. Mis padres me decían: estudia Económicas, Derecho, para hacer carrera en el Banco. Fíjate, si hubiera seguido en el Banco, seguramente ahora estaría jubilado, llevaría más de 40 años trabajando... Mis primos, que algunos de ellos se dedicaron a la banca, efectivamente, están ahora jubilados.

Laura: Y entonces, del Banco a la escuela y de ahí ¿cómo llegaste al mundo de la formación?

José: Desde siempre me ha gustado realizar algún tipo de labor social , en los barrios. Vivía en L’Hospitalet, cerca del metro de Santa Eulalia. Iba los sábados y domingos al Campo de la Bota a jugar, a estar con un grupo de gitanillos de por allí. Mi gusto por la formación, por la educación informal, arranca desde ahí, desde los 14 ó 15 años hasta el día de hoy. 
Mi trabajo en el banco era muy rutinario en aquella época, no como ahora que es trabajo comercial... Yo estaba en el departamento de “bancos y banqueros” punteando cuentas entre un banco y otro, era un trabajo absolutamente monótono durante 8 horas cada día. 
También recuerdo cuando estaba en la Facultad, clases maravillosas de catedráticos, eso ya se ha perdido, como Blecua, Carratalá..., profesores magníficos, ir a sus clases era una maravilla, eran sabios, eran modelos de vida, profesionales que venían de una época dura, que hicieron unas oposiciones tremendas, que tenían una gran vocación por la docencia, incluso muchos de ellos no se quisieron jubilar y siguieron dando clases como eméritos.
Y todo eso fue marcando el camino, te pone un nivel muy alto. Cuando acabé la carrera me fue fácil decidir dejar la banca, y empecé a trabajar en colegios, primero en Zaragoza, la ciudad donde yo hice el servicio militar. Ahí sufrí mucho porque fue mi estreno, no tenía ni idea, entonces no tenías ninguna formación pedagógica, te ponías enfrente de un aula sin saber nada, con el poco conocimiento que tenías de lo que habías estudiado, pero me faltaba la técnica pedagógica, el dominio de una clase. 
Cometí un error que aún recuerdo: el primer día de clase, en plena transición democrática, en una época de mucho asamblearismo, les dije a los alumnos, que además eran los mayores del colegio, los de COU y con los que me llevaba pocos años, qué querían hacer ese curso, de qué queréis que hablemos y cómo vamos a organizarnos. Inmenso error. Ahí me tomaron la medida y fue imposible luego rescatar mi autoridad y la dirección del colegio, eso sí, muy amablemente, tengo que agradecerle que no me echaran, me dijeron: deja esta asignatura y me pusieron en un grupo de formación profesional, en la asignatura de administrativo, y como yo había trabajado en el banco, ahí me sentía muy seguro, redacción de cartas, correspondencia comercial... ahí no tuve ningún problema. Aprendí la lección, ya se sabe, se aprende de los errores...

A partir de entonces cuando empezaba el curso, les marcaba mucho... Pero tengo muy buenas relaciones con exalumnos... 
Recuerdo que lo que hacía era intentar que aplicaran la teoría que íbamos explicando durante el curso a un trabajo fin de curso sobre una obra en concreto, recuerdo por ejemplo, sobre El Camino de Delibes, conservo algunos de esos trabajos que podían llegar  a tener 200 páginas, eran pequeñas tesinas, eso era tremendo para ellos, una excelente práctica para los alumnos.

Laura: Ahora sería imposible proponer eso en el Bachillerato.

José: Ya lo sé, por eso dejé la enseñanza. Los chicos eran capaces de hacer eso, chicos que ahora son directivos de empresa, que se acuerdan de esos trabajos y me dicen: Gracias a eso, cuando entré en la Universidad o en el mundo profesional, ya tenía una práctica de la elaboración de informes, estudios, de la defensa de un argumento, una tesis, lo que nos exigías luego hizo más fácil el paso por la Universidad. Otra cosa que hacía en la enseñanza era puntuar bastante bajo durante el curso, mantener la tensión y al llegar al examen final, que era la nota que valía para el expediente, les subía un punto. 

Laura: A lo largo de la vida vivimos varios momentos de cambio, momentos en los que dices: “hasta aquí hemos llegado”, o cambio de trabajo, o de lo que sea. Me gustaría que me dijeras qué te ha impulsado a cambiar.

José: Yo soy una persona muy emprendedora, no me gusta repetir siempre lo mismo. He trabajado en unas 15 empresas, la banca, colegios, editoriales, Universidad, empresa propia…
El cambio de trabajo, de empresa se puede producir por muchos factores. Puede suceder que te despidan, este sería un cambio en el que tú no cuentas. Hay muchas personas que quieren planificar tu vida, ordenarla, toda una vida en el banco, de ochos a tres y jubilarte hacia los 58  con una buena pensión y no te compliques la vida ni te muevas ni un ápice de lo planificado. 
Pero resulta que entras en el banco, estudias una carrera que no tiene nada que ver con el trabajo y decides dejar el banco e irte a dar clases como profesor, pero resulta que cuando ya llevas un tiempo, creo que fueros 6 años, ves que los estudiantes ya no son capaces de hacer un comentario de texto de un folio de extensión, el nivel de respuesta a la exigencia había bajado, entonces allí hice otra reflexión: miraba a mis compañeros, profesores que siguen ejerciendo actualmente como tales, y me decía: yo voy a tener que pasar toda mi vida explicando La Celestina, El Lazarillo de Tormes, El Quijote..., mi vida iba sobre una vía de tren, yo estaba en la estación X... y cada año pasaba por las mismas estaciones... Fíjate que hoy en día se sigue explicando lo mismo y prácticamente de la misma manera que hace 30 años y con los mismos libros de texto. 
No podía ser que yo a los 50 años siga haciendo lo mismo que los 20. Entonces me salió una oportunidad de entrar en el mundo editorial, estuve en varias editoriales, conociendo el mundo editorial, que me gusta, lo siento próximo a lo que yo había estudiado. Estuve de editor de libros de texto, de editor de cómics, visité Ferias como la de Bolonia, la de Frankfurt... es un mundo muy bonito. 
Mi salida del mundo editorial tiene que ver con la crisis del 92 y la suspensión de pagos de la editorial en la que estaba entonces. No tiene que ver con tu valía. En todos las empresas en las que he estado les he podido gustar más o menos a mis jefes, pero siempre he procurado ser muy responsable. 
En el año 94 leí un anuncio en la prensa que decía que una importante institución buscaba profesionales para cubrir cargos directivos. Pues resulta, que esa institución era el embrión de lo que luego fue la UOC (Universitat Oberta de Catalunya).

Laura:  Ya veo... Eres un buen “iniciador” de proyectos, pero la rutina te mata.

José: Correcto. Fíjate, llevo trabajando para mi empresa 11 años, yo creo que es mi etapa laboral más larga. Aquí hago lo que quiero, aquí el jefe soy yo. En las empresas en las que he estado, he estado muy bien pagado. Pero que pasa. Esa inquietud que yo tengo, si la empresa no sabe canalizarla... Recuerdo a un gran jefe que tuve, que sabia sacar de mí lo mejor de mí mismo, que me dejaba crear, porque en otras empresas en las que estado, como fueras un poco rupturista, te decían aquello de “no te pago para pensar”. 
Fíjate que yo le ofrecí a la UOC montar una división de montaje de eventos y eso fue luego el germen de EXPOELEARNING, porque no me hicieron caso.

En una empresa podría haber sido... Porque nosotros lo hemos hecho todo sin dinero y estoy muy orgulloso del trabajo que hemos hecho, esto dentro de una organización, con más medios, imagínate lo que podríamos haber hecho... ese era mi sueño, crear el mayor evento del mundo de e-learning bajo el paraguas de una gran Universidad como la UOC.

Y mira a lo que me he dedicado a partir del 2001. Una de las cosas que me parecen muy importante es el estar preparado para el cambio. Yo estuve preparado en cuanto hice el PDD del IESE porque la idea de cambio siempre te acompaña. Hay personas que cambian de trabajo porque quieren cobrar más,  pero en mi caso los cambios no han tenido mucho que ver conmigo sino con los avatares de la empresa en la que trabajaba en cada momento. 
En el caso de la UOC yo me siento muy orgulloso de haber estado en los inicios , en la gestación de una nueva idea. Ha sido un trabajo excepcional, empezar de cero, una maravilla, el año 1995 fue un año tremendo de trabajo pero lo pasamos tan bien las personas que teníamos la misión de fundar la UOC, cada uno desde su área, para mi fue una excelente experiencia que me dio la fuerza para el cambio.  Pero fue hacer el PDD del IESE, una formación muy intensa, de ver muchos casos prácticos, de ver a muchas personas, y allí mi reflexión fue que si estas personas han sido capaces de poner en marcha un proyecto, yo por qué no voy a poder! Y mi siguiente reflexión fue: tengo cuarenta y tantos años, si no lo hago ahora... ya no lo haré nunca.

Laura: Me encanta que digas esto, porque dicen que uno entra en crisis madurescente en el momento en el que eres consciente que hacia delante no tendrás más oportunidades, que es el momento adecuado para cambiar.

José: Hay muchas personas que eso no se lo plantearán nunca, hay personas que ya están bien, que no se plantean si son felices o no en su trabajo y mira que hoy en día se habla de eso.  Aunque a mí me parece imprescindible preguntarse a cualquier edad: tú hacia dónde quieres ir, cuáles son tus objetivos, qué quieres hacer...

Laura: Yo creo que esta reflexión de la que hablas: qué quiero hacer con mi vida, nos la hacemos muy pocas veces en la vida y hay personas que no se la hacen nunca, y en nuestro caso coincide con este momento del que estamos hablando: la madurescencia.

José: Pues yo creo que esta pregunta nos la deberíamos hacer una vez  al año. Es como pasar la ITV personal. Yo lo hago con mucha frecuencia: me marco unos objetivos  y es como una hoja de ruta, tu te puedes desviar, pueden haber tormentas..., pero tienes la línea de navegación trazada. Nosotros en AEFOL queremos organizar la Feria más importante del mundo en el mundo del e-learning. Y en este sentido es la decisión que hemos tomado este año de abrir oficina en Londres, marcarse unos objetivos va muy bien. Luego los puedes cumplir o no. 
Hay otros objetivos que se consiguen sin habértelos planteado. Por ejemplo, yo viajo desde el 2005 a Latino América, México, Argentina, Chile, Miami... Todos esos viajes nos servían para conocer esos países y el planteamiento entonces era: “Organizamos una feria sobre e-learning en España y si a usted le interesa, podemos colaborar”. No había respuesta nunca. Y en el año 2009 nos invitan  a ir a Perú, nos alojamos en el hotel Meliá Lima y vemos que el hotel tiene unas buenas características, no es un hotel demasiado grande, es un hotel agradable y me digo: Aquí me veo capaz de organizar la Feria.
Y al día siguiente que tenía que dar una conferencia en la PUCP- Universidad Católica del Perú, ante un auditorio de unos 500 profesores de varios países, dije sin pensarlo mucho y sin consultarlo con mi equipo, que al año siguiente, o sea el 2010, montaríamos EXPOELEARNING en Lima. Cuando regresábamos en el avión yo pensé: ¡Qué he dicho! Isabel, mi socia y mi esposa, que me conoce muy bien y además es muy emprendedora, pues dijo: ¡A trabajar! Fuimos a Perú sin saber si había agua en la piscina, nos lanzamos, sin ningún tipo de ayuda, si no vendemos..., perdemos..., así de fácil. 
Y así, trabajando duramente, conseguimos montar EXPOELEANRNING en Lima. Después, al año siguiente lo montamos en Bogotá y el 2013 tenemos previsto hacerlo de nuevo en Madrid y en Bogotá.

Laura: Por lo tanto el proyecto LATAM obedece a una intuición de que por aquí van las cosas, más que una planificación a medio plazo. Porque además coincide con la crisis en Europa el abrirte a Latinoamérica.

José: Unos años antes ya habíamos cambiado la sede de la Feria de Barcelona a Madrid, porque veíamos claro que nuestro cliente era hispanohablante, nos ocupamos también del mercado gallego, catalán o euskera, pero el potencial que tiene el mercado español, con 550 millones de personas, no es desdeñable. Y claro, nuestra misión es ayudar  las empresas españolas y latinoamericanas para que vendan en ese enorme mercado. Si nosotros nos quedábamos en Barcelona con este mensaje, vender elearning en español, pues chica, no sé si hubiéramos tenido mucho éxito. De momento nos hemos ido a Madrid, nos ha ido bien y ahí nos quedamos. Al irnos a Latinoamérica ya veíamos qué estaba pasando en Europa y nuestra misión era ayudar a expandir el e-learning que desarrollan las empresas españolas, en realidad somos como el departamento comercial de muchas empresas que no disponen de ese departamento. Les montamos una Feria, les damos servicios, tenemos un canal de televisión Aefol.tv, una radio, una newsletter, estamos en todas las redes sociales, todos esos medios se los ofrecemos a las empresas para que  se promocionen y vendan.

Laura: Volviendo al tema de la madurescencia... Dicen que a lo largo de la vida vamos dejando por el camino amigos y que la madurescencia es una época de recuperación de escenarios y amigos del pasado.

José: Yo sigo manteniendo mucha relación con mis amigos de la infancia y la juventud. Facebook es un medio que te ayuda a mantener muchas relaciones. Tengo muchos amigos a los que veo una vez al mes, nos vamos a comer o a disputar un partido de paddel, lo hemos mantenido durante muchos años. Para mi el efecto más importante de la madurescencia tiene que ver con lo físico, con darte cuenta que las rodillas ya no te reaccionan como antes, que voy a hacerme un análisis y me encuentran de todo, que ves que tu organismo ya no es el que era, todo te va fallando, va bajando el nivel de rendimiento, pero al mismo tiempo, hay una señal para mí muy importante, cuando llegas a la madurescencia no te importa lo que la gente piense, a mí actualmente me importan muy pocas cosas, es decir, que aquel piense blanco o negro de mí, ya no me peleo con nadie, ya no me enfado tanto.
Antes era una persona un poco más belicosa, pero no me peleo con nadie. Tengo muy claras las ideas, sé por dónde quiero ir y funcionar y no entro en ningún combate de boxeo, no quiero discutir con nadie. Y otra señal es que has subido la montaña de tu vida y ahora empiezas a descenderla. Nunca se sabe...
El 20 de diciembre del 2010 me operaron de un cáncer y además lo hice público, porque creo que eso puede ayudar a la gente.  Para mí fue como una enfermedad común, me operaron y fuera... y gracias a Dios estoy bien.
Todo puede ser que pasado mañana me dé otra cosa, pero  en ese momento fue un punto de inflexión que me hizo decir: Oye, que la vida se te puede acabar mañana. Te van a meter en el quirófano durante seis horas e igual no sales... Con lo cual, ¿qué te queda? 
Yo soy católico y tengo fe, gracias a Dios, y eso me da mucha fuerza, y procuro rezar y procuro ir a Misa los domingos y eso me da mucha paz y mucha tranquilidad. Me ayuda a tener una concepción de que la vida no se acaba aquí, que hay una trascendencia y que lo que puede venir es mejor que lo que tenemos ahora.
Por lo tanto, Dios en primer lugar, en segundo lugar la familia. Yo tengo una mujer con la que trabajo y con la que convivo 24 horas y dos hijos y es lo que valoro más. Por lo tanto, dedicar más tiempo a mis hijos, tiene más valor para mí que dedicárselo a los amigos. 

Laura: Otra cosa que ha cambiado mucha es nuestra relación con los padres y con los hijos.

José: Efectivamente. Mis padres están los dos mayores, pero más o menos bien de salud, con sus achaques. Lo que yo valoro es el esfuerzo que ellos hicieron. Ellos son de Almería, vinieron a Cataluña en los años 50, por eso tengo la percepción de Cataluña que tengo, soy catalán con mis padres de Almería como tantos otros catalanes. La vida es como un círculo, mis padres eran una familia pobre, vinieron desde Almería, mi padre montó una peluquería, mi madre no paró de trabajar y nos dieron estudios a mi hermana y a mí y yo creo que soy el primero de mi generación en mi familia con estudios universitarios. Pero ahora resulta que estamos en una situación en la que parece que los hijos van a vivir peor que los padres. ¿Peor? Vamos a ver: tienen su casa, se han pegado una vacaciones estupendas... peor ¿respecto a qué?
Tenemos, por ejemplo, ahora en la oficina un becario que dice que aprende más en un mes con nosotros que en la Universidad. Hay que establecer un sistema nuevo de aprendizaje, esto no puede ser, que la universidad no sea “útil”, no sirva para nada... No puede ser que la literatura del Siglo de Oro se siga explicando como hace 20 años con las redes sociales por en medio... Esto es increíble, un profesor con la pizarra...
Yo no trabajo mirando atrás, yo trabajo en el presente, con los pies en la tierra, pero nunca hago lo que hice ayer, no soporto esa frase: “Es que esto siempre se ha hecho así”. 
Faltan maestros, en el sentido más amplio de la palabra. Me gusta el modelo docente de IESE: un tercio del tiempo dedicado a la investigación, un tercio a la docencia y un tercio a la empresa, con lo cual ese profesor está en contacto con la realidad y con los cambios que está sufriendo la sociedad. 
Y es que hay algo que no entiendo: Tenemos las mejores escuelas de negocios del mundo, siempre están arriba de todo del ranking: IESE, ESADE, IE..., y en cambio la Universidad....
La mayor revolución en el aprendizaje, mayor que la invención de la imprenta ha sido la aparición de Internet que facilita el e-learning. A continuación de la transmisión oral, la imprenta facilita la difusión del conocimiento, en el caso de Internet, del elearning, es una revolución que no ha terminado, no ha hecho más que comenzar, la posibilidad del “one to one”, la red de redes.

Laura: Y parece que el siguiente paso es convertir a todos los alumnos en profesores, hablar en serio de “Gestión del conocimiento”. 

José: Hemos pasado del “uno para todos” a “todos para todos”. El “todos para uno” es además carísimo.
Pero el problema es que nos cuesta muchísimo dar, no estamos educados para compartir. Si cedemos nuestro conocimiento es posible que en lugar de co-crear, de que el destinatario cite la fuente, es probable que nos lo roben,,, pero como decía el rector de la UOC: si nos copian quiere decir que vamos por delante. Nunca le preocupó que nos copiaran. A mí me copian continuamente, pero el alma no te la pueden copiar. Te pueden copiar el power point, pero el conocimiento, si no es para compartirlo ¿para qué lo quieres? Y por otro lado al revés, que lástima que esto, o esto otro no lo has podido compartir.
El objetivo sería conseguir que el e-learning llegue al mayor número posible de personas y que eso sea mi contribución, mi granito de arena para conseguir un mundo mejor, más educado... a mayor nivel de educación menos conflicto.

Laura: Y piensa en tu momento presente ¿cómo lo resumirías en una sola frase?

JoséLo mejor está por venir. En AEFOL nos lo decimos continuamente, es una frase estimulante.





Entrevista a  Marta Penina para

La Revolución Madurescente:


Con estos mimbres... se hacen estos cestos. 
Llevar a LA la artesanía medieval del viejo mundo.




Me llama mi amiga Marta y como en los viejos tiempos de nuestra primera juventud, nos tiramos una hora al teléfono. Me siento algo anticuada charlando desde mi teléfono fijo que casi nunca uso y sobre todo porque ya no está mi padre para reñirme.

Ya no recordamos los tiempos de un solo canal de TV, una única línea de teléfono y de que el butano se acababa siempre cuando estabas enjabonada en la ducha.

Marta es de mi quinta, ha tenido que reinventarse varias veces a lo largo de su vida laboral. Tuvo negocio propio, empresa propia y la globalización la obligó a cerrar. Ha sido "empleada" en varias empresas como interiorista especializada en diseño de cocinas, y la experiencia acumulada ha sido su mejor seguro laboral... hasta hace tres meses. 

Su empresa le propuso que se hiciera autónoma y que pasara a facturar por proyecto, por venta realizada... Llevo meses escribiendo sobre esta tendencia, pero cada vez que le sucede esto a un amigo o a un conocido mío se me encoge el estómago y lo vivo como una amenaza a toda mi generación, no puedo evitarlo.

Marta ha dicho que no, que prefiere volver a reinventarse completamente que cambiar la relación con la empresa para la que ha estado trabajando estos últimos años. Puestos a cambiar... prefiero ser mi propia dueña de verdad, puestos a cambiar... mejor algo nuevo que me enriquezca y que me haga crecer, puestos a cambiar... miremos hacia delante y no insistamos en más de lo mismo.

Reformas laborales que parece que estimulan el despido, la destrucción de empleo. Recortes salariales que disminuyen la capacidad adquisitiva y por lo tanto paralizan el consumo... ¡no entiendo nada! 

Y, sin embargo, Marta (y yo) es optimista. De nuevo ante un reto, inaugurando una nueva etapa vital, otra aventura que hay que aprender a vivir con intensidad, ¡jamás quedarse encogida esperando a que pase la tormenta!... Salir al mundo y otear dónde están las nuevas oportunidades, analizar qué tenemos realmente diferencial en nuestra mochila y ofrecerlo sin miedo. Ataque madurescente superado.

Así que hace un mes, Marta ha decidido ponerse de “aprendiza” en el taller de un artesano cestero de los de toda la vida y reinventarse de arriba a abajo. Su objetivo a medio plazo es dedicarse a la enseñanza de la cestería y aprender lo suficiente como para encontrar nuevas aplicaciones y nuevos objetos realizados con mimbre, juncos, y todo tipo de cañas...

Esta conversación se inició por teléfono hace tres meses y continuó en un delicioso viaje a Cantabria durante una semana del ardiente mes de agosto de 2012.

Laura - Enciendo la grabadora, Marta, y de aquí a Santander iremos hablando de lo que ha sido nuestra conversación recurrente de los últimos tiempo “la Madurescencia”, nuestra revolución personal.

Marta -  ¡Buf!, salgo de una quincena muy estresante, he trabajado duro, no sabes cómo me apetecen estos días mirando el mar y a menos de 30 grados...
Estoy agotada psicológicamente, pero por otro lado estoy como una niña pequeña ante la expectativa del próximo otoño, ante la posibilidad de iniciar una nueva vida.  La verdad es que me da mucha tranquilidad el tener cubiertos los mínimos para sobrevivir y poderme dedicar a aprender de nuevo. Aprender no es fácil, reconvertirse no es fácil, pero lo veo tan claro... 

Ha sido un año espantoso, pero estoy saliendo a flote y con nuevas ilusiones. Quiero vivir al día y a la larga alternar unos meses en Barcelona con estancias en Los Angeles enseñando mi nuevo oficio. 

Es la única manera de seguir adelante con mi pareja sin que nos destroce la distancia y skype, convivencia alterna: esto es la modernidad.

Montar en LA un taller de mimbre para hispanos. Aquí las cosas no están como para montar un negocio, así que la idea es un par de meses allí y volver..., seguir aprendiendo y de nuevo a LA.

L-  En cuanto a salir del país, lo tengo claro. Yo también quiero alternar mi trabajo aquí, en España, con viajes a LatinoAmérica. Pero, Marta, es fantástico cómo olvidamos las malas experiencias. Tu último viaje a LA aún es reciente y no fue precisamente un éxito laboral.

M - No, no me olvido, lo que hago es replantearme mi proyecto vital, volver con una oferta original, diferente, no ir a ver qué me sale, sino volver con un producto artesano, no para venderlo, sino para enseñar a elaborarlo. Docencia, no producción. Y en cuanto a mi pareja, disfrutar del tiempo en el que podamos convivir sin más exigencias. Y me rindo con el tema del inglés: hay cosas para las que sí somos mayores. El mercado latino es suficientemente amplio, así que abandono el inglés, bueno igual me examino de tercero, pero me rindo, en serio.

L - Muy “madurescente”, pero es curioso, lo normal es enseñar algo a lo que has dedicado toda tu vida, no algo que aún tienes que aprender...


M - Quiero aprender este oficio y transmitirlo aquí y allá. En LA tengo dónde impartirlo, el estudio de mi pareja es enorme. Y en cuanto a la docencia es algo muy gratificante, sobre todo si enseñas a la gente a hacer cosas con las manos, es terapéutico, es relajante, cura la “madurescencia”. Es donde quiero ir a parar. Quiero apartarme del mundo de los negocios y de los proyectos de reforma. Alejarme del estrés que supone una obra: que si el carpintero se retrasa, que si hay que cambiar de marmolista, que si el encastre, que si el biselado, que si no llegan los electrodomésticos, que si hay que incrementar el presupuesto y renegociar con el cliente..., es un continuo baile, me provoca mucha ansiedad, mucho estrés. 
No te digo que si me entra una reforma no la coja, pero no quiero entrar en competencia, sufrir porque “fulanito” se lo hará más barato al cliente. Quiero trabajar por encargo y dedicar más horas a trabajar con las manos, a ser una artesana. 

L - Una de las cosas que está provocando la crisis es que encontrarás gente que se ha quedado en paro y que hace tu trabajo con mucha menos calidad a la mitad de precio y eso está pasando en todos los campos. 

M - Por esa razón he escogido un oficio que está en extinción. El mimbre lo trabajan cuatro. No quiero competir con nadie. Mi ilusión es esta: mis manos, mi autonomía, mi conocimiento, no necesito más. Pero ya me lo dice mi pareja: quieres ir muy rápido y el aprendizaje de un oficio es un proceso lento y trabajoso, esto no se aprende en dos días, no se aprende en cuatro meses. Son muchas horas, lo sé, por eso me he asegurado techo y supervivencia, para poderle dedicar todas las horas posibles este invierno. Con muy poco sobrevivo, la verdad, estoy acostumbrada a la austeridad. Y tengo casi todo el día por delante para trabajar e intentaré dedicarle el máximo posible. En teoría estoy bien organizada, pero con tensión, con un poco de miedo a lo desconocido.

L- Creo que te lo estás planteando muy bien. Con mucha energía e ilusión, pero con ese punto de miedo tan necesario para no fabricarte una nube improductiva, esa inquietud que te da la fuerza para seguir, para avanzar. Un actitud muy “madurescente” también.

M - En cuanto al aprendizaje tengo justamente el acicate de la edad, tengo menos tiempo que una persona joven, esa es mi ventaja para aprender rápido. Pero creo que he acertado en la elección, al margen de que me encanta el material. He visto anunciados talleres de pintura, cerámica,  cocina, dietética..., pero nada sobre cestería, al margen del chico de Toledo que te presenté. Pon que haya en Barcelona uno o dos artesanos cesteros y que además hagan talleres... eso no es nada, quepo, una más cabe. Y además me gustaría, cuando tenga la suficiente habilidad en las manos, comenzar con piezas más creativas, encontrar nuevos usos, incluso figuras artísticas.

Es un camino largo, desde que haga mi primer cesto hasta que pueda crear figuras interesantes puede pasar una década.

L -Esta es otra de las características de nuestra generación. Imagina a tu padre con nuestra edad y propónle que cambie de oficio, de vida, de mundo. A los cincuenta y... empieza de cero. 

M - Imposible, impensable. Ellos, nuestros padres, se planteaban el “retiro”, la jubilación... Yo me planteo llevar una vida sin estrés, más espiritual, más cerca de la naturaleza, no me planteo dejar de ser “productiva” sino una vida que esté más cerca de mi sensibilidad, que no es lo mismo que “retirarse”, sino que tiene que ver con por fin hacer lo que me apetece. Una vida más reposada.

L - Dicen que la “madurescencia” nos permite realizar sueños que quedaron por cumplirse en la primera adolescencia, que si decidimos romper con nuestra vida hasta entonces es para retomar un sueño que no pudimos realizar.

M - Es posible. Yo de pequeña era muy hábil con las manos. Mira que era gamberra... pues era la primera en acabar las “labores”  y era buena, muy buena, no pega verdad, pues cogía un trapito y ¡hacía unas vainicas...!!!!

L- Fíjate que en mi caso yo comencé mi vida laboral dando clases, de literatura entonces, y acabaré mi vida laboral dando clases, se cierra el círculo...

M - Me hace mucha ilusión entrar en el mundo de la docencia, Laura, tener mi propio taller, al que asista gente y verlos trabajar con las manos. Ese momento terapéutico: sal de tu mundo, relájate y entra en tu parte más interna, a eso me refiero cuando hablo de docencia.

Con el artesano, con mi maestro hay buen feeling, espero que todo vaya bien.

L - Y ¿cómo te ves dentro de 5 años?

M - Leí hace poco en  “La Contra” de La Vanguardia, no recuerdo a quien entrevistaban, creo que a un sociólogo, que nos va a tocar compartir muchas más cosa que hasta ahora.  Desde el coche, el piso, la oficina, el trabajo... tendremos que compartir mucho más para sobrevivir con el mismo nivel de vida que tenemos ahora. Es bueno, creo, es esperanzador. Por ejemplo, pensando en los planes que yo tengo, no trabajar para nadie, viajar, ir y venir de LA, sería un plan perfecto compartir la vivienda, y no sólo por un tema económico, también para mantener la casa viva. Claro que es difícil pensar en con quién compartir el espacio, deberían ser personas razonables, y es posible que no existan personas razonables, pero por lo menos con intereses similares. 

L - Me encanta la idea, volver a la comuna. Me imagino un enorme espacio compartido, para tu taller, para mis sesiones de formación, para compartir comidas y películas y luego cada uno, su propio espacio de intimidad. Lo difícil, encontrar los candidatos para nuestro “falansterio”. Servicios compartidos, lavadora, cocina pero lo más alejado posible a la idea de residencia que tiene que ver con la generación de nuestros padres. Me gusta más la idea de “comuna”, tiene más que ver con nuestra generación.

M - La diferencia es que nosotras estaremos en activo, tú y yo viajando y entrando y saliendo continuamente. Estoy pensando en un espacio donde trabajar y compartir no sólo la comida y la tele, compartir conocimiento, compartir proyectos,  “cocrear” con nuestros compañeros de generación.
Y además pienso en mi hijo, que quiere probar suerte fuera de España. Es importante ver que tiene proyecto y vida propia. Lo siento muy cercano a mí, pero tiene vida propia y eso también es importante para reorganizar mi vida. Tenemos que organizarnos de otra manera. La familia en el sentido tradicional no sirve para todo el mundo. Míranos a ti y a mí, viviremos otras formas de “convivir”, con toda seguridad, que nada tienen que ver con la familia.


Sería estupendo, un espacio cerca del mar, grande y espacioso, donde tener un huerto y un lugar de trabajo, donde poder vivir en paz.



Nina Martí: De Geisha a Amazona
Tutorial de sopa de cebolla en Youtube




Nina es amiga mía desde la infancia. Durante muchos años veraneamos en el mismo pueblo, Cardedeu, en la falda del Montseny.

Como me ha sucedido con otras amigas de infancia, hemos pasado más de treinta años sin vernos y de repente, Facebook la trajo de nuevo a mi presente, primero con la consabida y típica cena de reencuentro de las amigas del veraneo o del colegio y luego, lentamente retomando, donde la dejamos, nuestra amistad hecha de complicidad y cariño y de aquello que en la infancia une para siempre: los juegos.

En el momento del reencuentro su vida acababa de dar un vuelco total. Recién divorciada, iniciaba el tortuoso camino que pasa primero por la sanación personal, y más adelante por la reinvención de la nueva Nina.

La entrevista que sigue se desarrolló en mi casa, una sofocante tarde de sábado del mes de agosto, en la única tarde libre de su actual apretada semana. Pero es también la síntesis de muchísimas horas compartidas durante estos tres últimos años.

Laura - Hablemos de “madurescencia”, Nina, de ese momento de la vida madura no precisamente de paz y tranquilidad, sino todo lo contrario, el momento de la revolución interior, el cambio...  Tú y yo nos hemos reencontrado en esa época de transformación y además a través de Facebook...

Nina - Es curioso. A lo largo de los años vas perdiendo el contacto con algunas personas. Durante mi vida de casada, hasta hace cuatro días, las relaciones eran compartidas, sacrificas ciertas relaciones tuyas particulares en aras de las compartidas con tu pareja. Hay personas que van quedando por el camino. También he dejado de ver a gente a raíz de una separación de parejas amigas que casi te obligan a tomar partido y acabas perdiéndoles la pista.
Y llega la “madurescencia” y, tú eres un caso evidente, recuperas a algunas personas que desaparecieron de tu vida. Tal como marca la moda de Facebook, yo quise recuperar a los amigos del colegio, quise recuperar la juventud perdida, por eso creo que es un síntoma de que has entrado en la crisis de la “madurescencia”. Por supuesto, no la he recuperado, he incluido dos o tres teléfonos en mi agenda a los que no llamo, pero nada más, porque si nos hemos pasado casi 40 años sin vernos con los compañeros del colegio, debe ser por algo, ¿no?. Al principio cuando entras en Facebook, los encuentras, quedas... es bonito.

L - La memoria es curiosa. Por ejemplo, cada uno de los compañeros de colegio guarda un recuerdo diferente de la misma historia y a menudo, ni siquiera compartimos para recordar las mismas historias. No coinciden las vivencias, porque cada uno de nosotros las ha reelaborado cincuenta veces.

N - Fíjate que me he reencontrado con compañeros de clase que me recordaban mucho más a mí que yo a ellos. Y eso demuestra que, por mi parte, en aquellas época, yo no prestaba demasiada atención.

L - Tú eras muy vistosa de joven.

N - Sí, yo a los 16 años era muy mona y ahora... ¡Dios Mío! ¡qué triste la evolución física!
Aunque no se trata sólo de un tema físico. Yo ahora noto alegría, ilusión por parte de los demás, al verme de nuevo, así que supongo que guardan buen recuerdo de mí, en cambio mi recuerdo de mí misma en aquellas épocas no es muy bueno, no me valoro demasiado en mi juventud.

L - Otra cosa típica de la crisis madurescente viene provocada porque no es cierto que la evolución física se produzca lentamente, se produce de golpe. Un día te miras al espejo y te dices: ... ésta, ¿quién es? ¿Recuerdas la primera vez que te miraste al espejo y no te reconociste?

N -  No creo que haya un antes y un después, primero vas madurando físicamente y luego envejeces pero es que además me reconozco sin ninguna duda, otra cosa es que me encante lo que veo. En mi caso, lo que no me gusta son los kilos de más. No me afectan las arrugas, ni las canas, en mi caso es que me veo como una bola. En mi pensamiento la evolución física que tu citas arriba si que se produce lentamente, yo no he sentido nunca que haya una parte joven y, de repente, soy mayor. No, soy la misma Nina que se va haciendo mayor. Es una progresión. Tengo arrugas, tengo canas, tengo michelines, pero soy yo.
Ya no tengo lo mismo que tenía en mi cabeza cuando era pequeña. Estoy saliendo de un proceso de cambio muy profundo e intenso que tiene que ver con mi separación después de haber celebrado las bodas de plata de mi matrimonio. Esto es realmente revolucionario. 

No recuerdo con excesiva bondad a la persona que fui, prefiero a la persona que soy ahora. No me gustaba mi carácter, ni mi falta de reflexión, el dejarme guiar por impulsos. Era muy buena en el trabajo, muy seria, muy responsable, pero como persona soy mejor ahora.

Como madre  hice lo que pude, hasta en eso se nota la madurez. Mis hijos se llevan seis años y si el primero supuso para mí un continuo ataque de nervios, disfruté mucho la crianza de mi hija, porque estaba más serena.

L - ¿Tu separación coincidió con la menopausia?

N - Sí, pero creo que no afectó para nada. La menopausia tal vez me ha vuelto un poco más llorona, un poco más emotiva.

L - Es curioso, en mi caso sucede al revés, creo que me he secado, yo era muy llorona de joven y ahora sólo lloro con las películas sentimentales de la tele, vaya, emociones superficiales...

N - Yo era una llorona superficial, pero ahora me emociono mucho. Creo que tengo algo más de dulzura. No sé si me engaño a mí misma.

L - Otro momento importante al analizar cuando comienza la crisis de la “madurescencia” suele tener que ver con la muerte de tus padres. Suele coincidir o la provoca, porque tus padres fallecen alrededor de tus 50 años.

N - Yo no tuve mucha sensación de orfandad porque mi madre pasó 5 años después de un ictus que la dejó hecha una pena y era una persona joven, tenía 60 años.

L - Fíjate que decimos que una persona es joven a los 60 años, cómo ha cambiado la visión de “anciano”, “tercera edad”, “viejo”...

N - Sí, y más ahora que yo trabajo con ancianos de verdad, de más de 80 años. Mi madre no se hizo mayor, ahora me doy cuenta de que no era una “vieja”, no lo era. Al haber sufrido el ictus y haber quedado tan limitada, cuando murió sentimos una liberación, porque esa enfermedad sí que me destrozó a mí psicológicamente. 

Y luego, mi padre, que falleció tres meses después. La muerte de mi padre sí que me disgustó mucho, porque en mi familia pensamos: Vamos a disfrutarlo ahora que ha muerto mamá y no tiene que ocuparse de ella. No pudimos disfrutarlo.

Pero en el fondo, tal como estamos ahora, “con la que está cayendo” tal como dicen, pienso que una suerte que no estén...

L - Ahora nuestros padres lo pasarían muy mal. Lo digo a menudo: Menos mal que mi padre no tiene que ver esto, o que mi madre no tiene que pasar por esto otro. En el fondo nuestros padres vivieron una época de permanente ascenso, de ir a más y yo creo que hubieran vivido fatal una recesión en su vejez. Nosotras ya lo llevamos mal..., ¡imagínate ellos!

N - Tuvieron una jubilación holgada, sin ninguna carencia. Ahora sufriríamos por ellos. Si mi padre estuviera vivo tendría la edad de una de las mujeres que cuido: 90 años y, claro, no sé en qué condiciones hubiera llegado, ni físicas, ni económicas.

Mi madre se fue antes de lo que le tocaba. Las madres de mis amigas están cumpliendo ahora 80 años y hoy en día están todas enteras, están bien de salud más o menos. A mí todavía pensar en eso me da rabia. A mi madre le tocaría estar aquí y estar bien.

L - El ver a las madres de tus amigas tan estupendas a los 80, ¿no te hace sospechar que a nosotras nos quedan muchos años por delante de vida activa?

N - Pues sí, por lo menos nos quedan, si hay suerte, 30 años más. Eso nos diferencia en cuanto a nuestra planificación vital de nuestras madres una barbaridad.

L - Cuando mi madre tenía mi edad, ya hablaba de jubilación.

N - Y te digo más, mi abuela, la “yaya”, que tú conociste bien, enviudó a los 50 años, o sea, más joven de lo que soy yo ahora y no tuvo la más mínima duda: se fue a vivir a casa de su hija, mi madre, se vistió de negro y se quedó allí a cuidar a sus nietos. Realmente han cambiado las cosas, pero no sé cómo, en qué condiciones llegaremos tú y yo a los 80, si llegamos. Será diferente que mi abuela, seguro.

L - Lo que está claro es que, directa o indirectamente, tú y yo vamos a vivir de eso. Somos una generación numerosísima, con buena salud, en general, gracias a la alimentación que hemos tenido y a los avances de la medicina y, es que es una incógnita en este momento, cómo será la vida de un octogenario saludable, hasta ahora nos moríamos antes, ahora tenemos la primera generación masiva de octogenarios con buena salud, habrá que ver cuáles serán nuestras necesidades y requerimientos y nuestra capacidad adquisitiva.

N - Tendremos que aportar riqueza y es nuestra obligación transmitir nuestra experiencia.

L - ¿Los jóvenes dejarán de estar de moda? La segunda mitad del siglo XX fue de los jóvenes. Pero en el siglo XXI, serán valorados por escasos, porque este siglo es el siglo de los mayores, seremos, somos, cada vez más.

N - Me gusta la idea de volver a valorar la voz de la experiencia, del jefe de la tribu. Claro que en épocas pasadas también tenía que ver con la escasez, pocos llegaban a la vejez, no sé que pueda pasar cuando seamos mayoría.
Porque las octogenarias de ahora, las de la generación de nuestras madres, tienen poca vida activa, poca vida social productiva, pero a nosotras nos va a tocar trabajar hasta la vejez.

L -  Ya empieza a haber mujeres y hombres muy mayores y muy activos, ¡mira los yayoflautas!

N - La persona a la que cuido me decía el otro día: Ésta es una señora mayor, tiene más de 50 años, y yo le contesté: ¡Toma, como yo! y ella me respondió: No, ¡usted es diferente, porque usted “hace cosas”!. Esto dicho por una mujer de 90 años es significativo de que algo está cambiando. Mira cómo lo nota, lo intuye: Usted es diferente.

L - Algo está cambiando. En mi colegio, yo fui a un colegio de monjas al que sólo íbamos niñas, debimos ir a la Universidad una cuarta parte de mi clase. Esto ha cambiado radicalmente en una generación. La Universidad es mayoritariamente femenina. Todo lo que tiene que ver con la incorporación de la mujer a la sociedad activa, ha sufrido un vuelco en poquísimos años.

N - Está claro. Y no hay vuelta atrás. Y es una de las cosas que está afectando socialmente, está cambiando las costumbres.

L - El paro en EEUU está afectando más a los hombres que a las mujeres. Las mujeres no hacemos ascos a trabajos a tiempo parcial o que tienen poco o nada que ver con nuestra especialidad profesional, no nos engañemos.

Pasando a otro tema, Nina, ¿piensas en la muerte?

N - ¿En la mía? No demasiado. Por una parte no quiero pensar, no me toca, por estadística. Lo que si pienso es que no me gustaría pasar una larga enfermedad. Pienso más en el dolor que en la muerte. Tienes más conciencia de que el cuerpo es mortal, eso sí: la piel no es la misma de hace veinte años, ni la vista, el oído..., no sigo.

L  - ¿Existe un momento bisagra en tu vida, un punto de inflexión?

N - Estoy en mi momento bisagra. Por dos motivos: mi divorcio y la crisis económica. Se han dado a la vez y han precipitado el cambio, la revolución personal.

L - En tu caso, Nina, me interesa mucho saber cómo decidiste cambiar de mundo, de “oficio”. Durante muchos años te has movido alrededor de un despacho, como secretaria o como administrativa, ¿por qué decidiste es te cambio a lo asistencial?

N - No lo sé. Los acontecimientos me fueron llevarlo hacia allí casi sin notarlo. Desde que me separé, le daba vueltas a estudiar sobre el Alzheimer, el envejecimiento, las personas mayores. Siento la necesidad de ayudar, de cuidar, de humanizarme. No hay un acontecimiento, una luz, una revelación, pero hay “algo” que me va conduciendo hacia allí. 

En un margen de tres años he intentado repetidamente hasta conseguirlo, formarme en estos temas. En el primer intento, no quedaban plazas, o no me admitieron. Aplacé la decisión, pero volví a la carga en cuanto tuve la oportunidad.

Bienvenida sea la formación siempre, aunque no te consiga trabajo inmediatamente, no hay que dejar nunca de formarse porque es la llave de la ocupación.

Seguramente seguí mi intuición... supe que tenía que ir hacia allí, estudiar eso.

Me cuesta muchísimo menos que antes estudiar. Es más intenso, lo disfrutas mucho más, le tienes que dedicar muchas más horas, pero todo tu ser se abre al nuevo conocimiento, cosa que los quince años es materialmente imposible.

Además crece tu aprecio por ti misma, por ser capaz de ese esfuerzo, es enriquecedor, es positivo, es fundamental no dejar de estudiar.

L - Y si hablamos de aprendizaje, Internet lo ha revolucionado todo. El acceso a la información no tiene nada que ver con el que teníamos a los 18 años.

N - Mira que tontería: Quería hacer una sopa de cebolla y mi primer pensamiento fue buscar un tutorial en YouTube. Paso a paso... la sopa de cebolla... una maravilla.

L - ¿Cuál es tu relación con las redes sociales, han cambiado tu vida?

N - La vida no creo que me la hayan cambiado, pero me la enriquece, me aportan conocimiento e intensidad de relaciones.

Ayer, paseando por Barcelona comuniqué a “no se sabe quién”, qué estaba haciendo y dónde, tres o cuatro veces a través de Foursquare. La verdad es que cuando lo hago pienso en personas concretas pero en realidad lo compartes con el mundo: “Que sepan que estoy en la plaça del Diamant en las fiestas de Gracia.” ¡Me encanta!

Me reafirma, me da protagonismo, en el fondo te lo dices a ti misma, que no estás aburrida en casa, estás disfrutando de tu ciudad.

Me confunde y me extraña que algunos seamos tan partidarios de compartir en las redes sociales y en otros provoque un rechazo tan radical. Es un miedo irracional a lo desconocido de muchos miembros de nuestra generación y de generaciones más jóvenes, no es una cuestión de edad.

Hay que respetar a todo el mundo, pero no saben lo que se pierden. Además esta gente que despotrica de Internet es a la que le encanta mirar y cotillear en Facebook.

L - Esto que ahora es un juego en el que con más o menos intensidad estamos entrando todos, será en breve una forma imprescindible de relacionarse. Necesitaremos para nuestro desarrollo profesional y personal ese espacio en el que no hay ni distancias ni tiempos.

N - Yo ya soy una “colona” digital. Me encanta. Y cada día más forma parte de mi vida cotidiana.

L - Hay maneras muy diferentes de utilizar las redes sociales entre generaciones. Parece que la nuestra la utiliza de una forma más reflexiva: una frase célebre, un artículo del periódico, un post de un blog interesante. Parece que los jóvenes “hablan” más, se relacionan más.

L - ¿cómo te ves a ti misma dentro de cinco años, hacia los 60?

N - ¡Uf, es que son “los 60”! En todo caso es cómo me gustaría verme. Me gustaría a los 60 tener consolidada y estable mi posición profesional (¡qué curioso empezar pasados los 50) Ahora estoy en crisis. Me veo dedicándome a lo que ahora me dedico, a la asistencia a personas mayores, de forma más reposada, más profesional, menos de “aprendiz” y con más tiempo para mí.

Me veo más organizando el trabajo de otros que cuidando directamente a personas mayores. Creo que la profesión que he elegido tiene mucho futuro.Lo que ocurre es que ahora estoy probándome a mí misma, todavía estoy aprendiendo. No podremos dejar de aprender, es el signo de los tiempos. Me doy un plazo de un año para dar el salto a la gestión, pero primero tengo que despejar todas mis incertidumbres, sobre todo las económicas, necesito algo de capital para dar ese salto.

No me importa emigrar si es necesario. En eso sí que he cambiado, antes no me hubiera movido de mi comarca y ahora... En eso influye mucho que ahora somos “singles”, no tenemos ataduras.

L - ¿Te ves de nuevo con pareja dentro de cinco años?

N - Ni en broma. Tajante. Ni en broma. He estado en pareja muchos años, más años que sin, ahora toca otra cosa. En mi caso, no sé por qué, es lo que el cuerpo me pide. Ni en broma en pareja.

Y si pienso en la relación con mis hijos, ya son lo suficientemente mayores como para que no dependa de mí, sino de ellos. Depende de ellos dónde decidan residir, o de las parejas que tengan. Lo que está claro es que en un futuro la relación con mis hijos no será como la que yo tuve con mis padres. Espero que sea una buena relación y sobre todo que no me necesiten.

Mi lema, mi objetivo es hoy por hoy: “No quiero ser una amargada” Superar la madurescencia es dejar de mirar atrás y construir, construir. Nos quedan muchos años por vivir y no pueden ser malos. Abierta a todo, sobre todo. 

Barcelona, 18 de agosto de 2012

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