LA REVOLUCION MADURESCENTE





Introducción

La muerte de mi madre supuso un pequeño cataclismo en mi vida y puso colofón a una época oscura en la que había llagado a una planicie vital absoluta.


Nada de lo que componía mi mundo en ese momento me gustaba y no tenía ni idea de cómo cambiarlo y la muerte de mi madre me dio la fuerza suficiente para cerrar esa etapa y dar carpetazo a todo lo que Barcelona suponía.


Cuando esto sucedió, yo estaba en la India, en el Rajastán , a punto de partir hacia Agra para por fin ver el Taj Mahal, que sé que sólo conoceré en foto. Viajaba con una buena amiga y con un grupo reducido de compañeros, y desde el día de salida, mi cabeza no podía alejarse del hospital donde había dejado a mi madre con un diagnóstico de neumonía y a cargo de mis dos hermanos que se turnaban para estar con ella en plenas vacaciones.


La noche de la salida estuve con ella hasta la una de la mañana (el avión salía de madrugada) con un nudo en la garganta y con una intuición, una vocecita interior que me decía que no debía marcharme.


Ella insistió tanto en que me fuera, que le quité importancia a la gravedad real de su estado. Y me fui.


Era el mes de agosto. Estaba de vacaciones, merecidas vacaciones de un trabajo en el que estaba incómoda, donde tenía la sensación de irme embruteciendo lentamente, nada nuevo bajo el sol, rodeada (con maravillosas excepciones) de seres grises que a la mínima iniciativa de cambio o experimentación,  temblaban como pajarillos asustados. Así que aburrida y convertida en una sombra de mi misma, soñaba con los fines de semana en la Costa Brava y con las vacaciones en la India. Sería mi segundo viaje a un país que unos años atrás, con dos amigos y mochila en ristre, me había deslumbrado de tal manera que había alterado mi percepción de la realidad añadiendo una nueva cara al prisma de olores, colores y sensaciones nuevas e intensas.


Faltaban seis meses para mi 50 cumpleaños y todo parecía indicar que comenzaba la suave pendiente que conduce hasta la jubilación: nada nuevo por hacer, por sentir, por aprender y concentrarse en mantener buena salud y el optimismo suficiente para sobrevivir. Afortunadamente nuestros planteamientos poco tienen normalmente que ver con lo que la vida nos tiene preparado...


Tenía un buen sueldo, un nido donde refugiarme que aunque fuera de alquiler (creo que uno de mis aciertos vitales es el de no tener propiedades que me aten a nada ni a nadie...) se había convertido en un hogar en el que el mundo estaba "bien hecho".


Mi casa estaba entonces muy cerca de la casa de mis padres, eso me ahorraba tiempo y esfuerzos desde que empezó la decadencia física de mi padre, unos cinco o seis años atrás. Intenté desde ese momento visitar, si era posible, cada día a mis padres para comprobar que todo estaba en orden y para echar una mano cuando fuera necesario. 


Y cuando mi padre murió, empezó el desfile de cuidadoras para mi madre a las que también había que supervisar... había entrado en la rueda de la dependencia...


Tampoco era mejor mi vida sentimental, picoteando caricias y atenciones aquí y allá pero horrorizada con la idea de compartir mi espacio con ningún hombre más allá de un fin de semana..., siempre venía a mi cabeza el fantasma, que amenaza a todas la mujeres, de tener que ser la criada de un varón (!)


Estalló pues mi crisis madurescente: ¿realmente esto era todo lo que podía esperar de la vida? ¿qué haría al volver? Y si no volvía de la India..., ¿qué podía aportar alguien tan miedoso como yo en un país de valientes? A estas alturas de mi vida, ¿le importaba a alguien? y a mí ¿me importaba alguien? No quería volver a mi trabajo que en la distancia me parecía sin objeto, ni función. Sentía un rechazo profundo por mi ciudad, Barcelona, que sentía poco hospitalaria y nada socializadora. En la India, con mi madre en el hospital, con mi compañera de viaje en cama por una indigestión... estábamos en agosto del 2005.


Volví de la India al décimo día de viaje, después de cruzarla de oeste a este y descubrir que no todo el mundo habla inglés y de dos angustiosos día en Delhi, donde recuperé en honor a mi madre el hábito de fumar sin parar, porque coincidí con una huelga de la British Airways y no pude conseguir pasaje de vuelta hasta dos días después de que mi madre falleciera.


Se cerró ahí un período de mi vida y el sentimiento de orfandad me colocó  en la primera línea de la batalla, sin techo donde refugiarme, desaparecido ese último puerto donde recalar cuando todo sale mal que es la casa de tus padres, donde se encontraba ese amor incondicional, irracional,  de los que cuando te miran, sólo ven al niño que fuiste, perfecto y más lleno de futuro que de pasado. 


Y quise huir, cambiar de ciudad, de amigos, de amores y de familia, de oficio y de costumbres y comencé a armar un plan que finalmente me llevó a Sevilla, mi amada Sevilla,  con la promesa de una segunda oportunidad y fue más un tránsito, un receso, un alto en el camino que una revolución, pero me permitió lamerme las heridas y coger fuerzas para lo que me esperaba más adelante.


Y así, el 5 de enero de 2006, el día que cumplía los 50, crucé con mi coche convertido en caracol, toda la península, en un viaje iniciático que duró tres días y en los que atravesé tormentas, imposibles cortinas de agua y nevadas intensas, hasta el punto que tuve que refugiarme en Requena porque la carretera había desaparecido engullida por la nieve, hasta llegar a mi nuevo hogar, en el centro de Sevilla.


Sevilla fue el paréntesis perfecto. Tres años viviendo al revés de como lo había hecho hasta entonces: Mi vida se llenó de gente y pude esconderme de mí misma y observar como desde un escaparate un mundo que se me antojaba más exótico que Estambul. Sevilla cuidó de mí y me fue devolviendo la energía perdida y la pasión de vivir: un vinito con los amigos en la plaza del Salvador por las tardes, una tapa en el Arenal, una charla intrascendente paseando por la calle Betis, tantas noches en mi terraza de la calle Bailén, en el puritito centro, al fresco, con los tejados de la iglesia de la Magdalena como paisaje cotidiano.


Andalucía toda se convirtió en mi campo de operaciones y con mi cuaderno de campo, una moleskine negra tamaño cuartilla, fui anotando los rituales ancestrales, las fiestas y costumbres de un pueblo que vive al ritmo y la cadencia del paso de las estaciones y en Semana Santa entierra el año y, a la vez que florece el azahar, celebra la llegada de la primavera vistiéndose de colores. 


Fui almacenando en mi memoria olores y colores, playas, campos, montes, ciudades y pueblos hasta, sin ser yo consciente, empezar a preparar mi vuelta a casa.


Me desperté un día al límite de mí misma, cansada de ser la nota discordante, enemiga de casi todo y entre el hospital o la comisaría, elegí el aeropuerto y volví a casa.


Y esa vuelta me trajo una nueva Barcelona vista desde un barrio que no era el mío, un trabajo diferente, de nuevo en la cresta de la ola colaborando en el nacimiento de una comunidad corporativa en internet,  una nueva convivencia, al incorporar a mi vida cotidiana a mi hermano pequeño recién divorciado. Todo parecía nuevo y diferente. Pero yo sabía en realidad que no era así, que ya no había excusa y que con la vuelta a Barcelona se iniciaba imparable mi personal revolución madurescente.


El primer aviso lo da siempre la naturaleza, el cuerpo. Y después de una agradable cena con amigos del trabajo, en la que recuerdo haber hablado de dejarlo todo y comenzar de nuevo, amanecí más tarde de la cuenta y con resaca. El retraso que ya llevaba, se agravó al querer alargar (esos cinco minutitos más...) el placer de remolonear en la cama y los cinco minutos rituales se convirtieron en media hora de sueño profundo.


Al salir pitando de la cama apoyé mal los metatarsos de mi pie izquierdo que se quebraron en un simbólico acto de "hasta aquí hemos llegado" y "para quieta y reordena tu vida".


Dos meses  en barbecho en un país donde la presencialidad en el trabajo es casi una religión, hicieron que a mi vuelta me sintiera "fuera del grupo" y empecé a fantasear con ese cambio radical que me permitiría dedicarme a aquello que realmente deseaba y que entroncaba directamente con el inicio de mi vida laboral: la enseñanza.


Pero eso lo digo ahora. A "toro pasado" es muy fácil ver las agendas ocultas que todos tenemos y analizar causas y consecuencias de nuestros actos. En ese momento sólo tenia una vaga sensación permanente de inquietud y malestar que no sabía a qué atribuir. Volvía a mí la rebeldía de los 18 años y nada me gustaba, con nadie podía estar de acuerdo y sentía una enorme necesidad de salir huyendo de esa oficina para vagar sin rumbo de ciudad en ciudad, llenando mi vida de caras e historias nuevas.


El azar no existe, y estoy convencida de que vamos trazando inconscientemente un plan que nos conduce directamente a ese día en el que todo encaja y ya has dado el primer y definitivo paso para tomar las riendas de tu vida. Puede que se presente disfrazado en forma de jefe que te propone un nuevo proyecto que te horroriza, o en forma de reajuste de funciones en tu departamento en el que no encajas... da lo mismo, ya te han dado el empujoncito que necesitabas para lanzarte al vacío y comenzar a explorar el nuevo universo.


Y aquí empieza la aventura que quiero explicar: Cómo transitar por esa transformación que he llamado "crisis de la madurescencia" que debe servirnos para construir la mejor versión de nosotros mismos.



Soy babyboomer: toda una vida de pequeñas revoluciones y sigo...



Soy de la generación del babyboom. Nací en una posguerra pero he vivido uno de los períodos de bienestar y desarrollo más largos que la humanidad recuerda.

Era una niña cuando el hombre pisó la luna y estaba en la cumbre de mi carrera profesional cuando cayó el muro de Berlín.

Fui feminista porque no podía abrir cuenta en un banco, ni alquilar un piso sin el consentimiento de mi padre o mi marido.

No pude votar en las primeras elecciones democráticas de mi país porque entonces no tenía 21 años.

Viví con alegría y entusiasmo la explosión de la libertad sexual y el progresivo aumento del respeto por los homosexuales.

Vi como la educación se convertía en obligatoria hasta erradicar el analfabetismo.

La democracia trajo el estado laico y con él la evolución social y cultural hacia espacios más tolerantes y globalizados. Viví apasionadamente la desaparición de las fronteras en la Union Europea.

He tenido varias parejas y diferentes modelos de convivencia. Aproveché la implantación del divorcio y considero que he colaborado con mi propia experiencia y mi pequeña aportación, a la transformación radical de la idea de familia, pareja, convivencia... y sigo evolucionando hacia lo que serán los nuevos espacios compartidos en lo personal, lo laboral, lo social...

Me incorporé muy pronto al mundo laboral porque valoraba muy mucho mi independencia y autosuficiencia: mi libertad.

Trabajé con máquinas de escribir, teléfonos analógicos y me incorporé al mundo digital a través de un ordenador con un procesador 386 que funcionaba con disquetes de 3 1/2, pero he evolucionado en paralelo al desarrollo de Internet sin problemas.

Pasé el sarampión del chat, sufrí decepciones presenciales después de apasionadas sesiones virtuales que confirman la intensidad de la palabra escrita  y la pobreza de nuestra gestualidad.

Estoy pues hecha a los cambios. Soy el cambio. Y no sólo vivo con alegría la revolución de la sociedad de la información y la comunicación, sino que soy parte activa de esta revolución.

De la revolución de los tiempos de redes, del trabajo colaborativo y la cocreación, de la inteligencia global y la realidad aumentada, de las smart cities y las redes sociales.

Estamos conectados. Los babyboomers estamos cambiando el mundo. Déjanos trabajar.







Pero, ¿Que es la "madurescencia?
¿Quienes somos los madurescentes?


Middlescence: Madurescencia: La turbulenta y rebelde mediana edad de la generación del baby boom. Paul Mc Fedries- Word Spy

Durante muchos años parece que todo va in crecendo. Ganas experiencia, cada cambio de trabajo es a mejor, conoces a gente y gente, viajas, amplias miras..., parece que la progresión hacia arriba no tendrá fin.

La vida cambia profundamente cuando tus padres enferman y mueren, cuando pasan de ser tu refugio, tu nido, a ser frágiles pajarillos, rebeldes como niños..., pasan a ser tus hijos. 


Algo se rompe dentro, muy dentro que te impulsa a la certeza de la madurez alcanzada, a la certeza de estar en la primera línea del frente y por primera vez empiezas a sospechar que se acabó el esperar tiempos mejores, otras oportunidades, golpes de suerte: Esto es lo que hay, la vida es escasa casi siempre, y con estos mimbres tienes que construir los cestos que llenen tu presente.


Y hasta tu cuerpo casi ignorado por ti hasta entonces, comienza su proceso transformador para enfrentarse a este nuevo estadio y llega el día en que te miras al espejo de reojo, como si miraras a otra, y ves en ti misma un gesto más de tu madre que tuyo que vivía escondido en un pliegue de la memoria.


Puedes enfrentarte a esta profunda revolución interior de muchas maneras; la más habitual, por lo menos entre muchos de los que me rodean, pasa por asentar firmemente los pies en la tierra y afirmar con convicción: de aquí no me moverán.
Inamovibles, aferrados a viejas costumbres y rutinas, esperan la hora de la jubilación cada vez más lejana y el lento apagarse del fuego de los días.


Otros y creo que es mi caso, iniciamos una frenética huida hacia delante que reviste diferentes disfraces pero que pasa por la ilusión de creer que se puede ser "otro", que se puede tener una vida "nueva".


Mis gloriosos e intensos años en Sevilla escondían la certeza de vivir una ilusión, un paréntesis, un alto en el camino para coger fuerzas hasta reencontrar realmente la "pasión de vivir", el motor de mi vida, la fuerza perdida, mejor dicho escondida agazapada hasta descubrir de nuevo en el horizonte el objeto de mis sueños adolescentes.

Así que de nuevo frente al espejo, preguntándome como entonces ¿qué quieres ser de mayor, Laura?, quiero analizar esta vez mi revolución "MADURESCENTE" porque no quiero renunciar a lo aprendido, a lo disfrutado, amado, admirado, deseado, que eso es la MADUREZ, el lento paladeo de sabores conocidos y apreciados, la sabiduría antigua  de la alquimia del placer: una cucharada plena de pasión, un pellizco de sentido común, unas gotas de paciencia, una copa de curiosidad y alegría y optimismo sin medida.


La idea de este libro nació en una sobremesa relajada en agosto de 2011, cuando Tomás y yo, inspirados por una comida deliciosa en un restaurante de barrio casi desierto, comprobamos que tanto nosotros como muchos de nuestros hermanos de generación, estábamos iniciando una nueva época, una nueva transformación vital.

Y así nació el primer principio maduresceste: Voy a sentar cátedra, dice Tomás, después de darse cuenta que durante muchos años ha moderado mesas redondas, ha dado la palabra a otros, ha coordinado a expertos en diferentes campos, ha dirigido equipos... Ahora opino yo, afirmo, argumento, describo, cuento!!!


Y volvemos al tema de la transmisión de conocimiento tácito,  del que tiene que ver con la experiencia y que es ahora nuestro "valor": llevo casi 30 años trabajando en Recursos Humanos, he vivido todas las modas... y en el mundo de la formación permanente, me inicié intentando replicar el modelo universitario, clases magistrales, gurús de lo que sea, pasando por inspirarnos en el método del caso de Harvard, convirtiendo en dinámica de grupos toda actividad formativa, pasando por abusar del e-learning... hasta llegar a la segunda década del siglo XXI y empezar a hablar de coopetición, colaboración, cooperación, crowdsourcing, sharismo, inteligencia colectiva y todos los conceptos que circulan alrededor del empleado 2.0, prosumidor ante todo.


Ahora yo pinto lo que quiero, sigue diciendo Tomás, que empezó pintando figurativo y... míralo ahora.


Y ese "lo que quiero" tiene que ver con la seguridad que da esa acumulación de experiencia. Y esa experiencia acumulada nos permite no sobrevalorar nuestros logros que en muchas ocasiones son fruto de nuestra insistencia y nuestra historia.


Hablamos también de nuestra manera de aprender en la madurescencia: El hecho de sumergirte en un mundo nuevo, desconocido (si quieres vivir una etapa nueva de tu vida, debes hacer cosas nuevas...) te vuelve sensible a "descubrir" nueva información, a conectar conocimiento, a ampliar continuamente el alcance de tu mirada...


Otra importante decisión madurescente: la mejor manera de aprender es enseñando y si tienes que enseñarlo tienes que ser el mejor. El convertirnos en formadores supone un estímulo permanente, un acicate para el aprendizaje permanente... la mejor manera de estar vivo, de estar "entusiamado" que como indica su etimología significa "tener un dios dentro" "en"+"theos". Y eso será lo que nos permitirá tener "Charisma" o sea "gozar de la gracia de los dioses".


Esta comida marcó una línea en mi particular búsqueda de una nueva vida como autónoma. Después de 32 años cobrando una nómina, iniciaba entonces un camino lleno de incógnitas que merecía un análisis pausado al comprobar que al igual que en mi caso, muchos de mis congéneres estaban también iniciando un nuevo camino.

Y a partir de aquí cada sesión en la que participe, cada jornada a la que asista, conllevará esa reflexión sobre esa transformación que estoy sufriendo... y pienso por ejemplo en el día en que recorrí: Barcelona -Madrid Barajas - Madrid Chamartín - Valladolid - Arroyo de la Encomienda: Vía Crucis de domingo para una sola sesión para el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Castilla y León:


"Pero sólo llegar a Valladolid todo se vuelve amable. Han valido la pena las cinco horas que hace que salí de Barcelona para descubrir en mi taxista Sergio de Diego  a un magnífico compositor de bandas sonoras que he estado escuchando hasta llegar al hotel, además de un gran conversador. Música amplia, redonda, potente con la que hemos atravesado Valladolid en un suspiro, mientras hablábamos de Facebook y su capacidad de difusión de cualquier actividad. Le he recomendado Twitter. Hablamos también de las ciudades: Barcelona, Madrid, Valladolid y de su hermano que tiene una productora y a veces trabaja para él. El taxi: un trabajo. Su pasión: la música, el piano.


Y hemos llegado al hotel que dada mi experiencia en extraradios y polígonos, me esperaba sencillo y digno. Pero me he encontrado con un pedazo de hotel, La Vega, que tiene hasta baños turcos que pienso aprovechar.


Domingo noche, el hotel está casi vacío. Ceno sola y se deshacen por atenderme. Como no estoy ni yo misma para vigilarme, me permito un sandwich club y una copa de Ribera de Duero.


Transgresión, pecado, lo del huevo frito seguro que roza el delito.


Espacios enormes pero cálidos. Estoy en la cafetería. Una inmensa barra quitapenas semicircular enmarca el espacio de sofás y butacones en el que ceno, me horrorizan los restaurantes de hotel, pero amo las cafeterías. Soy la última, pero no tengo prisa. Los camareros tampoco...


Pienso en mi conversación con Rafa  y en lo importante que fue para mí el taller sobre MIDLIFE: Fundamentos para transitar por la segunda mitad de la vida. Analicé entonces los síntomas de mi propia crisis madurescente:


Tengo plena consciencia de mi propia muerte futura. Hasta hace bien poco la muerte era algo que les ocurría a los demás.
Tengo sensación de aceleración: me queda menos tiempo por vivir, que tiempo vivido.
He cambiado físicamente. Fui consciente de ello hace muy poco: no me reconocí al mirarme con atención en el espejo. Mi metabolismo se ha ralentizado, tengo menos necesidad de dormir.
Estoy construyendo para mí un nuevo rol que se centra básicamente en el mantenimiento de la calidad de vida.
No soy capaz de retener nuevos conocimientos si no los conecto con mi propia experiencia, si no los relaciono con una experiencia anterior.
Tengo una importante inclinación hacia el mentoring, disfruto tutorizando juniors, me gusta ver éxitos de personas más jóvenes que yo.
Necesito mayor autonomía que hace años, no soporto tener jefe.
Me cuesta desaprender, repito inconscientemente pautas y comportamientos.
Tengo pequeños dolores crónicos...
Conozco mucho mejor que hace unos años mis propios defectos y talentos.
Mantengo intacta la curiosidad pero me interesa poca gente.


A partir de esta reflexión pienso que podríamos abordar una oferta de "Gestión de la Midlife" que podría dirigirse a:


"Madurescentes" que individualmente quieran mejorar su calidad de vida, planificar la tercera etapa de la vida y reinventarse en cualquier sentido...


Departamentos de Recursos Humanos que, conscientes del progresivo envejecimiento de las plantillas de sus organizaciones, quieran reelaborar temas como:


Conciliación para profesionales maduros (dependencia, cronificación de enfermedades, etc)
Aprendizaje en la madurez: transmisión del conocimiento tácito, gestión del conocimiento y creación de la inteligencia colectiva de la organización.
Reciclaje tecnológico en competencias digitales: uso de herramientas 2.0 y nuevos métodos de trabajo: colaborar, cocrear, coworking, coopetencia, sharismo, cooperación, etc.
Outsourcing: Gestión por proyectos. Coordinación de equipos externos a la organización. GIG: Gigonomics.
Empowerment: Redarquía: trabajar en red.
Comunicación interna: Creación y coordinación de comunidades de empleados: de la intranet a las redes sociales corporativas.
Comunicación externa: Coordinación de la participación de los empleados en la creación y gestión de la reputación corporativas: de empleados a fans.

Anoto en mi moleskine las cuatro ideas que al volver a casa intentaré fijar en un power point.

De la "adolescencia" a la "madurescencia": Somos legión


El término "adolescente" hace pocas décadas que existe. Antes de las primeras décadas del siglo XX, se pasaba de la niñez a la juventud y de ahí a la edad adulta sin etapas en las que se "adolece" de algo, en la que se vive en un estadio incompleto, de persona en espera, en preparación para asumir los roles de adulto.

En 1983 la ONU definió como jóvenes a todas aquellas personas que tienen entre 15 y 24 años (adolescentes de 13 a 19 y jóvenes adultos de 20 a 24), pero es obvio que la edad como criterio es insuficiente, porque no tiene en cuenta el contexto en el que se desarrollan los individuos y si tal vez estas franjas de edad son válidas para sociedades rurales, no lo es en grandes ciudades donde la "inmadurez" podemos decir que casi se alarga hasta la vejez, estamos en estado Beta permanente, en construcción, en permanente aprendizaje.

La crisis en el empleo y las dificultades para acceder al mundo laboral han prolongado enormemente ese período llamado juventud y ha ido evolucionando hasta este momento en el que pasamos de la juventud a la senectud sin solución de continuidad y no nos sorprendemos cuando alguien afirma que fulanito ha fallecido muy joven a los setenta y pico años.

Según la "Muestra continua de Vidas Laborales" del Ministerio de Trabajo e Inmigración (en datos recogidos por J. Ignacio Conde-Ruiz y Clara I. González), la edad media de incorporación al mercado laboral se ha retrasado en España casi 10 años. Así, alrededor de los años 50 del siglo pasado estaba en los 18 años mientras que en el 2005 se sitúa alrededor delos 28 años y subiendo.

Los individuos han aumentado los años dedicados al estudio, han pospuesto decisiones como el matrimonio o la llegada del primer hijo y consecuentemente se alarga el período de "inmadurez".

Por otro lado, aunque la edad de jubilación esté fijada en los 65 años, la edad efectiva de jubilación está por debajo de la edad legal, tanto en España como en los países de la OCDE (¡increíble!) y si en 1965 la edad media de jubilación en España era de 69,4 años para los hombres y 71,9 para las mujeres, en el 2007 se ha adelantado unos ocho años (61,4 para los hombres, 63,1 para las mujeres). Y aunque sabemos que esta tendencia está cambiando, en general es cierto que las personas se incorporan más tarde al mundo laboral y se jubilan antes que hace 50 años. 

Si a todo esto le añadimos un incremento espectacular en la esperanza de vida (de +6 años entre 1969 y 2007) y una previsión de hasta el 90% de los españoles que alcanzan los 65 años,trabajamos unos 15 años menos que nuestros abuelos aunque disfrutemos de mejor estado de salud. Parece evidente que con estas cifras urge alargar también la vida laboral sino queremos tener un serio conflicto e nuestro sistema de pensiones.


Pero no se trata sólo de un problema económico o productivo. Esta nueva realidad demográfica tiene que ir acompañada de importantes cambios en cada uno de los ciclos vitales de los individuos.

Estos profundos cambios demográficos a los que se une una importante baja en la tasa de fecundidad en España, hacen que emerja un nuevo grupo demográfico, desconocido hasta hace muy poco: los madurescentes que en mucho mejores condiciones de salud y de preparación que sus antecesores a su edad, si es que pudieron alcanzarla, pueden replantearse perfectamente su realidad laboral, familiar, personal, su trayectoria vital, en fin, y superado el "tránsito", esa segunda adolescencia, iniciar un proyecto vital inaugural que esta nueva realidad permite.



El término madurescencia viene a inaugurar el protagonismo en esta primera mitad del siglo XXI de una nueva etapa vital que los manuales de psicología no recogen, en la que podemos retomar los sueños de la primera adolescencia, podemos reiniciar nuestra historia pero con experiencia acumulada, cometiendo nuevos errores y nuevos aciertos porque las reglas de juego han cambiado.

En los próximos años veremos proliferar estudios, informes y programas dedicados a este colectivo (como en su día proliferaron los estudios sobre la adolescencia) porque como sucedió con los adolescentes en las décadas de los 80/90 del siglo pasado, serán la franja de consumidores más potente y con más "futuro".

La diferencia es que ahora han cambiado valores, hábitos y tendencias y el consumidor se ha con vertido en "prosumidor" que opina, habla, participa e indica a las marcas el tipo de experiencia del que quiere disfrutar.

Larga vida al Madurescente "in progress".


En el 2006 apareció en la Harvard Business Review un artículo en el que se fijaba el término madurescencia: La gestión de la Madurescencia, de Robert Morison, Tamara Erickson y Ken Dychtwald que en resumen decían:

Quemados. Aburridos. El 60% de los trabajadores de entre 35 y 54 años se sienten descontentos con su trabajo y están valorando el buscar uno nuevo y diferente en un lugar interesante.

Es una tendencia creciente y peligrosa, teniendo en cuenta  la fuga de cerebros que nos golpeará en breve cuando la vanguardia del baby boom se jubile.
Y los que se queden en la empresa porque necesitan el dinero aun suponen una alternativa peor: su falta de energía y de innovación erosiona la productividad de su empresa.
La solución está en el extremo opuesto de los comportamientos actuales de todas las empresas.
Los madurescentes tienen hambre de renovación. La empresa debería ofrecerles nuevos retos, ayudarle a adquirir nuevas competencias, cambiando sus tareas, exigiéndoles que desarrollen nuevas especialidades..., cambiándoles de escenario, aprovechando sus extensos conocimientos sobre la organización, convirtiéndolos en mentores de otros empleados, ofreciéndoles formación, sin presuponer que los "maduros" no necesitan aprender... haciendo un llamamiento a sus intereses vitales más profundos que tendrán que ver con:
  • El desarrollo del pensamiento conceptual.
  • La orientación y la tutoría.
  • La aplicación de la tecnología.
  • El análisis cuantitativo.
  • La producción creativa.
  • La influencia a través del lenguaje y las ideas.

Y esta es inicialmente mi definición:

MADURESCENTES
Franja social que antes no existía. Generación que no tiene entre sus planes el hecho de envejecer.
Novedad demográfica de la generación del "baby boom" como en su día lo fue la aparición de la "adolescencia" a mediados del siglo XX.
Generación que ha llevado en general una vida razonablemente satisfactoria.
Hombres y mujeres independientes que ni piensan en la jubilación y si ya se han jubilado disfrutan de la vida sin miedo al ocio o a la soledad. Personas saludables, curiosas, activas.

Personas que se sientan frente al ordenador como si lo hubieran hecho toda la vida, se van olvidando del viejo teléfono y escriben e-mails, posts y hasta tweets con sus ideas y vivencias.

Por lo general están satisfechos con su estado civil y si no lo están, no se conforman y procuran cambiarlo sin complejos.

No lloran cuando pierden: reflexionan, toman nota y a otra cosa mariposa.

Mujeres y hombres "Atlas" que mantienen y soportan a la vez a sus descendientes y a sus ascendientes y que no dedican su ocio a las máquinas del gimnasio sino que saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente o de una sonrisa iluminada por la experiencia.

Hombres y mujeres que sufren discriminación laboral por edad y tienen muy difícil si están desempleados el volver a la empresa y por ello deciden emanciparse, entran en el período más creativo de sus vidas y se convierten el los dueños de su destino.


Y esta es la definición que improvisé para una entrevista para AEFOL:

¿Qué es la madurescencia?
Se considera un cambio drástico en nuestra visión de la vida.  Se dice que antes de esta etapa la persona mira a la vida en términos de los años vividos, luego comienza a mirar hacia la vida en términos de cuantos años me quedan por vivir. Hay personas que nunca entran en esta crisis y no hay edad concreta para sufrirla pero algunos autores coinciden en que si se  produce, es en ese momento en que el adulto debe hacerse cargo a la vez de sus padres y de sus hijos.
Se llama “madurescencia” a la reacción ante la crisis de la “mediana edad” (middlescence).  Es un término que se utiliza para denominar un proceso similar al de la adolescencia durante la mediana edad.  Se caracteriza por un nuevo esfuerzo de búsqueda de una nueva identidad.  El adulto llega a un punto en el que se pregunta ¿esto es todo lo que hay? y comienza a buscar nuevos alicientes vitales que pueden suponer un cambio radical en su vida laboral, en su vida afectiva o relacional. A menudo la persona incurre en patrones de comportamiento que no son típicos de su edad, en particular, tratar de establecer patrones de vida típicos de los adolescentes.
Se caracteriza por un marcado esfuerzo por hacer cosas que nos parecen que tienen valor y significado en la vida.  Además, hay un marcado interés por contribuir a la formación de la generación que se está levantando.


El desarrollo tecnológico, el volumen de información que nos vemos obligados a procesar diariamente, el cambio de modelo económico y social en el que estamos inmersos..., nos fuerzan a los madurescentes  a revisar nuestras estructuras vida para provocar un cambio que nos permita adaptarnos y seguir desarrollándonos tanto individual como socialmente.

Y esto significa que, de nuevo, nuestra capacidad de aprendizaje es la herramienta más importante para nuestra supervivencia social y laboral.

Autores como D. Levinson dicen que en la edad media adulta (que el fecha entre los 45 y los 60 años), en concreto, alrededor de los cincuenta años, se produce una transición que se parece a la crisis de los treinta: el sujeto se da cuenta de que tiene que tomar determinadas decisiones, cruciales para la construcción de una nueva estructura de vida.


Algunos tiran la toalla y dan por finalizada su etapa de aprendizaje para pasar a la etapa de conservación que se caracteriza por estar regida por el miedo permanente a la pérdida de bienes, estatus, en fin, de todo lo acumulado o todo lo conocido durante la primera edad adulta.

Otros, cada vez más numerosos, inician una fase de indagación y cuestionamiento de lo conocido a la búsqueda de una segunda oportunidad vital, con el bagaje de la experiencia acumulada.

En este camino, no es la edad el inconveniente; lo que cuesta es desprenderse de las viejas suposiciones y prejuicios, olvidar otros momentos y estructuras en los que los procesos de aprendizaje fueron duros, cuando no dolorosos.




Desechar el recuerdo indeleble de las aulas de nuestra infancia, "la letra con sangre entra", las tarimas que convertían a nuestros maestros en autoritarios gigantes inalcanzables, pozos de ciencia que no fuentes, la obediencia ciega, el desprecio a "lo diferente", la uniformidad y la disciplina que marcaron nuestros primeros aprendizajes.

Olvidar se convierte en el primer requisito para adaptarse y transformarse.


Y recuperar, eso sí, nuestra manera primigenia de aprender: El JUEGO. Como dice E Erikson, esa forma infantil de adueñarse de la realidad por medio del experimento y de la elaboración de un proyecto.

El adulto, sigue diciendo Erikson, "juega" también con las experiencias y anticipa algunos objetivos a través de su pensamiento.

Para construir el futuro, el hombre necesita aprender a aceptar y tratar con estos materiales, ya sean juguetes o esquemas mentales, materias naturales o productos de la técnica que se ponen a nuestra disposición por las condiciones culturales, científicas y tecnológicas del momento histórico que vivimos. (citado por María Luisa de Natale en El aprendizaje en la edad adulta).


Por eso me parece imprescindible en este momento dotar a los adultos maduros, a los que no nacieron con Internet, a los que tuvieron que realizar un duro y arduo camino de aprendizaje de los diferentes lenguajes informáticos, de las habilidades digitales básicas que les permitan seguir "jugando" y experimentando con las nuevas realidades y estructuras que empiezan a entreverse, conociendo sus reglas del juego y sus mecanismos tanto técnicos como relacionales.

Hasta hace muy poco, finales del siglo XX, no existía el concepto de mediana edad porque entre la adolescencia y la vejez mediaban pocos años. Ahora con la esperanza de vida en España rondando los 80 años es además una "larga" época de la vida.

Estamos viviendo pues un fenómeno muy reciente, una nueva edad adulta, larga y en plenitud de facultades. Como se dice en el programa  Odyssey de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, hasta ahora sabíamos lo que nuestros hijos debían saber hacer entre los tres y los seis meses, pero ¿qué se supone que debo estar haciendo a los cincuenta?

Y es que además cada vez seremos más..... basta con ver la prospección de la pirámide de edad de la población española hasta 2050.

Impresiona comparar las pirámides de población en España  desde el 2001 hasta lo que nos traerá el 2050. Una sociedad envejecida y con más del 60% de la población activa en la franja de los 45 a los 59 años: madurescentes en plena transformación personal.

Iniciemos este nuevo viaje sin mapas desprendiéndonos de lo que ya no nos es útil para seguir creciendo.

Un montón de amigos y conocidos al llegar a este punto, alrededor de los cincuenta, se preguntaron: ¿Esto es todo lo que hay?

Ahí comienza el duelo por una vida en la que hasta el momento nos encontrábamos bien pero que parecía haber perdido sentido e iniciamos entonces un proceso de cambio tanto externo como un sutil pero profundo cambio interno. Lo normal es resurgir del tránsito, del proceso, con un renovado entusiasmo por la vida: es el tránsito por la madurescencia...

Y según la WIKIPEDIA: "Se dice que las personas que experimentan una crisis de la mediana edad presentan una o varias de las siguientes tendencias:
  • Búsqueda de un sueño o meta indefinido.
  • Profundo remordimiento por las metas no alcanzadas.
  • Deseo de lograr la sensación de juventud.
  • Necesidad de pasar más tiempo solo o con ciertas compañías.
Y para Germán Eduardo en su estudio sobre la CRISIS: "La vida es un estado de crisis casi permanente apenas interrumpido por lapsos de relativa estabilidad" y en la crisis de la edad madura, la madurescencia sería un estado de "estrés que sufren los adultos de edad media al tener que ayudar, simultáneamente a sus hijos y a sus padres".

Si volvemos a la evolución de la pirámide de edad en España, los Departamentos de Recursos Humanos en un futuro muy cercano, tendrán que centrarse en la gestión de plantillas maduras, en plena revolución personal de redefinición de sus valores personales, su objetivos vitales y sus expectativas de futuro. Y la verdad es que nos ha pillado bastante desprevenidos. Hemos estudiado hasta la saciedad la incorporación al trabajo de las generaciones más jóvenes, el análisis competencial de los más jóvenes y los diseños de sus carreras profesionales. Incluso hemos dedicado tiempo a preparar para la jubilación a generaciones que cada vez se jubilarán más tarde y que en realidad tendríamos que preparar para alargar su vida laboral unos 20 años más.


Siguiendo con el estudio de Germán Eduardo y las etapas de Erikson, la crisis de la edad madura, la madurescencia puede resolverse de dos maneras:

Generatividad versus estancamiento:

Generatividad: Apoyo a las nuevas generaciones. Producción de algo que contribuya a la mejora de la sociedad. Enseñar, instruir, transmitir valores. Reparar, integrar, reconocer las propias limitaciones, aceptación de la muerte.

Estancamiento: Incapacidad de preocuparse por el otro. Metas no realistas. Pseudointimidad. Ensimismamiento. Evitación de la verdad.

Hace ya algún tiempo que en las ofertas de empleo de las separatas del domingo de periódicos como El País, aparecen ofertas bajo el epígrafe MAYORES DE 45 y no son precisamente ofertas de empleos no cualificados. Parece que por fin la experiencia puede relacionarse con la eficiencia y que los valores de las generaciones maduras en momentos de tantísimo paro y tantísimo ERE empiezan a tener un peso.

Curiosas son también las conclusiones de la "Investigación sobre la Media Edad" (2008) de la Fundación MacArthur que fecha el inicio de la madurescencia en los 46 años en los hombres y en los 49 en las mujeres. Dos tercios de los participantes en dicha investigación manifiestan que se sienten mucho más jóvenes que su edad cronológica. Todos reconocen el término "crisis de la media edad" pero sólo el 23% ha experimentado esa crisis y manifiesta además que está causada por transiciones importantes en la vida: divorcio, pérdida del trabajo, muerte de un hijo, los padres o un pariente o amigo cercano o por graves problemas financieros.

En este estudio el 50% de las mujeres dijeron no haber tenido los síntomas meno páusicos estándar (sofocos, sudoración, insomnio e irratibilidad) y el 62% vivió la menopàusia como un verdadero alivio.

Y como dice el Dr R.A. Friedman en el NYTimes, la madurescencia se produce en el momento que nos preguntamos:
¿Esto es todo lo que hay?
Y sigue diciendo que hay que admitir que "estoy teniendo una crisis de la mediana edad" suena mucho mejor que "soy un idiota narcisista que tiene una crisis porque me horroriza envejecer".

Algo está cambiando en el envejecimiento de las sociedades del primer mundo. Caerán muchos más tópicos sobre el deterioro y el último tercio del camino...

Por ejemplo: En el informe LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN EN ESPAÑA 2010 de la Fundación Telefónica se hace hincapié en que... "el aumento que se produce en la digitalización de actividades entre 2008 y 2010 es en todos los casos superior entre los ciudadanos de entre 45 y 54 años que en la media de la sociedad..." y ..."En cuanto a la la realización de actividades utilizando Internet, no sólo el segmento entre 45 y 54 años muestra datos superiores a la media, sino que lo mismo ocurre con el segmento de población entre 55 y 64 años."

Y remarca... "Los internautas más maduros son más proclives al uso de Internet móvil"

Torres más altas caerán, sobre todo las que tienen que ver con los prejuicios sobre la efectividad y productividad de los trabajadores maduros y veremos con frecuencia como estos trabajadores abandonan empresas en las que llevan más de 15 años para iniciar su propio proyecto empresarial, emprendedores maduros como los que cita Xavier Marcet.

Será fundamental para los Departamentos de Recursos Humanos retener el talento de estos nuevos "maduros madurescentes" que aúnan a su experiencia las ganas de emprender nuevas aventuras profesionales.


Martín Carnoy que confirman algunos cambios de tendencia en el mundo laboral muy interesantes:

La preferencia de los trabajadores y las empresas por la prejubilación de la última generación de maduros es una tendencia que está cambiando lentamente, entre otras cosas porque muchos de los "apartados" de la vida laboral activa de estos últimos años, son cincuentones que saben que les será muy difícil incorporarse a una nueva empresa y optan por instalarse como autónomos y ofrecer sus servicios y experiencia, en muchas ocasiones a la misma empresa que los expulsó de su seno.

Carnoy lo explica muy bien: El empleo no está desapareciendo pero el trabajo está sufriendo un cambio profundo. Los procesos laborales se flexibilizan, las empresas están interconectadas en redes y los individuos tambien lo están dentros de sus empresas. La demanda de trabajo es cada vez más especializada y más habitual la subcontratación del trabajo  y los contratos eventuales y a tiempo parcial.

Dice Carnoy que el autoempleo ha sido una de las características predominantes del sistema laboral durante la mayor parte de la historia humana. Que lo que es "puntual" en la historia es trabajar por cuenta ajena y que claramente estamos volviendo gradualmente al autoempleo al pasar a una economía de servicios, al disponer de una tecnología de la información de bajo coste y crecientes niveles de educación de la población activa.

La globalización, las nuevas tecnologías de la información y la lucha de las mujeres por la igualdad están transformando el mercado de trabajo.

En este último sentido, otra tendencia que en este caso se invierte claramente es el de las mujeres maduras que hasta ahora estaban fuera del mercado laboral en un gran número. Seguramente habían trabajado de jóvenes y salido del sistema para ocuparse de los hijos. Parece que empieza a suceder lo contrario, en parte porque está casi imposible la incorporación de los jóvenes a su primer empleo estos últimos años, lo que supone que las mujeres jóvenes dependen económicamente de sus padres y a las maduras no les queda más remedio que reincorporarse al trabajo para sostener la economía familiar. Para las mujeres maduras además es más fácil acudir a este mercado laboral eventual, a tiempo parcial... flexible.


Y leo en El País 

"(...) La Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) ha publicado recientemente un estudio en el que apunta algunas claves de un problema complejo. Básicamente, es éste: las empresas prefieren deshacerse de sus trabajadores mayores (porque los creen obsoletos y sus sueldos son altos), los propios empleados eligen retirarse si su retribución no merma demasiado y los sindicatos continúan patrocinando la prejubilación en los ajustes de plantilla. El inconveniente es que prescindir de una generación completa de trabajadores implica una pérdida enorme de fuerza de trabajo. Incluso, aunque la empresa que prejubila siga pagando su cotización a la seguridad social. Si los jóvenes (cada vez menos) continúan incorporándose tarde al mercado laboral, será insostenible la actual tasa de empleo de 55 a 64 años, del 43,1%. En este momento, aunque la media de jubilación se sitúe en los 65 años, el cese de la actividad (por prejubilaciones o despido) se sitúa en los 61,5, según el informe.
(...) Pero el mayor problema no son los trabajadores que se jubilan cuando, más o menos, les toca, sino los que se van o son despedidos a partir de los 50, en plena actividad.

Pero auguro una revolución pendiente que tiene que ver con el continuo aumento de la esperanza de vida que hace que los mayores de 50, ya en este momento, se consideren en su mejor momento vital y preparados para iniciar su propio proyecto laboral con la libertad que da superar el síndrome del nido vacío, recuperar la intimidad o romper definitivamente con la pareja de toda la vida, trabajar con eficacia con mucho menos esfuerzo gracias a la experiencia acumulada, haber vivido mil y una crisis y haber sobrevivido... Veremos explotar todo ese potencial creador en los próximos años. ¡Eso espero, por la cuenta que me trae!

En las conclusiones de su estudio sobre “El envejecimiento de la población en España”, Julio Pérez Díaz (4) comenta con optimismo que “debería aclararse por qué el envejecimiento demográfico guarda una correlación casi perfecta con los niveles de riqueza y bienestar internacionales, y no con la pobreza. España, desde luego, no desmiente esta relación, sino todo lo contrario: no ha hecho más que prosperar mientras la proporción de mayores pasaba de apenas el 4% hace un siglo al 18% actual.
Lo que se ha alargado no ha sido la vejez, sino la juventud. Quienes nacieron en España a principios del siglo XX empezaron a trabajar a una edad promedio de 13 años y se convirtieron en adultos muy pronto, y en viejos también.
Hoy en España se considera joven a una persona de 40 años.
Ha aparecido, por tanto, un nuevo actor social con un peso demográfico creciente que ha abierto nuevas posibilidades de relaciones y estrategias familiares. Pero sobre todo, se ha democratizado la supervivencia hasta la vejez, lo que transforma por completo los ciclos vitales. No nos hallamos ante una repetición de antiguas decadencias como la del Imperio romano, ni ante el abandono juvenil de las zonas rurales. Asistimos al mayor triunfo de la humanidad desde sus inicios. No lo recibamos con miedo”
No puedo estar más de acuerdo…
Hasta hace muy poco, finales del siglo XX, no existía el concepto de mediana edad porque entre la adolescencia y la vejez mediaban pocos años. Ahora con la esperanza de vida en España rondando los 80 años es además una "larga" época de la vida. Merece la pena aprender a vivirla con intensidad.

Parece básico para que eso suceda, el pasar de una actitud 1.0 a una 2.0 que supone fundamentalmente pasar de dejar en manos de una empresa nuestro desarrollo personal y profesional , a tomar las riendas de nuestra vida tal vez  por primera vez. Y eso pasa por dominar los nuevos recursos TIC.

Y es que el paso de una actitud 1.0 a una 2.0 no es sólo una cuestión de tecnología.
Tal como explica
El País (6), los principales ejecutivos españoles no hacen uso de las redes sociales, como también tardaron una eternidad en incorporarse al uso del correo electrónico y todavía muchos de ellos siguen pidiendo a sus secretarias que los impriman.
Afortunadamente Blackberry, sobre todo, ha hecho más por la tecnificación de nuestros ejecutivos que toda la formación programada en estos últimos años y a la que tan remisos de asistir son todos los jefes.

Pero un número elevado de nuestros directivos sigue identificando internet con ocio y hasta que no lo vean como una herramienta de trabajo, difícil tenemos la difusión y generalización del trabajo en red, el conocimiento compartido... y todas las ventajas laborales que aportan las herramientas colaborativas.
Blogs, wikis, podcast, RSS, son "palabros" que pueden asustar a cualquiera. Tal vez deberíamos trabajar primero el cambio de valores y las habilidades que debemos desarrollar para asumirlo. Informar, colaborar, compartir... en lugar de competir, es un cambio mucho más fundamental y sobre todo previo, a la asimilación de una nueva tecnología.

No es un tema de edad, sino de flexibilidad, de capacidad de adaptación al cambio, de tolerancia, generosidad, responsabilidad... valores todos ellos asociados a una actitud 2.0.

Así que es fundamental trabajar el cambio de actitudes, la adquisición de la nueva tecnología si se entiende el nuevo paradigma, no debe suponer ningún problema... lo digo por experiencia.
En el informe LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN EN ESPAÑA 2010 (7) de la Fundación Telefónica se hace hincapié en que... "el aumento que se produce en la digitalización de actividades entre 2008 y 2010 es en todos los casos superior entre los ciudadanos de entre 45 y 54 años que en la media de la sociedad..." y..."En cuanto a la realización de actividades utilizando Internet, no sólo el segmento entre 45 y 54 años muestra datos superiores a la media, sino que lo mismo ocurre con el segmento de población entre 55 y 64 años."

Y remarca... "Los internautas más maduros son más proclives al uso de Internet móvil"

Otros prejuicios en este sentido caerán, sobre todo los que tienen que ver con la efectividad y productividad de los trabajadores maduros y veremos con frecuencia como estos trabajadores abandonan empresas en las que llevan más de 15 años para iniciar su propio proyecto empresarial, emprendedores maduros como los que cita
Xavier Marcet (8).

Será fundamental para los Departamentos de Recursos Humanos retener el talento de estos nuevos "maduros madurescentes" que aúnan a su experiencia las ganas de emprender nuevas aventuras profesionales.


Leo en "Expansión y Empleo" (9) que la actual recesión provocará que se pierda gran parte de una generación que no podrá incorporarse al trabajo. Por otro lado la fuerza laboral será, por estos años sin contratación, una población laboral envejecida.
Así que es previsible que, al contrario de lo que ahora sucede, la experiencia y la madurez serán en breve un valor añadido en un proceso de selección y será más importante retener que contratar.

Actualmente la media de duración de una empresa ronda los cinco años, y algunos dicen que las nuevas generaciones (y las "viejas" también) cambiarán hasta diez veces de compañía. Los "empleos" se convertirán en "proyectos".

Modelo Hollywood: se unen el mejor iluminador, el mejor guionista, el mejor director...y hacen una película, decía Sergio Fernandez. (10)

En este sentido leí en el suplemento Dinero de La Vanguardia del 2 de mayo del 2011(11):
“… Se empieza a difuminar el rango de edad en la búsqueda de perfiles profesionales”. “Mientras antes, en la mayoría de ofertas se concentraban en buscar profesionales en la franja de entre 35 y 40 y pocos años, ahora existe una predisposición a tener en cuenta también perfiles más maduros.”
“Entre los directivos, la principal salida profesional que están encontrando es la colaboración o interinaje para liderar un proyecto concreto. Puede ser el lanzamiento de un producto o un proceso de internacionalización   en algún mercado específico, pero normalmente es por un tiempo determinado, lo que para las empresas es una ventaja porque no supone contratos a largo plazo y el gasto es controlado.”

¿Tendencia? ¿Necesidad? Basta con mirar la evolución prevista de la pirámide de edad en España de nuevo, para deducir que los “maduros” tenemos un futuro laboral, ¡qué remedio!

En el mismo artículo se recuerda que la población activa mayor de 45 años ha crecido del 2008 al 2010 en más de 100000 personas que mayoritariamente son amas de casa que se han reincorporado al trabajo debido a la crisis.

El  fenómeno  no sólo tiene que ver con la crisis, el mercado laboral en los últimos treinta años está cambiando fundamentalmente por el rápido aumento de la presencia de mujeres trabajadoras. Y cito de nuevo a Julio Pérez Díaz (12) que en su artículo sobre “la madurez de las masas” habla de la “eficiencia reproductiva” que supone que la mayor parte de los nacimientos consigue completar sus años fértiles lo que hace innecesarias las elevadas fecundidades de antaño. Esto supone que las mujeres jóvenes y adultas se han sentido descargadas de sus obligaciones ancestrales dentro de las familias, y ha abierto para ellas posibilidades de igualdad real insospechadas hasta hace poco. Para los hombres, en cambio, puede estarse produciendo un desplazamiento de roles que les acercará a la vida familiar y a tareas de relevancia social.

El desempleo masculino en mercados como el estadounidense se incrementa a un ritmo mucho mayor que el de las mujeres (mancession).
En la Unión Europea las mujeres han ocupado el 75% de los puestos de trabajo creados desde el año 2000.
En Estados Unidos (y me atrevería a extenderlo a todo el primer mundo) la mujer es responsable del 83% de las compras, mantiene el 89% de todas las cuentas bancarias y el 51% de la riqueza personal.
Estudios de la Universidad de Cambridge sugieren que "el estilo transformacional de liderazgo femenino que se enfoca hacia el largo plazo y que construye consenso y colaboración, es el más adecuado para el nuevo escenario posterior a la crisis."
CRISIS: "La vida es un estado de crisis casi permanente apenas interrumpido por lapsos de relativa estabilidad" y en la crisis de la edad madura, la madurescencia sería un estado de "estrés que sufren los adultos de edad media al tener que ayudar, simultáneamente a sus hijos y a sus padres". Germán Eduardo (13)




Por eso me parece imprescindible en este momento dotar a los adultos maduros, a los que no nacieron con Internet, a los que tuvieron que realizar un duro y arduo camino de aprendizaje de los diferentes lenguajes informáticos, de las habilidades digitales básicas que les permitan seguir "jugando" y experimentando con las nuevas realidades y estructuras que empiezan a entreverse, conociendo sus reglas del juego y sus mecanismos tanto técnicos como relacionales.

Los Departamentos de Recursos Humanos, una vez superadas las diferentes crisis en  las que estamos inmersos (valores, ideologías, familia, educación, finanzas…) y reducidas a su mínima expresión las plantillas de sus organizaciones, deberán ocuparse de los “maduros profesionales” que en pocos años supondrán más del 30% de sus empleados y que por todo lo que hemos comentado hasta ahora, estarán inmersos en procesos de reinvención personal y dispuestos a iniciar una nueva etapa laboral con la seguridad que da la experiencia.

Según Isabel Carreras (14), responsable de la Fundación Randstad en Cataluña, “las empresas que apuestan por profesionales maduros comprueban que es un colectivo con alto compromiso, con un reducido absentismo y una mínima rotación”.

Nuevos entornos laborales, rediseño de los espacios de trabajo, flexibilidad horaria, programas de conciliación que nada tienen que ver con el cuidado de los hijos, sino con el cuidado de uno mismo, nuevos canales de comunicación que potencien la gestión del conocimiento y el desarrollo de la inteligencia colectiva de la organización, planes de formación que tengan en cuenta la posibilidad de desaprender viejos hábitos e incorporar el aprendizaje entre pares y “one to one”, la transformación de los formadores internos de la organización en Community Managers facilitadores del trabajo colaborativo y gestores de las conversaciones internas, desarrollo de canales que faciliten el trabajo en red, etc., son algunas de las tareas que “ocuparán” a los Departamentos de Recursos Humanos si quieren sobrevivir en un futuro muy próximo en el que los jóvenes serán un “bien escaso”.

Como dice el profesor Martin Carnoy (15) viviremos en los próximos años un retorno gradual al autoempleo y una disminución del promedio de permanencia en el empleo ya que las empresas en red externalizarán al máximo sus necesidades y veremos aumentar la subcontratación del trabajo y los contratos eventuales y a tiempo parcial.

Los Departamentos de Recursos Humanos deberán especializarse en la selección y formación de equipos especializados para un proyecto, proceso o servicio concreto, con gran experiencia y capacidad de decisión, responsables y altamente motivados que se desvinculen de la empresa una vez finalizado el servicio. Suena a “profesionales maduros” que inician una nueva etapa laboral una vez superada la madurescencia.
Sabemos que la gente de nuestra generación está en pleno renacimiento, resurgiendo de sus cenizas como el Ave Fénix, reinventándose en el fondo de esta profunda crisis que ha acelerado todos los procesos de cambio, sabedores de que sólo tenemos una vida y hemos entrado en su “tercer capítulo” y que nuestra propia reinvención pasa por el aprendizaje continuo, por permanecer en este “estado BETA” en que están ahora personas, productos, empresas… sociedad.


Queremos contribuir al desarrollo pleno de una generación que ha trabajado duramente, pero que ha vivido también el periodo de bienestar más importante de la historia de la humanidad. Que ha asistido a la aceleración permanente del desarrollo tecnológico, al periodo de paz en el primer mundo más largo que se conoce, a la época de mayor prosperidad de la historia… y por ello siente este cambio de época, este cambio de sistema, esta crisis, como una pérdida y no como una oportunidad para despegar el vuelo y ser definitivamente los dueños de nuestro destino.



Queremos ayudar a nuestros congéneres a vivir esta transformación como una oportunidad única para crecer en todos los sentidos del término.Nos ponemos a trabajar…”






Internet nos ha cambiado la vida
Madurescencia y aprendizaje

El amor no encuentra su sentido en el ansia de cosas ya hechas, completas y terminadas, sino en el impulso a participar en la construcción de esas cosas.
Zigmunt Bauman - AMOR LÍQUIDO 

De Inmigrante a Residente Digital


Hace ya un tiempo que me despierto a las siete menos cuarto, haya dormido lo que haya dormido. Es un regalo madurescente y llevo incorporado un despertador natural entre otras mejoras que aporta la edad.

Desayuno de forma consistente, fruta, yogur con cereales y café, porque eso dicen los dietistas que es lo saludable: Desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo... ¡Quién me lo hubiera dicho a mí que durante décadas fui de café solo y a la calle! Mientras desayuno enciendo mi tablet y leo los periódicos, tuiteo alguna noticia interesante, reviso mi correo y mi reader. "Meneo" el último post de Pérez Reverte y ¡a la ducha!

He quedado para comer en la playa con un grupo de primos. Iré con mi hermano y su mujer al que mando un mensaje diciéndole a que hora llegaré a su casa. También escribo un mensaje a mi otro hermano para que sepa que no estaré en casa en todo el día. 

Por la ventana miro cómo ha amanecido el día: nubes y claros, pero por si las moscas preparo la bolsa de la playa y deseo buenos días a mis amigos en Facebook y les enlazo desde YouTube una estupenda canción de Sting: "Shape of my Heart"

Subo al coche y conecto la radio a través del móvil para oír las noticias, el "manos libres" no sea que me pongan una multa y me dispongo a pasar un sábado desconectada y en familia.

Al llegar a casa de mi hermano, me enseña unas fotos estupendas que le han hecho en su último viaje a Tenerife en un Laptop que siempre lleva consigo y, hablando, hablando, llegamos hasta nuestros índices de colesterol (típica conversación madurescente) triglicéridos, ácido úrico... y fotografío la caja de una medicación que me recomienda para recordar el nombre... ¡lo que mi memoria le debe a Internet!!!

He recibido un mensaje en un grupo de WhatsApp proponiéndome asistir esta noche a un concierto de Silvia Pérez Cruz y compruebo en la página de venta de entradas que están agotadas... Otra vez será...

Salimos los tres en un solo coche y siguiendo con las "normas" al uso, uno de nosotros no beberá. Mi cuñada envía un mensaje a mi sobrina... "Nos vamos. Volveremos a media tarde" y otro a la madre de la amiga con quien está pasando el día.

En el coche consulto mi correo (nada nuevo...), el tiempo que nos hará (amenaza lluvia) y anoto 28 puntos en una jugada de "Apalabrados".

Al llegar al restaurante donde comeremos hago checking en Foursquare. ¡Madre mía! Hace más de 20 años que no comía aquí. Creo recordar que la última vez fue con mis padres, mis hermanos, mis tíos, mis primos... algo parecido a lo que haremos hoy pero con una generación desaparecida, la de nuestros padres... Calamares a la romana, mejillones al vapor, ensalada y paella... Como Dios y la tradición mandan. El restaurante ha cambiado, hay Wifi, pero la cocina no.

Somos trece, buen número, once smartphones en la mesa junto al platito del pan. Dos niños de 4 y 6 años, comen menú infantil y juegan en el móvil de sus padres. Nueve de los móviles se convierten en cámaras de fotos para inmortalizar el momento. Yo le doy mi IPhone al camarero porque esta vez quiero salir en la foto y la subo a Facebook. Una de mis primas envía la que ha hecho ella a su hermana que está en NewYork y otra de mis primas a su hijo que está en Costa Rica.

Hacía tiempo que no nos veíamos y la conversación fluye animada resumiendo logros y fracasos, desgracias, buenas noticias y cotilleos de familia. Cada historia remite a una foto (mira mi nieto, estoy alojado en este hotel, estuve en Bogotá...) guardada en el móvil. Uno de mis primos guarda escaneada una foto de mis tíos y mi padre cuando eran niños. Nos reconocemos en esos ojos enormes y oscuros, tristes de posguerra, en esa nariz que nos hermana. Reconocemos rasgos de la familia en el nieto más pequeño que ha salido pastado a su abuelo cuando era niño.

Dividimos la factura a partes iguales en la calculadora del móvil y la tarde transcurre plácida en el jardín de la casa de una de mis primas, oyendo música de los 60 y 70 en Spotify. Siguen las fotos, los envíos por WhatsApp..., no nos despegamos del móvil ni para ir al cuarto de baño y apenas lo usamos para hablar por teléfono, los nuevos hábitos dictan que ocupemos nuestro tiempo con mensajes y Apps. Me descargo una aplicación que emite un sonido que ahuyenta a los mosquitos y mi hermano consulta la fuerza del viento (le encanta navegar) en otra. 

Somos todos inmigrantes digitales. Internet se metió en nuestras vidas cuando ya éramos adultos, pero llevamos nuestro smartphone pegadito a nuestro cuerpo, con parte de nuestro pasado en su memoria. Compartimos con los que están lejos los momentos que estamos viviendo, anotamos los datos que ya no podremos recordar por nosotros mismos, cyborgs, nuestro smartphone es una extensión de nuestra memoria. Estamos conectados, somos residentes digitales y cuando decimos que estamos desconectados hablamos del ordenador, de la pantalla del PC, porque el móvil es ya parte de nosotros mismos y cuando no hay cobertura, nos inquietamos, nos sentimos mal, es una nueva indisposición física.

Y al llegar a casa, por la noche, antes de cenar, antes de nada, enciendo la pantalla de mi Mac y disfruto consultando en Facebook las fotos del día, de mi día y del día de mis amigos... Ha sido un perfecto sábado desconectada...


Está la ciudad en silencio en lo más profundo del mes de agosto.  

Puedo oír casi los pensamientos de los cuatro que hemos quedado en este edificio, en esta calle, en este barrio, pero me acompañan todos los fantasmas de esta temporada que acabó (el año empieza en septiembre, es obvio) y que han entrado en mi vida, han dejado un poso que ahora paladeo y algunos de ellos se han ido casi sin notarlo.

Aprendemos gracias al lenguaje y a la imitación. Aprendemos porque conversamos y porque cada uno de los actos de las personas que nos rodean dejan una huella en nuestro cerebro, impactan en nuestras neuronas espejo e incorporamos sus experiencias a nuestra historia vital.

Nuestro primer aprendizaje fue aprender a imitar y de ahí surgió esa capacidad humana de ponerse en la piel de otro, de "comprender". Y a medida que pasa el tiempo podemos comprender a casi todo el mundo, incorporar a nuestra historia a amigos y enemigos de los que copio frases, actitudes, posturas, gestos, porque eso es la "cultura", esa forma de apropiarse de las historias de los otros.

Y cuando escribo, parece que siempre es a través de las palabras de otro al que leí, al que oí o al que imaginé en una conversación que nunca acaba, en ese rumor permanente que hay en mi cabeza compuesto por todas las palabras que no se lleva el viento, sino que atesoro en ese arcón de los recuerdos y del que voy sacando cada una de las frases que están componiendo "La Revolución Madurescente"

El problema principal del aprendizaje en la madurez es justamente que para avanzar debe partirse del desaprendizaje para romper barreras, tabúes, hábitos y rutinas que impiden nuevas visiones, nuevos posicionamientos vitales y la incorporación a nuestra experiencia de nuevos conocimientos que ponen en cuestión nuestras viejas creencias.Reviso a Nonaka y Takeuchi porque considero que los adultos maduros nos movemos más en el terreno del conocimiento tácito que en el del explícito en nuestros procesos de aprendizaje.  Al finalizar nuestro proceso de aprendizaje formal, sea la universidad o cualquier otra institución educativa formal vamos reduciendo nuestro acceso a sistemas de conocimiento explícito y al incorporarnos al mundo del trabajo sustituimos maestros y libros por la observación de la práctica laboral, la conversación junto a la máquina del café, la lenta incorporación de las normas y la cultura corporativa a partir de las reuniones y comidas con compañeros de trabajo, la consulta directa al lider informal..., y otras formas de adquisición del conocimiento tácito.Y uno de los grandes errores que hemos cometido durante años los que nos hemos dedicado a la gestión de los Recursos Humanos y más concretamente a la elaboración de planes de formación, ha sido justamente centrar nuestro esfuerzo en el conocimiento explícito (manuales, documentos, libros, cursos teóricos...) que no eran útiles para el desarrollo de nuestros empleados que por su parte, han ido evolucionando y aprendiendo por su cuenta, casi siempre al margen de los magníficos cursos propuestos por las unidades de RRHH.


Poco o nada se ha trabajado en el campo de los sistemas de transferencia de conocimiento tácito y como mucho se ha experimentado tímidamente en la utilización del storytelling como sistema de construcción de casos  prácticos.


Volviendo al aprendizaje adulto, lo más dificultoso es luchar contra el rechazo al cambio y el temor a la tecnología. Y no olvidemos el orgullo herido y el temor al ridículo... ¿cómo reconocer que no sabemos...?
Me preguntaba un amigo el otro día, cómo es que hablando de herramientas 2.0 y redes sociales, mis sesiones son presenciales... ¡Pues claro! me dedico al aprendizaje adulto y maduro que necesita de la conversación, del "hazlo tú mismo", necesita preguntar y preguntar entre iguales, tropezar y encontrar la mano amiga, el aliento en el cogote que nos permite avanzar y no tirar la toalla a primeros de cambio. La comunidad virtual nos gusta, pero después de una intensa sobremesa presencial...


Todo está inventado y la propuesta pasa por virar de Platón a Sócrates y no al revés, de la Academia a la Mayéutica, de la razón a la autoconciencia, aunque sí me quedo con la propuesta de Platón de que no se puede obligar a nadie a aprender, sólo se puede mostrar el camino, para que cada cual piense por sí mismo.


Lo que intento en mis sesiones no es más que reafirmar la creencia en las posibilidades de lo que se llama convencionalmente WEB 2.0 y que O'Reilly sintetizó en cuatro grandes características que han cambiado nuestra manera de aprender:

  • Las plataformas y ambientes colaborativos donde son los propios usuarios los que generan contenido (aprendizaje entre iguales o todos somos maestros)
  • Nueva organización de la información, a través de etiquetas (o tags) en lugar de con árboles de clasificación y buscadores en lugar de directorios (del cerebro lector al cerebro navegador, que dice Piscitelli)
  • La sensación de estado Beta (o en pruebas) lo que supone un estado de aprendizaje permanente.
  • Multiplataforma, la web salta de los ordenadores a otros dispositivos como teléfonos, televisores, libros electrónicos, tablets, incluso reuniones, tertulias...
En resumen, intentar ayudar a los madurescentes a la creación de una identidad digital y a gestionar su presencia en la red como parte fundamental de su reputación profesional y su óptima socialización.

Aprendizaje adulto: cosas que mejoran con la edad. 


Reviso aPiagetVigotskyEH Ericson, y cuanto teórico cae en mis manos... y no puedo menos que caer en una cierta depresión.


El Aprendizaje para los teóricos tiene que ver con la infancia y la juventud y si hablan del aprendizaje en la madurez es para constatar el deterioro de casi todas las facultades físicas y mentales lo que les hace afirmar con cierta ligereza que la capacidad de aprender decrece con la edad.

No quiero contradecirles y eso que yo llevo una racha estos dos últimos años que creo que puedo definirlos como años de "APRENDIZAJE", sobre todo si los comparo con otras épocas de mi vida en las que yo creí saberlo todo.


Menos mal que rebuscando por Internet acabas encontrando quien te dé la razón hables de lo que hables y efectivamente me tropiezo con Botwinick que afirma que en la madurez la "inteligencia cristalizada" fruto del aprendizaje, se mantiene intacta, mientras se produce un deterioro de la "inteligencia fluida", lo que más o menos puedo traducir por que soy buena en aquellas tareas que requieren de información almacenada previamente y un desastre en la manipulación de materiales nuevos y no familiares. O sea,me cuesta aprender a utilizar un IPhone, pero puedo adaptarme con facilidad a un e-reader.


"Me cuesta" sólo significa que me quedo más tiempo mirando embobada la pantalla antes de arrancar, que mi sobrina de 12 años, nada más.


Dice Blanchard que los adultos mayores mejoran en la resolución de problemas sociales porque hacen interpretaciones más complejas y tienen estrategias más flexibles para manejarlos de forma efectiva, que los adultos jóvenes.

Y leo en un estudio sobre la regulación del estado de ánimo publicado en Currents Directions in Psychological Science, que "la gente mayor tiene una mayor capacidad para superar las adversidades que los jóvenes". "Intensifica las situaciones que reportan emociones positivas, mientras que resta importancia y se evade fácilmente de las negativas".

"La felicidad se asienta en los recursos emocionales" dice Peter Ubel, en otro estudio: "La experiencia nos hace más sabios, lo que provoca generalmente una mejoría en nuestras emociones.

Desde el punto de vista laboral no interesa que adulto aprenda "más", sino que aprenda a buscar, seleccionar y reflexionar sobre la información, para luego actuar con una dirección motivada y definida. Para el adulto el aprendizaje debe ser significativo, sede suponer la posibilidad de atribuir significados a lo que se debe aprender a partir de lo que ya se conoce, como dice C. Coll.


Pienso en las sesiones de los últimos días: He observado cómo se enfrentan los mayores de cada grupo a un nuevo aprendizaje. 


Algunos vienen con la certeza de que no entienden nada ni podrán entender nada. Se autoflagelan y se consideran unos ineptos. Se rinden pronto. Si consiguen finalizar una nueva tarea lo atribuyen a la casualidad y no a su pericia. Se van a casa peor que han venido, con una amarga sensación de haber perdido el tren.


El segundo grupo es el de los muy aplicados: levantan la mano a cada paso y te requieren a su lado para que compruebes si lo han hecho bien, piden ayuda a sus compañeros a los que presuponen siempre más expertos que ellos mismos. Interrumpen la marcha de la sesión todas las veces que haga falta para no desengancharse. Después de una pausa, no recuerdan lo que hicieron antes y hay que repasar.


Un tercer grupo parece especialmente ocupado, atiende a su móvil continuamente, sale y entra en el aula a menudo con cara de preocupación. Suele tener vergüenza de reconocer su desconocimiento del mundo digital al que no quiere enfrentarse y no consigue acceder a nada porque las interrupciones (?) constantes se lo impiden. 


El cuarto grupo es silencioso y metódico, se concentra en la pantalla y son siempre quienes primero terminan la tarea encomendada. Está en silencio porque su diligencia les permite entrar en mil y una páginas, consultar su correo, enviar unos cuantos mensajes, mientras el resto de los asistentes llegan lentamente a su nivel. 


El siguiente son los dicharacheros, les interesa más el debate y la conversación que la práctica. Son muy necesarios porque motivan al ponente continuamente, lo estimulan a ampliar y profundizar en la información.


Los espabilados, van por delante del ponente, prueban, tocan, indagan, se dan de alta en todo lo que aparece en pantalla. Son buenos colaboradores durante la sesión si se les da oportunidad.


Y así seguiría porque creo que hay casi tantas maneras de aprender como personas.

Experimento conmigo misma: Me doy de alta en Netvibes. Sé que para muchos es sencillo, intuitivo..., no hace falta pensar. Intento no pensar, no puedo... No puedo no pensar que es lo que convierte en sencilla cualquier nueva plataforma, herramienta, app... Desaprender, desaprender, desaprender...
Imposible... Analizo, comparo con otras webs parecidas, produzco, no soy capaz de clicar al buen tuntún hasta dar con la tecla.
Algo parecido me sucede cuando me modifican una web. Delicious, por ejemplo, ¿Ha perdido utilidades?¿Es peor que la versión anterior? Porque yo no encuentro nada, no consigo darle el uso que le daba antes, al parecer ya no buscan por mí...


DESAPRENDER, DESAPRENDER, DESAPRENDER...


He estado en La Coruña. Creo que ahora puedo disfrutarla más que la primera vez que estuve. Y eso me sucede con muchas ciudades. Cuando las visité por primera vez estaba seguramente distraída conmigo misma y mi historia. Ahora he aprendido a que nada me distraiga de la belleza, es una ventaja de la edad: me asomo al mundo con más curiosidad que en la época de las efervescencias juveniles. Me interesan paisajes y paisanos y mucho menos mis paisajes interiores.

He aprendido también a divertirme con menos, a leer más rápido, a leer despacio, a paladear el vino. a quedarme quieta, a mirar a los ojos y ver el niño que todos llevamos dentro, a estar alegremente sola y sin dolor, a ser una buena secundaria cuando toca y a asumir la responsabilidad también cuando toca. Me está costando, pero desaprendo bastante bien y vuelvo a mi inocencia de antaño para incorporar nuevos aprendizajes...: MADURESCENTE.


Nos tocará reivindicar la ventajas de la edad y la experiencia, aunque parezca que todos juguemos a ocultarlas. ¡Sí, tiene ventajas: me conozco tantos atajos...! Y por otro lado: Me deslumbra la brillantez de la juventud, y es el signo de los tiempos, quiero aprender de sus descubrimientos.


Cada vez me interesan más los "madurescentes", mis compañeros de generación en plena revolución... y si repaso a quién sigo en Twitter, mis Números 1 en Linkedin, y por supuesto mis amigos en Facebook, muchos, pero muchos de ellos están en plena transformación personal. Qué alegría!!! Debe ser nuestro sino,  nos habrá tocado por generación esa inquietud constante, esa duda permanente, esa necesidad de adaptarnos continuamente al medio...
No me interesan mis colegas enfurruñados y malcarados que añoran a todas horas tiempos pasados, tampoco me rodeo de los que se han agarrado con fuerza a la teta del poder y sólo tienen ojos y oídos para sus jefes y frecuento poco a los cobardes que no se mueven de su silla no sea que la pierdan.
Madurescentes... me gustan los que están alegremente asustados por la aceleración de los cambios, los que a pesar de dudar de todo, se lanzan a la piscina para poder sentir el frescor del agua recién caída, los que transforman su experiencia de años en las preguntas adecuadas para seguir avanzando. Los que escuchan con calma, convencidos de que todo el mundo tiene una historia que enriquece y completa la nuestra: MADURESCENTES...



Leo a Sergio Fernández  Vivir sin Miedo y  os transcribo algunas frases que me han alegrado el día:
"Las tres palabras más peligrosas que existen son: ya lo sé", porque el mundo está cambiando y las reglas que valían hasta ahora han quedado caducas. Toca reinventarse, pasar de la cultura del puesto de trabajo a la cultura del proyecto. "El modelo del puesto de trabajo seguro va a desaparecer, vamos hacia el mundo el talentismo. Es lo que llamo Modelo Hollywood: se unen el mejor iluminador, el mejor guionista, el mejor director...y hacen una película. Cuando termina ese proyecto se separan y, si vuelve a interesarles trabajar juntos en otro proyecto en el futuro, se volverán a unir".
"Algo bueno de la crisis es que ya no nos obliga a estar atados a un puesto de trabajo que no nos gusta por el sueldo. Ahora que no hay trabajo, la gente tiene una oportunidad de buscar qué le gusta realmente, para qué ha venido a este mundo, cuál se su propósito en la vida; y ponerse a trabajar en esa línea"


Me dedico desde hace unos meses a la alfabetización digital, que aunque suene fatal, tiene ese punto "mesiánico" que me pone y me impulsa a seguir.
Pero las cuatro reglas del desarrollo de habilidades digitales me saben a poco.
Cuando me quedo sola frente al ordenador, buceo en internet intuyendo, más que teniendo la certeza, las inmensas posibilidades de las herramientas de la web 2.0 en el aprendizaje adulto.
No hablo sólo del desarrollo de PLE's o herramientas como Symbaloo, sino de la forma en que he variado mi forma de acceder a la información, mi forma de leer y mi forma de relacionarme con otros a través de internet.

Me miro a mí misma, inmigrante digital, que asistió al nacimiento del sistema Windows o al del ratón y que recuerdo con cariño necesitar toda la superficie de una mesa para utilizarlo, y observo detalladamente cómo interactúo con mi ordenador/IPAD/IPhone.


Mi primera observación tiene que ver con la facilidad con la que me salgo del plan de navegación trazado. Algo tiene la red que si empiezo a trabajar el tema de PLE (Entornos Personales de Formación), acabo visionando el último anuncio argentino graciosísimo en YouTube.
Es inevitable, supongo que la palabra "navegar" algo tiene que ver con este fenómeno. Por más que lo intento, una cosa lleva a la otra, que lleva a otra, a otra, para acabar siempre en YouTube.



Difícilmente trabajo sobre una única pantalla. Acabo siempre con una multitud de ventanas abiertas, entre las que siempre están Twitter, Facebook y Google Reader, aunque este último en decadencia (lo uso poco, la información novedosa me llega por Twitter).
Yo provengo del mundo de los Recursos Humanos y no del Marketing y eso ha hecho un poco más dificultosa y lenta mi comprensión del potencial de las redes sociales desde el punto de vista profesional.


 Supongo que por este "lento y dificultoso" aprendizaje (insisto, inmigrante digital), aún realizo por hábito muchas operaciones "a la vieja usanza" (es curioso lo que hace la prevención y el recelo: cuando compro por internet repito todo el circuito de compra dos veces porque la primera, en cuanto llego a la pantalla definitiva de compra no puedo evitar cerrar la pantalla y... vuelta a empezar) y desaprovecho nuevas herramientas que simplifican el trabajo:
Utilizo demasiado a menudo la "impresión de pantalla" que luego recorto, en lugar de descargar imágenes o guardar webs.
Escribo sobre papel y con pluma los "artículos" que luego serán posts en mi blog.
Imprimo demasiados documentos en lugar de leerlos en pantalla y guardarlos en Delicious (sólo ha faltado además la amenaza de cierre).



Abro demasiado a menudo mi correo de gmail que ya he visto en mi IPhone, en lugar de abrir sólo los mensajes con anexos.
Respondo con mensajes kilométricos desde mi IPhone aunque tenga que pasarme un buen rato retrocediendo letras, borrando, repitiendo...
Desisto de acentuar porque domino mal lo táctil, yo soy de ratón...

Soy de esa generación a la que le cuesta un montón compartir y colaborar, expertos en esfuerzos individuales y que confundimos la desorganización con la falta de tiempo. Así que me cuesta la misma vida elaborar listas en Twitter, o en Spotify y confío totalmente (ingenuamente) en mi memoria y mi capacidad de discriminación.

Tampoco intervengo en los debates de Linkedin. Mis actuaciones son más individuales y narcisistas. Comparto enlaces o comentarios de otros, anuncio nuevos posts en mi blog, pero nada de conversar... qué poco 2.0 soy!!!

Creo que sí soy 2.0 en mi forma de leer pantallas, en diagonal, entrecortadamente, a saltos, bajando y subiendo sin parar el scroll, jamás completo la lectura de una página. Si hay mucho texto, el dedo se me escapa indefectiblemente hacia la tecla de impresión...

Dicen que cada vez buscamos en Google más por frases que por palabras. En mi caso esta evolución la tengo clara, aunque lo que predico -conocer a fondo la sintaxis de Google para realizar búsquedas eficaces- no me lo aplico y ni siquiera uso las comillas.

Cada vez que accedo por primera vez a un nuevo recurso o a uno que descononozco, entro momentáneamente en pánico.

Por dios, ni siquiera sé desactivar los correctores ortográficos automáticos... horror!!!!

Pero estoy conectada, y le saco a internet y, en concreto, a las redes sociales un jugo extraordinario.

Todo esto me provoca una reflexión muy interesante sobre cómo transmitir habilidades digitales a inmigrantes digitales como yo: siguiendo sus propias lógicas y circuitos, no con las lógicas y recorridos de los nativos digitales que nos aturden y nos retraen: viejos métodos para adquirir nuevas tecnologías, que no nuevas habilidades.
Mi objetivo personal es incrementar mi participación en conversaciones, reducir hasta la mínima expresión los monólogos a los que soy tan aficionada... buen propósito para este año.



El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos caminos sino en tener nuevos ojos. Marcel Proust


El jueves pasado salí camino de Madrid en el AVE con un estúpido ataque de ansiedad porque me había dejado el móvil en casa.


... ESTO ANTES NO ME PASABA...


Un día descubres que esta frase ...Esto antes no me pasaba... se ha convertido en un comodín y que la mencionas por lo menos un par de veces al día.


"Antes" es ese improbable tiempo en el que no me dolía nada, en el que no olvidaba nada, en el que sabía perfectamente a qué había ido hasta la cocina, para hacer qué cosa...


Ese mítico momento en el que al ver el rostro de cualquier artista recordaba inmediatamente su nombre o cómo se llamaba el marido de una compañera de trabajo.


Sé que ese tiempo en realidad nunca existió y que siempre me ha dolido, poquito o mucho, algo y siempre he tenido pequeños olvidos que se resolvían en el momento más inesperado y horas más tarde de devanarme los sesos, recordaba perfectamente y de golpe que el "Sapore di sale" lo cantaba Rita Pavone.


La diferencia es que ahora mis dolores y mis olvidos me preocupan y lo que "antes no me pasaba" tiene más que ver con la angustia que me produce que con el hecho en sí de tener achaques y lagunas de memoria.


Google se ha convertido en mi memoria extendida y por extensión Internet y mi teléfono móvil en una extensión de mi cuerpo.

Y olvidarme el móvil es una tragedia sin parangón, tengo la misma sensación que si saliera a la calle sin ropa interior, me siento desprotegida, vulnerable, aislada.


Y llego a la empresa donde tengo que dar la charla y pido con urgencia un baño y un ordenador conectado: dolores y olvidos (!)


Empieza la sesión y siempre estoy a gusto entre formadores, en mi "Elemento" como diría Sir Ken Robinson. Todo fluye y por primera vez en el día siento las ventajas de tantas horas de vuelo acumuladas...

Por la tarde no puedo perderme la exposición de  Hopper en el Museo Thyssen


La luz, la intimidad, la soledad, el silencio interior rodeado de ruido, el mar, la ciudad, personas alimentándose de sol, por la mañana al despertar, tal vez en el sanatorio, casa uno consigo mismo. El trabajo, la oficina, reuniones al anochecer. Baños de luz, belleza/fealdad de las construcciones urbanas. Casas de pisos, aisladas acrecentando su fealdad hermosa. Cine, cine, cine, mucho cine visto, planos, ángulos, contrapicados de paseos nocturnos por la ciudad desierta.


Hopper y la iluminación de la escena íntima: un hombre en una barra de bar, una mujer sentada en la cama de un hotel, una secretaria al final de la jornada en su oficina, los dos últimos espectadores en la platea de un teatro, una mujer en el dintel de la puerta un día de calor... Soledad, soledad, introspección.


Y llena de esa luz tamizada de soledad salgo del Museo para inaugurar la noche madrileña con Ruth y un gin tónic azul en una terraza de hotel frente a un mar de tejados ...

Y cenamos en el Mercado de San Antón, noche desbordante de palabras, las historias se pisan, se sobreponen, se interrumpen y se retoman... Intentamos ponernos al día después de meses y meses de casi exclusivo contacto "tweetero".


Y vuelve el ataque madurescente y "debo" retirarme pronto porque tengo que madrugar y más de dos copas requieren más de seis horas de sueño... y mañana asistiré a la Thinking Party de la Fundación Telefónica... pero esta es otra historia...


Leo en "The New York Times" un artículo sobre el envejecimiento cerebral y el aprendizaje en los adultos mayores muy estimulante.

Dice Bárbara Strauch que muchas creencias como que el cerebro no se desarrolla después de los 40, han resultado falsas. Neurocientíficos han demostrado que el cerebro sigue siendo plástico y con capacidad de aprender hasta mucho más allá de los 70 años, siempre y cuando lo ejercitemos.

Cambia la manera de aprender: nos cuesta más concentrarnos, soñamos despiertos y también nos cuesta recordar cosas concretas.
Somos mejores visualizando el panorama general, el bosque además de los árboles.

El cerebro maduro sigue construyendo circuitos neuronales y puede por tanto encontrar soluciones a problemas más rápidamente que un cerebro joven.

La mejor manera para que los adultos maduros aprendan es poniendo en cuestión los supuestos que han adquirido y estimulándolos a a hacer cosas nuevas.

Hay que "sacudir las sinapsis" y confrontarse con pensamientos contrarios a nuestras creencias, Salir de la zona de confort para impulsar y nutrir nuestro cerebro.

El aprendizaje de nuevas habilidades digitales y de los recursos TIC puede ser un buen "nuevo escenario".

Tecnomadura y wikinómica, invento palabros para definir mis nuevos hábitos. Cambiar una costumbre, un hábito, es más costoso que crear una nueva rutina. Desaprender es más arduo que entrar en terrenos ignotos por primera vez. Mi móvil sigue siendo un teléfono primordialmente, y mi ordenador una sofisticadísima máquina de escribir, pero máquina de escribir al fin.


Google se ha convertido en una extensión de mi memoria y en medio de la invasión de lo "smart" (cities, TV, phone, car, board...) echo de menos personas "smart" que usen con criterio de esas herramientas llamadas "inteligentes".


Y es que desde la soledad de mi relación con las pantallas, a menudo me pregunto si todo esto no será más que un espejismo, una forma de alejarme de la ocupación de los espacios públicos donde antes charlaba incluso con desconocidos.


¿Soy más dócil si estoy permanentemente conectada? Si te hablo desde una pantalla no te miro a los ojos, no siento tu palpitar y puedo moverme sin miedo por el terreno de la suposición y la fantasía.


Pero dicen que ya no se liga por internet. Que ocupamos nuestro tiempo en seguir a las marcas y posicionar a nuestra empresa... ¿quién realizará los sesudos estudios sobre el uso de internet? Al parecer, un tímido poco sociable.

Hay que volver a la calle. No reniego de esos paseos por pantallas ajenas, ni de las posibilidades de escaparates como Facebook o Twitter, pero hay que volver al cuerpo a cuerpo, hay que lanzarse de nuevo a la arena a batir el cobre con los nuevos hábitos adquiridos con el uso de internet y desvirtualizar, abrazar, arrimar el hombro, partir el pan, brindar mirándose a los ojos...

Vuelvo de Sevilla llena de nuevos proyectos, sensaciones, amigos.
En la mayoría de naranjos, los botones de azahar anunciaban ya la primavera, que tiene la virtud de llenarme de fuerza optimista, para salir del remanso del invierno triste y llorón que hemos tenido.

Y vuelvo a casa, a una Barcelona que también empieza a reverdecer anunciando la primavera, con ganas de escribir sobre mi propia aventura, el periplo que comencé hace dos años y que ha renovado en mí la curiosidad, las ganas de ser mejor, más fuerte, más buena, más apasionada. Autónoma, independiente, entera, madurescente...

Quiero mirarme al espejo admirable de mujeres en la cocina, lejos de la barra, manejando con mano de hierro sartenes y estómagos agradecidos al ritmo natural de las estaciones, bacalao, espinacas... en Cuaresma, salmorejos y papas aliñás en verano, potajes en invierno y gira la rueda del tiempo y los hijos crecen y se van y... vuelven y ella sigue al frente (y qué bueno es el marido tras la barra!) y con las cuatro perras que hemos ahorrado, cambiaremos maderas ajadas por aluminio y azulejo. Mujeres emprendedoras, en voz baja, sin que se note, como si tal cosa, lejos de los relumbrones del 2.0 y la moderna emprendeduría, que es como llaman ahora a sobrevivir a los ERES, las restructuraciones y demás zarandajas de esta dura época de amenazas y miedos.


Ese es el modelo en el que me quiero reflejar, el lento, cotidiano y valiente buscarse la vida de siempre, lejos de focos y sectas de falsos gurús vendehumos y cerca de las personas que buscan caminos para salir de ese pesimismo hondo con el que nos están atando al pasado... fuera, fuera!!! Echar una mano, insuflar aliento, empujar, empujar... hasta que nuestros "negocios" marchen solos y sean la expresión de nuestra "alma".

La innovación pasa por la reinvención de las buenas costumbres.


La posibilidad de llevar Internet en el bolsillo nos exige ser:


Hábiles digitalmente. Diestros informacionalmente. Generadores de nuevos contenidos. Adaptables para el aprovechamiento de conocimientos, contextos y tecnología. Capaces de desempeñarnos en multicontextos, con herramientas multidisciplinares, aprovechando la diversidad existente de multilenguajes. Capaces de desempeñar multitareas.Innovadores, creativos y colaborativos. Con capacidad de desaprender lo que no sirve y aprovechar lo nuevo. 


En cuanto a la definición de e-competencias me gusta la de
Henry Jenkins, que lleva algún tiempo pensando sobre las nuevas competencias digitales, las tres “Xs” (eXploration, eXpression, eXchange) que deben complementar a las tres “Rs” tradicionales (wRiting, Reading, aRithmetics), y escribió para la Fundación McArthur un texto imprescindible: Confronting the challenges of participatory culture: media education for the 21st century, un documento de trabajo en el que Jenkins y otros discurren sobre el aspecto de la alfabetización del siglo XXI. En el fondo, cabría hablar de cuatro grandes grupos de competencias interrelacionadas:

  1. La adquisición y apropiación de contenidos digitales mediante la navegación transmedia y mediante su manipulación, reconstrucción y reutilización consciente y responsable;
  2. La evaluación de las fuentes de las que se extraen esos mismos contenidos. El desarrollo y maduración de un juicio crítico fundamentado que sepa valorar la calidad y tendenciosidad de las fuentes consultadas;
  3. La adquisición de competencias de carácter cooperativo, de participación responsable en las redes colaborativas, de construcción conjunta de saber y conocimiento, de cognición e inteligencia distribuidas;
  4. La reintroducción de los valores del juego en el aprendizaje: el planteamiento de objetivos y metas, la concepción de estrategias, la prueba y el error, la recompensa y su contrario, la cooperación y la concurrencia.


En una de esas antiguas corralas madrileñas estaban los operarios de la compañía del gas instalando las tuberías para empezar a ofrecer su servicio, cuando una de las vecinas sacó la cabeza por su ventana y gritó: “¡Sinvergüenzas, estáis dejando sin trabajo al butanero!” A lo que uno de los operarios contestó: “Sí señora, como él hizo con el carbonero”.


Hace un montón de años estudié Filología Hispánica. Horas y horas de morfología, sintaxis y semántica del castellano.... pero Internet ha venido para darle la vuelta a las viejas leyes de la correcta redacción.
Dice Jakob Nielsen que no leemos una pantalla, la escaneamos, el modo de lectura no es secuencial,el patrón de lectura de una web tiene forma de F:



Así que cuando escribimos para internet, sea un blog, sea en Facebook o en Twitter debemos tener en cuenta esta nueva forma de leer y si queremos que nos lean, desarrollar nuevas estrategias de redacción.

Si nos fijamos en la F de Nielsen veremos la importancia que tiene el TÍTULO, de hecho es fundamental porque si buscan en Google como si te leen el Twitter, se animarán a seguir leyendo si el título es lo suficientemente atractivo como para impulsar a hacer click en tu enlace. Piensa en que Twitter contiene el título y desarrolla tus argumentos en el blog.

Buenos recursos son titular con una pregunta , utilizar palabras potentes como "gratis", "exclusivo" "nuevo" "tendencia"..., utilizar palabras clave, etiquetas muy utilizadas por los lectores como "redes sociales", "aprendizaje", "TIC", comunicar un beneficio como por ejemplo "muy útil", "práctico", "económico", "ahorrar", con humor, ironía...

Huye de los pretéritos imperfectos, usa los pretéritos perfectos que dan mayor sensación de inmediatez ("escribí" en lugar de "había escrito").
Los textos deben ser breves y sencillos. Si tienes mucho que contar, escribe un post y enlázalo en Twitter, o si quieres dar completa información a tus seguidores, busca un buen título y enlaza a diferentes webs en lugar de reproducir (copiar) fragmentos de texto.
Evita las subordinadas y las perífrasis (por ejemplo, escribe "usar" en lugar de "hacer uso de").
Escribe frases bien escritas gramaticalmente, sin faltas de ortografía (restan credibilidad), concisas, sencillas, directas.

En Twitter no uses los 140 caracteres, deja que tus seguidores añadan texto a su RT (Retweet). Añade, siempre que puedas, un enlace a un post, una noticia, un vídeo, una foto... Intenta escribir tweets originales, no sólo retuitees y si lo haces añade contenido a los RT, hashtags, links...

No abuses de los hashtags. Intenta siempre que puedas no colocar # en palabras del cuerpo del mensaje y colócalos al final del Tweet, a continuación del mensaje, eso hace mucho más legibles los tweets.

Existen dos tipos de hashtags: Cuando tuiteamos en un evento el hashtag suele ser críptico (las siglas del evento, por ejemplo) precisamente para no mezclarse con otro tipo de mensajes que nada tienen que ver con el evento. Sin embargo, cuando queremos dar difusión a un tweet nuestro buscamos hashtags que sean fáciles y reconocibles  por los usuarios de twitter. 
En el caso de un hashtag con más de una palabra utiliza preferentemente la fórmula #CamelCase escribiendo cada palabra con mayúscula como por ejemplo, #RedesSociales.

Y por último y para resumir el enorme cambio en nuestra manera de comunicarnos por escrito, un ejemplo muy gráfico:
Todos hemos jugado alguna vez con motivo de un curso sobre ventas, habilidades de comunicación, conducción de reuniones, presentaciones eficaces,... al juego del ELEVATOR PICHT.

El discurso del ascensor partía de dos premisas: Nadie puede escapar de tu terreno de juego y tienes 10 segundos.

Pero Internet ha venido a cambiar, como en tantas otras cosas, las reglas del juego:

Dicen que tardamos 3 segundos (no 10) en decidir si una página web merece nuestra atención y nuestro tiempo.

En tres segundos no podemos fallar (no hay tiempo para recuperarse de un resbalón).

Pero tenemos una ventaja: en el ascensor cabe dos o tres personas, en internet podemos dirigirnos (en tres segundos) a miles, lo que incrementa las posibilidades de interesar a alguien.

El discurso del ascensor hacía incidencia en lo que podíamos ofrecer al cliente en lugar de describir nuestro trabajo. Y una estrategia clásica era preguntar al cliente algo sobre lo que ya sabíamos la respuesta:
¿Has pensado alguna vez que al día le faltan horas?
A lo que nosotros respondíamos:
Yo puedo resolver tu problema.
Ahora en TWITTER tenemos que convertir el discurso del ascensor en una sola frase:

¿Has pensado alguna vez que al día le faltan horas? Yo puedo resolver tu problema http://lrosilloc.blogspot.com #formación    (120 caracteres)


Cuando el aprendizaje es el trabajo: Por un Departamento de Social Learning


Gran parte de mi vida profesional ha transcurrido en Departamentos de Formación que tenían como misión ser responsables del aprendizaje en el lugar de trabajo. La función de las Unidades de Formación durante muchos años ha sido organizar y gestionar eventos de de aprendizaje ya sea de forma presencial, on line o blended.

Como dice Harold Harche"Desde la segunda mitad del siglo XX, hemos pasado por un período en el que los Departamentos de Formación se han dedicado a controlar el aprendizaje organizacional. Era parte del modelo taylorista, del modelo industrial que compartimenta el trabajo y que se asegura de que a los directivos sólo se les permita tomar decisiones. En este contexto sólo a los profesionales de la formación se les permitía hablar de aprendizaje."

Un tipo de formación que se separa radicalmente del "tiempo y lugar" de trabajo, que saca al profesional de su cotidianeidad laboral y sea de forma presencial u online lo aleja de su trabajo.

Y eso, en tiempos de "trabajadores del conocimiento" debe cambiar y de hecho lo está haciendo. Porque... ¿como aprendemos realmenta a hacer nuestro trabajo?


Parece claro que aprendemos a realizar nuestro trabajo fuera de los espacios de formación y casi todos nosotros podríamos afirmar que la mayor parte de ese aprendizaje lo realizamos en nuestro lugar de trabajo.

Un tipo de aprendizaje informal que es intencional cuando le preguntamos a alguien cómo se hace algo o casual cuando aprendemos por observación.

A veces ni siquiera es consciente y nos damos cuanta de que sabemos hacer cierta cosa que otros no saben hacer.

Conocimiento tácito que es el que tiene que ver con adquirir conocimientos y habilidades relativos al trabajo a través de la experiencia. Conocimiento que no se puede codificar, empaquetar, clasificar... Aprendemos así de los demás preguntando, conversando, debatiendo, observando, probando...

Los Departamentos de Formación no se han interesado hasta hace muy poco por este tipo de aprendizaje informal y, si lo han hecho, ha sido a raíz de la aparición de medios de comunicación social (fundamentalmente en Internet) que facilitan la transmisión, difusión e intercambio de conocimiento tácito.

A esto hay que añadir que hasta hace muy poco, los profesionales utilizaban las redes sociales exclusivamente en su vida personal, y que muy lentamente están incorporando a sus prácticas laborales recursos y herramientas de los medios de comunicación social que agilizan y resuelven sus problemas de aprendizaje con mayor rapidez y eficacia que los "actos formativos" institucionales y lo están haciendo al margen del Departamento de Formación.

La encuesta de Forrsights Workforce Employee Survey, Q3 2010
muestra que la mayoría de empleados utiliza por su cuenta y sin contar con el Departamento de TI, herramientas y servicios web que están restringidos en su organización por políticas corporativas. Explica también que la democratización de la tecnología ha llegado. La nube ha mejorado la experiencia del usuario y ha hecho para los empleados no técnicos más fácil descargar y utilizar servicios tecnológicos.

Los Departamentos de Formación van incorporando lentamente recursos y herramientas de aprendizaje informal de forma sumativa, por ejemplo abriendo un debate online después de una sesión presencial y se consideran los recursos colaborativos como recursos de apoyo al recurso central que es la formación presencial o el manual  de e-learning. Pero ahí se quedan. Sigue sin producirse el cambio de foco del conocimiento explícito, manuales, sesiones magistrales o dinámicas, tanto da... a la transmisión del conocimiento tácito que tiene que ver con pasar el protagonismo del aprendizaje al empleado, al profesional que comparte su experiencia y  conocimiento en espacios colaborativos propuestos por el Departamento que ahora llamaremos de Aprendizaje y Desarrollo o de Aprendizaje Social (Social Learning).


Dice Jay Cross que los responsables de Formación pueden seguir siendo profesionales que diseñan la formación de acogida, ofrecen las sesiones necesarias para la asunción de los objetivos de la organización en centros de formación ..., o pueden convertirse en líderes de negocio dando forma a la cultura del aprendizaje, a las redes sociales internas, fomentando las prácticas de colaboración, gestionando los flujos de información, la gestión del conocimiento, dando feed-back sobre la conversación con los clientes y colaborando en la construcción de estructuras para la mejora continua.

Y sigue diciendo Jay Cross: El aprendizaje ya no es opcional.

Suscribo la afirmación de que estamos en permanente estado BETA, en permanente construcción y que por lo tanto, parte fundamental de nuestro trabajo será estar en un proceso de permanente aprendizaje y en un permanente acto de intercambio de conocimiento.

La función principal de los futuros Departamentos de Social Learning será convertir a los "visitantes" en "residentes" digitales para utilizar la terminología de David White :

(Sólo para describir de forma rápida la figura del “visitante”, podemos decir que son aquellos que entran en la red, hacen lo que necesitan hacer y se van, todo sin dejar rastro. No tienen una personalidad social en la red. En consecuencia hay una serie de palabras clave que les describen: privado, individual, orientado a metas.
En cambio los “residentes” viven una parte de su vida en la red. Una parte de su identidad está –permanece- online, incluso cuando ellos ya han cerrado la sesión.  Algunas palabras que podrían describir a un residente son: sociales, comunales y visibles.
)

Su trabajo debe consistir en estimular el uso de las herramientas digitales, desarrollar la cultura de la colaboración y la generosidad, dar difusión y  "patrocinar" las mejores aportaciones... Un responsable de formación será ante todo un buen "CURATOR", un intermediario del conocimiento, tal como propone Dolors Reig.



"Mucha gente pequeña, en muchos lugares pequeños, harán cosas pequeñas que transformarán el mundo" Leo Buscaglia

En lo que llevamos de año he pasado muchas horas en aula, hablando en público. El formato presencial sigue siendo la metodología preferida para la formación permanente. Podrán recortarse los presupuestos de formación de todas las empresas, pero cuando se hace imprescindible actualizar conocimientos y habilidades de los profesionales de una organización se recurre preferentemente a la formación presencial.

Pero nuestra manera de aprender ha cambiado, Internet ha modificado nuestra forma de gestionar la información para transformarla en conocimiento y en las sesiones de formación presencial tenemos a menudo la sensación de que ya hemos oído eso antes, que el formador no pasará de la introducción, de que poco tiene que ver lo que se cuenta con nuestra realidad laboral cotidiana, que falta tiempo (dure lo que dure el curso) para abordar en profundidad la problemática de la que se habla.

Generalmente y salvo honrosas excepciones, la lectura de powerpoints, los monólogos inacabables, incluso las simulaciones en aula, impacientan a los asistentes a la sesión que pueden ver tranquilamente en su lugar de trabajo o en su casa, al mejor especialista del mundo, de la materia que sea, en una brillante charla en TED.com que además no dura más de 20 minutos como máximo.

Y únicamente salimos satisfechos de una sesión presencial cuando el ponente es un orador extraordinario, que además de dominar la materia de la que habla, nos emociona y nos empuja a la acción.

Y es que han cambiado las reglas del juego y en una sesión presencial debemos ahora partir de la premisa de que el conocimiento está en los participantes y el rol del formador es convertir a todos los asistentes en  maestros, en formadores, para que el conocimiento emerja y se distribuya a través de la conversación como sucede en las redes sociales.


Y para poder llevar a cabo este rol de "disc-jockey", de gestor de la inteligencia colectiva, es necesario desarrollar competencias y habilidades que llamaremos 2.0:

Destrezas para la creación de materiales interactivos, capacidad de comunicación multimedia y docencia en entornos virtuales, serían las habilidades básicas de un formador 2.0. Espíritu "Wiki" que estimula el trabajo colaborativo y la cocreación, o dicho en palabras de Amalio Rey“espíritu-wiki” para resaltar la agilidad, naturaleza informal, creatividad y sentido colectivo que caracteriza a las wikis, y que debe inspirar a los nuevos estrategas de la innovación...

No estoy hablando de e-learning sino de incorporar metodologías y recursos digitales a las sesiones presenciales modificando radicalmente el rol formador que provoca el protagonismo de los profesionales asistentes y escoge para sí el papel de "curator": Intermediario del conocimiento, como lo define Dolors Reig. 


Finalmente y como propone Escuela20.com:




1 - Crear y editar audio digital

2 - Utilizar marcadores sociales para compartir los recursos con/entre los estudiantes

3 - Usar blogs y wikis para generar plataformas de aprendizaje en línea dirigdas a sus estudiantes

4 - Aprovechar las imágenes digitales para su uso en el aula

5 - Usar contenidos contenidos audiovisuales y  vídeos para involucrar a los estudiantes

6 - Utilizar infografías para estimular visualmente a los estudiantes

7 - Utilizar las redes sociales para conectarse con colegas y crecer profesionalmente

8 - Crear y entregar presentaciones y sesiones de capacitación

9 - Compilar un e-portafolio para su autodesarrollo

10 - Tener un conocimiento sobre seguridad online

11 - Ser capaz de detectar el plagio en los trabajos de sus estudiantes

12 - Crear videos con capturas de pantalla y vídeo-tutoriales

13 - Recopilar contenido Web apto para el aprendizaje en el aula

14 - Usar y proporcionar a los estudiantes las herramientas de gestión de tareas necesarias para organizar su trabajo y planificar su aprendizaje de forma óptima

15 - Conocer el software de votación: se puede utilizar, por ejemplo, para crear una encuesta en tiempo real en la clase

16 - Entender las cuestiones relacionadas con derechos de autor y uso honesto de los materiales.

17 - Aprovechar los juegos de ordenador y videoconsola con fines pedagógicos

18 - Utilizar  herramientas digitales para crear cuestionarios de evaluación

19 - Uso de herramientas de colaboración para la construcción y edición de textos

20 - Encontrar y evaluar el contenido web

21 - Usar dispositivos móviles (p.ej., tablets o smartphones)

22 - Identificar recursos didácticos online seguros para los estudiantes.

23 - Utilizar las herramientas digitales para gestionar el tiempo adecuadamente

24 - Conocer el uso de Youtube y sus potencialidades dentro del aula

25 - Usar herramientas de anotación y compartir ese contenido con sus alumnas y alumnos 

26 - Compartir las páginas web y las fuentes de los recursos que ha expuesto en clase

27 - Usar organizadores gráficos, online e imprimibles

28 - Usar notas adhesivas (post-it) en línea para captar ideas interesantes

29 - Usar herramientas para crear y compartir tutoriales con la grabación fílmica de capturas de pantalla

30 - Aprovechar las herramientas de trabajo online en grupo/en equipo que utilizan mensajería

31 - Buscar eficazmente en internet empleando el mínimo tiempo posible
32 - Llevar a cabo un trabajo de investigación utilizando herramientas digitales

33 - Usar  herramientas para compartir archivos y documentos con los estudiantes





La adolescencia de las TIC y el analfabetismo digital



Asistí antes de ayer 6 de marzo a la presentación del libro "Historia viva de Internet" de Luis Angel Fernández Hermana, después de unos días de tregua en los que he podido leer y constatar que Internet está entrando en su "ADOLESCENCIA". De hecho ya había comentado yo en un montón de sesiones que el 2011 y lo que llevamos del 2012 fueron y están siendo, meses de cambios constantes en las grandes plataformas y redes. Parece que estamos asistiendo al estirón que las convertirá en adultas y que sufrimos a causa de esas alteraciones hormonales tan propias de la edad.

No sólo yo lo digo en mis cursos, leo en El País:

El catedrático de Economía Aplicada y escritor José B. Terceiro aseguró ayer que la sociedad digital presenta "insalvables" barreras de entrada para una gran parte de las clases dirigentes, que toman decisiones en la materia, a pesar de que "son incapaces de usar las tecnologías de la información y no entienden sus impactos socio-culturales".
Terceiro hizo estas declaraciones en el transcurso de su conferenciaLuces y sombras de la cultura digital que impartió en el seminarioInterñet. El futuro del español en la red dentro de los cursos de verano de la Universidad Complutense. "En contra de lo que se cree, la información no siempre es poder. Son los bibliotecarios, que no tienen ningún poder, quienes disponen de más información. Los políticos, que representan el poder, suelen estar muy mal informados", señaló.
El catedrático de Economía Aplicada apuntó que estamos en la "adolescencia de Internet" que, como cualquier otra tecnología, no se adapta a los usos sociales. "Sigue un proceso lento y gradual en su adaptación a las necesidades de sus usuarios, es cada vez más grande y potente en su camino hacia la madurez".







Así que a las crisis adolescente, tenemos que sumar la brecha generacional que hace que quienes tienen que tomar decisiones sobre el uso de internet y las redes sociales más allá del ocio, suelen ser analfabetos digitales poseídos por el miedo a lo desconocido: ...."desprecia cuanto ignora", decía Machado.



La presentación del libro fue una auténtica lección magistral no sólo sobre la historia de Internet, sino que aportó una reflexión profunda sobre el futuro próximo de la llamada sociedad del conocimiento...





Se acaba la época del amateurismo en internet, según Luis Angel Fernández, insistiendo en la idea de adolescencia de internet, tenemos que empezar a saber qué es lo que estamos haciendo en las redes. Conciencia de lo que hacemos, aprender a filtrar, a desconectar a vivir "en" internet.





Citó a los que para él son los 4 jinetes del Apocalipsis de Internet:



En primer lugar,todos estamos conectados (LAF afirma que ya somos alrededor de 4 mil millones).La población en internet se duplica cada año, así que cada año la mitad de la población es recién llegada. Dicen que una persona tarda aproximadamente 24 meses en dominar todas las posibilidades de internet, por lo que el 70% de los internautas están en período de formación. (Aunque bien pensado eso es estupendo para mí que me dedico precisamente al desarrollo de habilidades digitales...)





El jinete de las APPS se ha desbocado. Hasta tal punto que vamos a perder la memoria de cómo usábamos internet hace un par de años. Del software a los gadgets: una auténtica revolución móvil.





El tercer jinete es el de la virtualización infinita. El aumento de la demanda convierte a la virtualización en un derecho(¿Cómo es que esto no está virtualizado?) Y de cara a pasado mañana sólo hace falta pensar en lo que supone la Internet de las cosas y la realidad aumentada.


Y finalmente LAF nos habla de la velocidad de giro de la información, la simultaneidad entre lo que sucede y cuando me entero que nos hace replantearnos el modelo de los medios de comunicación de masas actual.









Y ayer, en las conferencias que organiza Barcelona Activasobre el post MWC, escuché en el sofisticado y postmoderno Almogàvers Business Factory las que trataba de Mobile&Brands.




Tendencias curiosas que veo reflejadas en mí misma:


La gente utiliza el móvil y el IPad a la vez que ve la tele (cada vez falta menos para que los programadores de tv se den cuenta de esto).


Los juegos en el móvil han incrementado el número deusuarias y eso tiene que ver con el dispositivo: la play y otras consolas eran más utilizadas por hombres, pero al no necesitar un aparato específico (en el móvil lo tengo todo) se está igualando el sexo de usuarios de juegos. Han incrementado el número de usuarios de juegos en su globalidad y eso tiene que ver con el precio de un juego en el móvil.


Usamos el móvil alrededor de 100 minutos al día (!!!)



Aprendizaje madurescente: Alfabetización digital y madurez profesional

¿Por qué es importante conocer y participar en las redes sociales tengas la edad que tengas?

La rápida expansión de las TIC hace fundamental la alfabetización digital como requisito para el trabajo. La brecha digital afecta a todas las edades pero especialmente a la población activa de más edad.

La necesidad del aprendizaje de habilidades TIC es urgente cuando el conocimiento y las habilidades necesarias para desarrollar tu trabajo evolucionan con rapidez.

Hasta ahora era general la creencia cultural de que la formación es rentable si se dirige a los jóvenes, pero en un momento en que la vida laboral se alarga, y que estamos asistiendo al envejecimiento acelerado de los trabajadores, es igualmente imprescindible desarrollar planes de formación TIC para trabajadores senior.

El aprendizaje permanente no sólo debe producirse puntualmente para actualizar conocimientos y habilidades, es igualmente importante para mantener el "hábito" de aprender, fundamental para no envejecer mentalmente. Mantener la motivación para aprender, porque la capacidad de aprender no disminuye con la edad, sino con la falta de práctica de estudio, análisis, reflexión, conversación...

Para mantener la contribución intelectual de los trabajadores de edad a su organización, hay que mantener constante la capacitación y el aprendizaje, hay que promover espacios de transferencia del conocimiento tácito y de intercambio de conocimiento explícito.

Es fundamental para conseguir esto, mejorar los procesos de transferencia de información, mejorar la comunicación interna. El éxito de la organización se basa en este momento en la rapidez con que la información se mueve a través de la estructura organizativa y la capacidad de combinar diferentes tipos de conocimiento.

Las TIC han aumentado considerablemente las posibilidades de comunicación porque reducen las limitaciones de espacio y tiempo y permiten a las personas el intercambio de información sin estar de forma síncrona en la conversación.

Las organizaciones deben invertir en mejorar los sistemas de comunicación asíncrona e intergeneracional para poder construir la inteligencia colectiva de la empresa y mantener actualizado el conocimiento interno.


Sobre la importancia de la alfabetización digital de los trabajadores maduros, quiero citar fragmentos del estudio de la Fundación Telefónica "Alfabetización digital y competencias informacionales" de junio de 2012.

"La complejidad y el cambio son los rasgos que mejor definen el tiempo actual. Por ello, la educación o formación no puede ser reducida o acotada a una etapa concreta de la vida de un sujeto. Por el contrario, la formación tiene que ser permanente, continua, a lo largo de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte de cada sujeto."

Y en el mismo estudio, citando a E. Morin y su libro "Los siete saberes necesarios para la educación del futuro":

"En un mundo complejo y en permanente mutación, tendrán mayores posibilidades de éxito aquellos sujetos que manifiesten una actitud favorable hacia la adaptación a los cambios y que dispongan de las competencias y conocimientos necesarios para resolver situaciones problemáticas."

Y volviendo al estudio de la Fundación Telefónica:

"(...) Uno de los retos de la alfabetización digital es formar, cualificar a los sujetos como usuarios inteligentes de la información (...) para expresar sus propias ideas y argumentaciones, para realizar juicios éticos y seguir aprendiendo a lo largo de toda su vida.

La tecnología digital, por su naturaleza, está en constante cambio y transformación, generando nuevas formas expresivas y de comunicación, lo que exige un permanente proceso de autoaprendizaje de cada individuo para no quedarse aislado y ajeno a estas transformaciones culturales.
(...)

Sin educación no habrá cultura democrática en las prácticas colectivas de uso de la tecnología."

MADURESCENTES APRENDICES:
La vuelta a las aulas de los adultos

Eduardo Moreno trabaja en un centro de Formación Profesional en Madrid. Se reinventó hace unos años y ahora ayuda  a sus alumnos a entender la normativa laboral. 

Resume su experiencia en tres minutos en TEDxMadrid y habla del incremento importante de alumnos "maduros" en las aulas de FP. El desempleo creciente ha llenado las aulas de alumnos que retoman sus estudios donde los dejaron hace un montón de años o que necesitan cambiar de "oficio" ya que la especialidad a la que han dedicado su vida laboral está en recesión cuando no en extinción.

En concreto comenta el caso de uno de sus alumnos que después de muchos años trabajando en una fábrica de tractores y agotado el paro, se inscribió en la rama de restauración y trabaja en este momento como camarero en un importante restaurante de Madrid.

Nos comenta lo beneficiosa que es la convivencia y el intercambio intergeneracional.

Me interesa el tema y en la pausa de la Jornada le asalto con dos preguntas:

Laura: Hola Eduardo, me ha gustado mucho tu intervención, pero la verdad tres minutos es muy poco tiempo para conocer tu experiencia. Me gustaría que me comentaras con más amplitud un par de cosas. La primera que has apuntado es la beneficiosa influencia de esos alumnos maduros sobre el resto de la clase mucho más joven y en segundo lugar si crees que hay diferencias en la "forma" de aprender, en los procesos de aprendizaje de los adultos que vuelven a las aulas, o sea si aprenden de otra manera que los jóvenes.

Eduardo: La influencia sobre los más jóvenes es muy considerable. Tienes que pensar que nosotros, los profesores, pasamos con los alumnos poco tiempo, podemos estar dos horas a lo largo del día, en una semana estamos con ellos en tres ocasiones, poco tiempo en realidad. Pero los adultos sí que pasan muchas horas con ellos, porque como están en todas las clases, viven, conocen y están al caso de los problemas que les ocurren, y todas las reflexiones e indicaciones, el consejo que reciben de los mayores siempre les viene muy bien. 

Los alumnos jóvenes están en una fase de crecimiento existencial, dudan de casi todo y si tienen a esa persona que tiene experiencia vital van a poder resolver esas dudas, esos problemas, mucho mejor. Piensa además que muchos de estos chavales jóvenes apenas ven a sus padres, porque ellos están en el centro y los padres trabajando, así que una figura adulta les viene muy bien, gracias a esta vuelta a las aulas muchos años después, estos adultos ejercen de figura paterna y la influencia sobre estos jóvenes es muy beneficiosa.

Y en sentido contrario, el adulto se moderniza, se actualiza. He visto cambios sorprendentes, impresionantes: gente que ha empezado el curso y vestía de una determinada manera y tenía unos hábitos alimenticios y deportivos desastrosos y ver como va evolucionando y va como rejuveneciendo y eso me parece muy positivo.

En cuanto al proceso de aprendizaje, sí es cierto que las asignaturas tecnológicas, en la informática e internet, sí que es cierto que en un principio les cuesta más entrar, tienen una brecha en sus habilidades respecto a los nativos digitales, los alumnos jóvenes dominan todas las tecnologías, han nacido con ellas, pero los adultos, en cuanto entienden la dinámica y están un poco "al loro", son capaces de sacar mejores notas y utilizar las tecnologías casi como un nativo digital.  En cuanto a las disciplinas manuales que requieren más procedimiento, como están muy acostumbrados a la dinámica del trabajo, enseguida adquieren habilidad en ese nuevo proceso. 
El mayor problema de aprendizaje que tienen los adultos es en aquellas asignaturas que tienen gran contenido teórico porque les cuesta mucho ponerse a estudiar, sacar tiempo para memorizar contenidos en asignaturas que así lo requieren como la mía: yo les doy Formación y Orientación Laboral y les cuesta memorizar leyes, datos, números, normativas..., hace mucho tiempo que no lo hacen, claro...

Laura: A punto de empezar el curso, espero que saques todo el jugo posible a esta relación entre jóvenes y adultos. Muchísimas gracias por tu opinión.

  

El futuro es GIG
Madurescencia y trabajo

Cambios sociales en la era del conocimiento


Reinvertarse en la midlife: superar la madurescencia


La edad de la jubilación a los 65 se fijó en Europa en 1889 (Bismark), cuando la esperanza de vida era de 45 años.
Actualmente en España la esperanza de vida está en torno a los 83 y subiendo.


Actualmente el 16% de la población española es mayor de 64 años.


En el 2040 el 32% de la población tendrá más de 64 años.




Y analizando la pirámide de edades de una empresa española de más de 1000 empleados parece más que evidente el envejecimiento acelerado de las plantillas.



 Y analizando evolución de la pirámide de edad en España, es fácil deducir que nos enfrentamos a un futuro con muy pocos jóvenes y con vidas laborales en activo muy largas y sin creación de empleo y por lo tanto con un alto porcentaje de autoempleo colaborando con la empresa pero sin ser parte de su estructura.
Son cuatro datos que me hacen creer que el futuro de Europa está en manos de trabajadores y profesionales maduros, con mucha experiencia: Asesores, consultores, coaches, mentores, tutores, maestros, dinamizadores, investigadores, lideres, artistas,... China está reclutando talento en Europa


No puedo imaginar una Europa dedicada en el futuro próximo a la industria manufacturera o a la industria pesada. Y me atrevo a decir que afortunadamente nos moveremos en el mundo de los servicios y el conocimiento.


No puedo dejar de transcribir las palabras de Zygmunt Bauman  en el Congreso Europeo de la Cultura que se está celebrando en Polonia:


Bauman pidió a los asistentes que dejaran de ver la televisión durante los cuatro días del congreso para no contagiarse del pesimismo. También reclamó la herencia cultural europea como la mejor arma para salir de la crisis. Enlazando con el eje sobre el que Polonia ha articulado su presidencia, el de la diversidad, Bauman ció a Gadamer recordando que la diversidad es el mayor tesoro que Europa puede dar al mundo y a Steiner cuando asegura que el viejo continente morirá cuando deje de prestar atención a los detalles.


Y en el mismo sentido, Philippe Kern comenta:

"Hay que empezar a dejar de pensar en la cultura como en "una isla autónoma dentro del marco social", señalaba ayer en el mismo sentido el abogado y lobbista cultural Philippe Kern. "En estos momentos hay que situarla en el centro del discurso social y económico de la nueva sociedad", añadía, "y no solo porque actualmente la industria cultural proporciona millones de empleos y supone una parte importante del PIB, ni tampoco porque cuando China quiere desarrollar una economía creativa viene a Europa en busca de talento, sino porque aunque no nos demos cuenta, es nuestro principal recurso económico, como lo sería el petróleo para otros".
"Cuando hablamos de innovación", añadió, "pensamos que solo procede del campo de la tecnología, cuando en realidad es el campo de la tecnología el que bebe de las ideas y tendencias que surgen del campo de la cultura". "Hay que atraer artistas a las empresas, para que con su mirada ofrezcan alternativas", añadía. La cultura, además, tiene una dimensión añadida: crea solidaridad entre la gente y esto es lo que ahora necesita Europa."

Nuestro futuro personal está en la transmisión de nuestro conocimiento tácito acumulado a través de los siglos.

Quiero partir de la idea de que el mundo ESTAMOS CONECTADOS.
Según una reciente encuesta de IPSOS/REUTER acceden a Internet 6 de cada 10 personas en el mundo. Y de esas persona el 85% envía y recibe correos electrónicos y el 62% se comunica a través de las redes sociales. Toda una revolución en nuestra manera de comunicarnos.


Lo interesante, lo fundamental de la irrupción de Internet en nuestras vidas, no sólo es el fácil acceso al conocimiento y la posibilidad de relacionarse saltándose fronteras y barreras, lo interesante repito es que miles, millones de personas crean contenidos que suben a la red de forma generosa, que todos somos trabajadores del conocimiento, todos nos hemos convertido en maestros de todos.


Siguiendo con las estadísticas en EEUU el 50% de los menores de 30 años han creado contenido digital en Internet y el 25% tiene su propio blog. No analizo si el contenido será relevante o no, lo que observo son nuevas reglas del juego, pasos agigantados para transformarse de meros consumidores pasivos en prosumidores con voz propia.



El mundo está conectado, pero la conexión no es nada sin contenido, el "contenido" es el rey afirman actualmente los responsables de marketing de las empresas, y los valores que emergen en esta sociedad del conocimiento tienen que ver con la Generosidad, la Reciprocidad, la Colaboración, la Apertura... como afirma Joana Sanchez en el Blog Mujeres Consejeras.




Y en este sentido me gusta el concepto inventado por Isaac Mao, el Sharismo al que define como un movimiento que pretende transformar el mundo en un cerebro social emergente: Somos neuronas en red conectadas entre sí por las sinapsis del software social.













Y en este contexto aparece la nueva ética del hacker, definiendo al hacker como lo hace Pekka Himamen, "la persona que disfruta con la exploración de los detalles de los sistemas programables y cómo aprovechar sus posibilidades; al contrario que la mayoría de los usuarios, que prefieren aprender sólo lo imprescindible." La ética del hacker frente a la vieja ética protestante que cree que la finalidad de la vida es el trabajo, propone como fin vital la pasión y que compartir información es un bien poderoso y positivo. Es tarea de la ética de los nuevos trabajadores del conocimiento compartir sus descubrimientos y facilitar el acceso a la información. La educación debe basarse en la pasión en forma de Academia Red que como en la de Platón los alumnos se enseñen entre sí.



Y en el mismo sentido hablan Charlene Li y Josh Bernoff en su Mundo Groundswell que definen como un fenómeno social que consiste en que la gente utiliza las tecnologías para obtener lo que necesita pero no de las empresas, sino de otras personas. Groundswell puede traducirse como remolino que metafóricamente representa la ola de democratización social que ha permitido Internet y que supone para las empresas un cambio radical en la manera de relacionarse con sus clientes.




Estamos hablando de otro valor emergente: el crowdsourcing que aparece como contraposición al outsourcing y supone la creación de una plataforma desde la que se genera una participación masiva habitualmente como voluntarios, en la que múltiples pequeñas aportaciones individuales logran desarrollar un proyecto (según definición de Juan Freire y Antonio Gutiérrez Rubí)

Una comunidad sabe mucho más que el más experto de sus miembros. Tom Peters




En la época de las tecnologías de la información comienza una nueva época para la empresa: la era de la conectividad y de la transparencia con ecosistemas y comunidades cada vez más independientes y responsables.


Las empresas deberán ir adoptando lentamente la mentalidad, herramientas y técnicas que los consumidores, sus clientes, ya están utilizando en sus comunicaciones y colaboración.


Esto aumentará la eficiencia, fomentará la innovación y ayudará a las empresas a crecer. Vamos hacia empresas altamente conectadas y sin fronteras.


La introducción de las redes y los sistemas electrónicos de comunicación están cambiando las relaciones en la empresa. Las organizaciones son ahora redes de personas y la información es más accesible que nunca. El correo electrónico se ha convertido en una rutina diaria como sistema de comunicación y archivo.


Las organizaciones actuales deben permitir la conexión de las personas (empleados, socios y clientes). Al utilizar herramientas sociales se incrementa el trabajo a distancia, y la necesidad de cocreación con los proveedores, socios e incluso competidores.


Frente a la circulación tradicional de la información en un entorno corporativo (intranet), se debe favorecer la comunicación informal de abajo a arriba y lateralmente y las comunidades se convierten en la unidad clave.


Las comunidades no sólo ahorran costos sino que mejoran el sistema de decisiones y la autonomía de los empleados.


En este momento la mayor parte de las organizaciones tienden a estructuras matriciales, de forma que cada empleado reporta a su jefe jerárquico y a su jefe funcional. Eso supone a menudo  duplicación de tareas, descenso de la productividad y cortocircuitos en los canales de comunicación.


La incorporación del prosumidor en la conversación de la organización hace que las relaciones cada vez estén más definidas por las interacciones entre individuos y grupos. Y los gerentes y responsables deben estar atentos  y escuchar y comunicarse con sus empleados. La fuerza de la organización inteligente es la combinación de conexiones, conocimientos y procesos.


Y es que hay que tener en cuenta que los individuos tenemos, gracias a Internet, más poder que nunca. Sólo hay que pensar que el 40% de los usuarios de Internet crean contenidos y que si bien la primavera árabe del 2011 no fue una revolución por Internet, sin Internet no se hubiera producido... 


Asia y Europa son las dos regiones que se enfrentan al envejecimiento de la población en un futuro próximo. Dentro de 20 años la media de edad en muchos de los países de estos dos continentes se acercará a los 50 años.


Cambiará también la actitud frente al trabajo y las personas tendrán un mayor control sobre las condiciones de trabajo. A pesar de las cifras de desempleo crecientes y la migración de la fuerza de trabajo a países con salarios bajos, sigue siendo escaso el talento bien formado. El autoempleo es poco probable que reemplace al empleo pero aumentará de manera considerables y la relación del trabajador con la empresa será temporal.


El aumento de la movilidad personal nos aleja de la familia y del grupo geográfico y refuerza la pertenencia a redes sociales en internet y a estar permanentemente conectados.


Viviremos una deslocalización como contratendencia provocada por la bajada de costes en manos de obra gracias a los avances tecnológicos y el encarecimiento del transporte. Seguirá la tendencia imparable de adquisiciones y fusiones baratas entre empresas. 
La "chinafication" (copia) y por lo tanto la desmercantilización provocará la personalización de productos y servicios. Ya que internet es una máquina de copiar gratuita, pagaremos por productos hechos a medida para cada uno de nosotros.


Viviremos también el auge de fuentes alternativas de energía y la competencia por detentar los recursos naturales, así como el incremento del negocio verde.


Comenzarán grandes amenazas cibernéticas debido a la vulnerabilidad de las redes eléctricas y de los sistemas de telecomunicaciones.




¡Como me gusta hacer de pitonisa!!!
Esta es la tercera parte y... continuará...


Datos extraídos de http:// ascentlookout.atos.net




Emprendeduría en la madurez. Los ERES, restructuraciones y cierres de empresas han afectado a miles de trabajadores mayores de 50 años que saben que no serán contratados por ninguna empresa: toca emprender. Las empresas dejaron de contratar a menores de 25 años hace 3 años, el envejecimiento de las plantillas hará que estos trabajadores maduros tengan que reciclarse para enfrentarse a los nuevos retos de la empresa y a los nuevos escenarios sociales. De la evolución de la pirámide de edad de la población europea y especialmente la española, se deduce que el futuro de Europa está en manos de los "aging workers" y que sobre ellos recaerá más del 30% de la fuerza de trabajo. Por otro lado, la esperanza de vida sube dos años cada cinco, de forma que gran parte de los nuevos puestos de trabajo que se creen de aquí en adelante tendrán que ver con la asistencia, la salud y la formación permanente de mayores de 45 años.


Pienso como Auerswald en "The Coming Prosperity" que en las últimas décadas millones de personas están obteniendo beneficios de los que antes habían sido excluidos gracias a la innovación tecnológica.

Aunque mirado desde Occidente, curiosamente el ascenso de China, India, Brasil..., provoca más alarma que expectación. Y en EEUU el ascenso económico de una gran mayoría se relaciona directamente con la escasez de agua o el cambio climático.
Pero  la verdad es que Shanghai está lleno de niños prodigio que serán futuros científicos y los habitantes de Kenya pueden recibir dinero de un pariente a través de sus teléfonos móviles.

Eso no es incompatible con el incremento de la tasa de paro, la recesión económica, etc, pero la verdad es que muchos más que antes se benefician de un nivel de vida que permite incrementar año a año la esperanza de vida de los seres humanos y su desarrollo intelectual.

La actual recesión no debe cegarnos ante la promesa de una evidente época de prosperidad que se avecina. Y los "madurescentes", aquellos "golden workers" que no se retiren de la vida activa, que quieran seguir creando valor para la sociedad y para sí mismos, jugarán un importante papel en esta construcción de la nueva prosperidad entre otra cosa porque en el 2020 supondrán el 30% de la fuerza de trabajo.

Como dice Richard Florida en "The Great Reset", las épocas de destrucción creativa, como la que vivimos, son las más fértiles en términos de innovación, invención y energía en la asunción de riesgos y esto será lo que siente las bases de la recuperación. 

Reiniciar, dice Florida, supone remodelar prácticamente todos los aspectos de la vida, desde cómo y dónde vivimos, hasta la forma de trabajar e invertir en las personas, para impulsar una nueva era de crecimiento y prosperidad basada en nuevos patrones de consumo y nuevos planteamientos  sobre la propiedad menos centrados en torno a la casa y el coche, nuevas infraestructuras que faciliten el movimiento de personas, bienes e ideas, un panorama económico organizado alrededor de nuevas megarregiones que impulsarán el desarrollo de nuevas industrias, empleos y formas de vida.

La prosperidad que se avecina para los que superen la "madurescencia" y sigan en la brecha, tiene que ver con mantener un buen estado físico y mental el mayor tiempo posible, tiene que ver con construir una potente red de contactos más allá de la familia que nos asegure un mañana rodeados de los que son de nuestra misma condición y con los que podamos compartir necesidades y preferencias, con los que podamos colaborar y compartir en entornos no medicalizados, ni de reclusión, en libertad y reconstruyendo las viejas utopías de nuestra juventud comunera. Tiene que ver con desarrollar competencias y habilidades que nos permitan aprender a lo largo de nuestra vida con una buena dieta de información y participando de la construcción de la inteligencia colectiva. Tiene que ver con aportar valor a la sociedad en forma de conocimiento tácito acumulado.

Seguimos "On the road"

He descubierto la web y el blog de Bersin & Associates: una mina. Y hoy me he centrado en las previsiones sobre la evolución del mercado de trabajo: Parece que todo confirma la tendencia que vengo leyendo por todas partes: Del empleo al trabajo, de la nómina a la factura: GIGonomics! Bersin habla también de cómo las organizaciones de alto rendimiento gestionan a sus profesionales.
  • Recompensan los resultados y la experiencia, no la posición.
  • Hacen caer los silos funcionales  y se facilita el trabajo de equipos por producto, proyecto, nicho de negocio.
  • Se recompensa el aprendizaje continuo y la agilidad en la actualización permanente.
  • Se fomenta y se promueve la movilidad horizontal.

Y encuentro más referencias sobre la importancia del aprendizaje continuo y la tendencia de futuro.

La gráfica siguiente describe el descenso continuado desde los años 80 de la tasa de empleo de los trabajadores sin estudios. Europa no crea puestos de trabajo no cualificados; manufactura y producción se están desplazando hacia los BRIC. El empleo en Europa girará alrededor del conocimiento y la información.





Emprendedores, reinventados, independientes.... RADICALES LIBRES


Scott Belsky define al nuevo profesional: RADICAL LIBRE y propone un manifiesto en su blog: 99% Insights on making ideas happen:


En química, el término "radical libre" se utiliza para describir moléculas con electrones no apareados, que pueden tener una carga positiva, negativa o cero. Son difíciles de precisar, y como resultado sus posibilidades son infinitas. Pueden ser tremendamente destructivos o instrumentales, dependiendo del contexto.

A través de Reaprender en Marketing y más...  y citando también a Belsky, extraigo:




La palabra ‘empleo’ significa hoy un cliente… Les dije a mis hijos que cuando terminaran sus estudios buscaran clientes en vez de jefes”.



De esta misma figura habla ahora Scott Belsky. El responsable de Behance llama a este tipo de profesionales “radicales libres” y en su artículo ‘A Manifesto For Free Radicals: Less Paperwork, Less Waiting, More Action’, los compara con estas moléculas porque, en química, este grupo de átomos son imposibles de movilizar y, precisamente por eso, sus posibilidades son infinitas”.



Dice que llama radicales libres a este “nuevo tipo de profesional del siglo XXI” porque “manejan sus carreras con sus propias manos y ponen al mundo a trabajar para ellos”. Los recursos necesarios para gestionar una empresa era, antes, algo que un particular no se podía permitir. Ahora están en la nube y se han convertido en un commodity. A esto se une el open-source y la posibilidad de que los individuos dispongan del código de aplicaciones para usarlas a su medida.



“Los radicales libres son fuertes y resistentes, autosuficientes y extremadamente potentes. Los encontrarás trabajando por su cuenta, en pequeños equipos o en grandes compañías. Están en todos sitios y están configurando el futuro”, escribe Belsky.



Este es el manifiesto de los Free Radicals.



Hacemos trabajo que es, ante todo, reconfortante. Pero cuando hacemos algo esperamos una validación extrínseca. No creamos solo para nosotros mismos. Queremos conseguir un impacto real y duradero en el mundo que nos rodea.



Pedimos libertad, tanto si trabajamos en compañías o por nuestra cuenta, para experimentar, participar en múltiples proyectos a la vez y desarrollar nuestras ideas. Avanzamos dentro de la flexibilidad y somos más productivos cuando nos sentimos totalmente comprometidos.



Hacemos muchos proyectos y, por lo tanto, cometemos errores a menudo. Vemos los pequeños fallos como oportunidades de aprendizaje y parte de nuestra educación experimental.



Tenemos poca tolerancia con las fricciones de la burocracia, redes de influencia de vieja escuela y las prácticas de negocio anticuadas. A menudo cuestionamos los procedimientos estándar y nos hacemos valer. Pero incluso cuando no podemos, no nos rendimos al status quo. En su lugar, encontramos fórmulas más interesantes a nuestro alrededor.



Esperamos que las compañías saquen lo mejor de nuestro trabajo y talento, ya sea una start-up o una gran compañía. Cuando nuestros proyectos y aprendizajes se estancan, nos vamos. Pero cuando podemos producir un impacto en algo que nos interesa, ¡estamos encantados! Queremos hacer nuestro trabajo siempre lo mejor que podemos.



Consideramos el open source, las API y el inmenso conocimiento colectivo de internet nuestro arsenal personal. Wikipedia, Quora y las comunidades abiertas para diseñadores, desarrolladores y pensadores fueron creadas por nosotros y para nosotros. Siempre que sea posible, difundimos conocimiento colectivo para ayudar a tomar mejores decisiones para nosotros mismos y nuestros clientes.



Pensamos que “networking” es compartir. Al compartir nuestras creaciones y las cosas que nos fascinan, creamos una comunidad de seguidores que nos dan feedback, ánimo y nos conducen hacia nuevas oportunidades. Por este motivo (y otros más), a menudo (no siempre) optamos por la transparencia sobre la privacidad.



Creemos en la meritocracia y el poder de las redes online para mejorar las habilidades que nos permiten hacer lo que nos gusta. Vemos la competencia como una motivación positiva más que como una amenaza.



Nos ganamos muy bien la vida haciendo lo que nos gusta. Nos consideramos, a la vez, artesanos y empresarios. A menudo somos nuestros propios departamentos de contabilidad, nuestra agencia de publicidad, nuestro asesor de desarrollo de negocio y nuestro comercial. Dedicamos la energía necesaria para invertir en nosotros mismos como negocio y empleamos las mejores herramientas y conocimientos (la mayoría son libres y online) para gestionar nuestro trabajo como una empresa de hoy.


Ufffff, ¡Cómo me gusta!!!


Un granito de arena más para reafirmarme en mi convicción de que el futuro del trabajo pasa por la libertad y la creatividad.




Maduros, Independientes y Altamente Formados y Especializados (según la revista TIME)


La revista TIME publica regularmente unos especiales online que me ahorran bastante tiempo de búsqueda y análisis de tendencias.
Hoy me he organizado la mañana para leerme con tranquilidad y comentar su número especial sobre el futuro del trabajo: THE FUTURE OF WORK


Y entresaco algunas de las afirmaciones del monográfico y las salpimento con algunas de mis reflexiones, todo muy 2.0, muy de DJ:


Las cifras y datos que aportan siempre son sobre EEUU pero como tendencia creo que se pueden aplicar a toda Europa.
Durante los próximos años el número de puestos de trabajo en el sector de la tecnología de la información se espera que aumente un 24% (el doble de la tasa de crecimiento del total de puestos de trabajo.
Esto requerirá cada vez un mayor nivel de especialización y talento y un descenso de la demanda de puestos de trabajo básicos.
A la vez disminuye el coste de la creación de empresas.
La empresa de inversiones americana T Rowe Price calcula que un gran número de baby boomers tendrá que retrasar su jubilación casi 9 años con el fin de recuperar lo que sus fondos de pensiones han perdido en el mercado.
Los boomers tratarán de aferrarse a sus puestos de trabajo, en diez años serán el 38% de las plantillas, desplazando a generaciones más jóvenes.
En EEUU descienden las tasas de empleo en jóvenes de menos de 25 años y se incrementa el número de mayores de 55 que tienen un puesto de trabajo.



Las empresas del futuro requieren un liderazgo femenino. El estudio de Calalyst de 353 empresas de las 500 del Fortune encontró que las empresas que tienen más mujeres en puestos directivos obtuvieron una rentabilidad superior en más de un tercio a las directivas exclusivamente masculinas.
Hay una creciente evidencia de que el estilo de gestión femenino no sólo es claramente diferente al masculino, sino que se está tornando esencial en el actual mercado laboral.
Estudios de la Universidad de Cambridge y de la Universidad de Pittsburgh sugieren que la mujer es más "controladora" y se centra en el largo plazo, frente a los hombres que arriesgan más sobre todo cuando están rodeados de hombres.
Las mujeres son menos competitivas, buscan el consenso, son conciliadoras y colaboradoras, ejercen un liderazgo transformacional:






Fuerte compromiso, motivación, adaptable a los usos y valores emergentes, menos jerárquica...
Si analizamos la tendencia a necesitar empleados cada vez con mayor formación y especialización y miramos los porcentajes de universitarios en España veremos:


ENSEÑANZA SUPERIOR   VARONES    MUJERES 2009
                                           23,4       35,6
Porcentaje sobre total de población de 18 años

Alumnos matriculados en estudios universitarios 2009: 54% mujeres


TASAS de Graduación 2008: Mujeres 60,9%


Descenso de la ocupación 2009

(Evolución de la tasa de empleo)
tasa de empleo 2009              VARONES     MUJERES
                                                    66,3          55,3
Disminución respecto a 2008          5,6            2,1




En otro orden de cosas y pensando en los trabajadores no cualificados, The Major's Report indica que en las próximas tres décadas el EMPLEO VERDE puede proporcionar hasta un 10% del crecimiento total del trabajo.
Los empleados de "cuello azul" con alta tasa de desempleo, deberán evolucionar a través de la formación a ocupaciones verdes.


Según la OIT:



Se crearán nuevos empleos, como por ejemplo la fabricación de dispositivos para reducir la contaminación, que se sumarán a la existente producción.

Algunos trabajos serán sustituidos, como por ejemplo el cambio de combustibles fósiles a renovables, o el cambio de la fabricación de camiones a la de coches ferroviarios, o el cambio de las descargas o incineración de residuos al reciclado.


Algunos empleos podrían ser eliminados sin ser sustituidos de manera directa, como cuando el embalaje de materiales sea restringido o prohibido y su producción interrumpida.


Muchos trabajos existentes (como plomeros, electricistas, trabajadores de la metalurgia y de la construcción) serán transformados y redefinidos a medida que la exigencia de nuevas calificaciones, los métodos de trabajo y sus perfiles respondan a criterios más verdes.




La generación X llegará a la dirección y se encontrarán con:
Los babyboomers que no han desaparecido de su lugar de trabajo y a los que tendrán que convertir en coachers, consultores y estrategas y a la generación Y que no entiende el compromiso con una marca y que cree que no tiene sentido dedicar años y años de esfuerzos a una sola compañía a cambio de pequeños aumentos de sueldo y promoción.



Los gerentes de la Generación X tendrán, por ejemplo, a dos boomers compartiendo un mismo puesto a tiempo parcial. Tendrán que tomar decisiones que pueden involucrar a miembros del equipo repartidos por todo el mundo, con líderes de proyecto a los que no conocerán en persona: Globalización y gestión de la diversidad como habilidad directiva.


Rob Carter, director de FedEx piensa que quien quiera tener éxito laboral en los próximos años deberá entrenarse en el juego WORLD OF WARCRAFT  (WoW)
porque muestra cómo será el trabajo del futuro:
Cada equipo se enfrenta a un ritmo muy rápido a una complicada serie de obstáculos llamados misiones y cada jugador, a través de su avatar online, debe contribuir a resolverlas o de lo contrario perderá su lugar en el equipo. El jugador que más aporta llega a dirigir el equipo hasta que alguien le quita la posición porque aporta más que él. Es el juego de muchos de los miembros de las generaciones X e Y y requiere la misma habilidad que la que se le exigirá en un futuro cercano para colaborar en proyectos de trabajo.


La manufactura no solo desciende en Europa, sino que si se abre una nueva fábrica de producción manufacturera lo hace sin apenas crear empleos. Por ejemplo:




Esta nueva mano de obra  se puede ver en la sala reluciente y antiséptica  de esta empresa del sur de California, donde Edwards Lifesciences produce válvulas de corazón artificial. Se podría decir que el pequeño grupo de trabajadores en la planta de Edwards, en su mayoría mujeres de Asia, son costureras. A diferencia de los miles de trabajadores textiles estadounidenses cuyos trabajos han emigrado a países con salarios bajos,  estas mujeres, altamente cualificadas, ocupan un nicho en el que las empresas estadounidenses son dominantes y en crecimiento. Cada válvula de reemplazo requiere de ocho a 12 horas de meticuloso trabajo a mano de costura: unos 1.800 puntos de sutura tan pequeña que el trabajo se realiza bajo un microscopio. Hasta un año de formación entra en la preparación de cada nueva contratación que se une a la empresa.



Trabajadores altamente cualificados creando productos de alto valor en industrias altamente innovadoras: estos son los posible futuros empleos de muchos de los trabajadores de producción.


Y veremos la muerte de la mayoría de "cubículos" de trabajo.

La mayoría de los empleos que se crearán en los próximos años tienen que ver con personas que se relacionan con clientes, organizan a los fans de la marca, gestionan la comunidad digital: diseñadores brillantes, brainstormers energéticos y técnicos de laboratorio rigurosos.
Oficinas llenas de pasillos y "cubículos" con puertas cerras tienden a desaparecer: demasiado caras y demasiado lentas.
La tecnología de Internet hace que el trabajo en equipo sincronizado con un objetivo común sea más fácil y más productivo que nunca. (La única razón para ir a trabajar, es hacer el trabajo, no luchar contra el tráfico) Tu equipo sabrá cuando te conectas, lo que escribes y aportas, a lo que accedes, cuáles son tus fuentes y tus relaciones...
Como dice Seth Godin trabajo significa gestionar una comunidad, crear un movimiento y funcionar en equipo para cambiar el mundo... Cualquier otra cosa, no es trabajo, será externalizada a otra organización más "barata".


Y finalmente recojo las características fundamentales del futuro del trabajo del blog

THE COOL RULER



¿Cómo será el futuro del trabajo? Según lo que dice el emprendedorT.A. McCann , el futuro del trabajo estará conformado por profesionales independientes que trabajarán conectados en red para llevar a cabo proyectos empresariales concretos durante periodos de tiempo determinados.
Vamos, que en el futuro el trabajo no será algo que una empresa nos proporcione de por vida (esto ya está sucediendo ahora, en el presente), sino más bien un valor que uno mismo aporta y por el que otros estarán dispuestos a pagar.
Por lo tanto, en el futuro (inminente) la gente tendrá que centrarse mucho más en sus propias competencias (en aquellos aspectos en los que destaca) y en lo relacional (en las telarañas de conexiones interpersonales que puedan crear con profesionales afines). Cada uno de nosotros va a tener que inventarse su propio trabajo y su propia red de contactos (networking).
Todo esto implica que en el futuro puede haber una especie de vuelta al trabajo con sentido artesanal, a la vocación por el trabajo bien hecho. De tal manera que los trabajadores del futuro, como los del pasado, podrían volver a cobrar por su trabajo, en lugar de tener que trabajar por dinero, tal y como es ahora.
Y al igual que sucedía antes de la revolución industrial, puede que en el futuro tampoco exista esa necesidad imperiosa que hoy tenemos de distinguir entre vida laboral y vida personal (que no íntima), porque si uno es dueño de su trabajo y disfruta plenamente con él, entonces ¿qué sentido tiene diferenciar entre trabajo y ocio?

Gestión de los "aging workers"


¿POR QUÉ EN LOS PRÓXIMOS AÑOS LAS EMPRESAS ESPAÑOLAS DEBERÁN CENTRARSE EN LOS TRABAJADORES DE EDAD?


-Escasa contratación, apenas ingresan jóvenes en el mercado laboral.
-Descenso de la natalidad. Mayor número de mayores de 50 años que de menores de 25.
-Fuerza laboral envejeciendo. El porcentaje de trabajadores mayores de 45 años superará pronto el 40%.
-La base de clientes envejece también junto con la fuerza de trabajo. Los trabajadores mayores son necesarios para rediseñar productos y servicios para este segmento de mercado.
-Envejecimiento activo. Nuestras vidas son más largas y saludables. Disminuye la tendencia a la jubilación anticipada y veremos la reincorporación al trabajo de forma parcial de trabajadores jubilados, tanto por sus buenas condiciones de salud, como por necesidad económica.

Cambios en la relación empleador/empleado:

Sobre todo en lo que tiene que ver con la planificación de la carrera profesional y considerando tres nuevos tramos de edad que no aparecían en ningún plan de carrera elaborado por RRHH hasta ahora:

-De 45 a 55 años,
-De 55 a 65 y
-Más allá de los 65



Habrá que tener en cuenta funciones de mentoring, reducción de jornada, funciones de formación interna, de gestión del conocimiento interno, etc, de forma que su rol principal sea progresivamente el de transmisor de la cultura y valores de la organización y de su conocimiento tácito.

Las organizaciones que quieran aprovechar al máximo el potencial  de los "aging workers" deberán ser flexibles en sus horarios y sus exigencias de presencialidad, proponiendo horarios flexibles, a tiempo parcial, por temporada, teletrabajo, jubilación gradual, contratos de consultoría, "interim manager"...

Las organizaciones que quieran aprovechar al máximo el potencial  de los "aging workers" deberán promover y apoyar el aprendizaje continuo, generando el deseo natural de tener constantes desafíos. Utilizando la rotación de puestos de trabajo para cruzar capacitaciones y fortalecer las habilidades de todos los trabajadores enriqueciendo sus puestos de trabajo.

Exigiendo de los "aging workers" su alfabetización tecnológica, no permitiendo que algunos trabajadores "no participen" del uso de las nuevas herramientas que aporta internet y de las conversaciones en las redes sociales internas y externas.


Las organizaciones que quieran sacar el máximo beneficio del potencial productivo de sus trabajadores mayores, que serán en breve el 40% de su plantilla, deberían:

Reconocer las contribuciones a la organización  de los empleados de edad.

Dejar que sean ellos mismos los responsables de proponer, iniciar y dirigir su cambio de funciones y rol.

Convertir a todos los empleados de la organización en maestros, a través de los nuevos canales de comunicación que propone la internet social, facilitando así el aprendizaje continuo y permanente.

Crear puestos y perfiles de tutoría, mentoring y enlace entre Departamentos de la organización para los empleados maduros que conocen muy a fondo la organización.

Replantearse sus planes de igualdad revisando lo referente a la discriminación por edad explícita en muchas empresas que no incorporan jamás a mayores de 45 años, y los planes de conciliación incorporando lo que se refiere al cuidado de familiares dependientes, más frecuente en los trabajadores de edad que el cuidado de hijos menores, y al abordaje de las enfermedades crónicas, más frecuentes también en estas franjas de edad.

Y en definitiva, deberían empezar a asumir que los "aging workers" serán uno de los recursos más valiosos de la organización y que ya es hora de planificar la larga carrera profesional que les queda por delante en nuestra organización.



De la nómina a la factura, de empleados a empresarios: el fin del trabajo tal como lo conocemos.

Soltarse de la mano de la empresa e iniciar un camino autónomo, emprender el camino de la autonomía personal y financiera, debería ser una etapa necesaria, la etapa de culminación de la carrera laboral de cualquier profesional. 
Esa deseable liberación se ha convertido, gracias a los tiempos económicos que corren, en un emprendimiento forzoso por la continua, sistemática y cruel destrucción de empleo, lo que hace a muchos repetir la españolísima frase "vivan las cadenas", un deseo que se convierte en una búsqueda desesperada de un inexistente puesto de trabajo, en lugar de dirigir toda la energía a aunar trabajo y pasión, afición y oficio, ocio y negocio. 
Según el informe del GEM Global Entrepreneurship Monitor, el emprendimiento forzoso aumentó en España aun 36% respecto a 2010 afectando sobre todo a mujeres y mayores de 50 años.
Y digo afectando porque no se trata en estos casos de una decisión meditada, un deseo de crecer y mejorar la vida laboral, sino de un emprendimiento por necesidad que se vive como una desgracia, cuando no como un fracaso.
Y hablamos de mantener la "empleabilidad" y para ello gestionar nuestra "marca personal" para encontrar "empleadores" en lugar de mantener nuestra "creatividad" y "expertise" para encontrar "clientes".
Y hace ya tres años algo se me removió leyendo a Raimon Samsó y su reflexión sobre la libertad financiera en la madurez. Porque ya no podemos confiar ni en pensiones, ni en fondos de pensiones, la inseguridad financiera,  cuando empieza a otearse en el horizonte no demasiado lejano la jubilación, es grande y el remedio pasa seguramente por emprender.
No sólo por eso, la experiencia acumulada, la mayoría de edad de los hijos, el hastío en el trabajo de hace tantos años..., supone mayor disponibilidad de tiempo y la aventura empresarial se convierte entonces en algo atractivo, viable, gratificante.
Y como dicen los americanos en boca de Janean Chun, no te fíes de la cara de niño de Zuckerberg, ni creas en los estereotipos de Silicon Valley que dicen que sólo los jóvenes pueden innovar y que cualquier niñato puede construir Facebook.
La edad de los empresarios está aumentando asegura la investigación de Vivek Wadhwa que afirma que la tasa más alta de la actividad empresarial se ha desplazado en EEUU a los boomers de 55-64 años.
La innovación es un producto de mentes jóvenes y, por su trayectoria, la generación del baby boom conserva una mentalidad joven: los cincuenta son los nuevos treinta, dice Rieva Leonsky.
Steve Jobs presentó iMac, iTunes, iPod, iPhone y iPad pasados los 45, cuando era joven lo echaron de Apple, sus mayores innovaciones llegaron con la edad y la madurez. (Opiniones extraídas deBoomers who start business en  The Huffington Post)
Muchos boomers están perdiendo su empleo por la recesión. La discriminación por edad está empujándoles al emprendimiento forzoso y el autoempleo como única solución.
Podríamos estar entrando en la época dorada de la iniciativa empresarial frente a la mentalidad  “asalariada” en la que personas maduras son dueños de su trabajo en parte por necesidad, en parte alimentando sueños que no pudieron cumplir de jóvenes, y en parte para tomar el control de sus vidas de cara a la jubilación.
Incluso dentro del seno de las empresas parece que empieza a ser tendencia una creciente autonomía del personal, una organización cada vez más "redárquica" hasta el punto de externalizar el máximo de procesos, establecer relaciones laborales temporales por contrato o servicio puntual y adelgazar su estructura a menudo hasta la extinción para pasar al "management by out", la venta de una parte de la empresa, de un servicio, de un producto, de un proceso, a un profesional, que de esta manera de empleado se convierte en empresario, casi siempre unipersonal: autónomo.
En este sentido quisiera explicar el proceso, voluntario en este caso, de transformación que supone iniciar pasados los cincuenta un nuevo camino laboral como emprendedora: Cómo construir una identidad digital, cómo constatar que en tiempos de redes hay que ofrecer servicios, no productos, elaborar un portfolio dirigido a una generación, la de los babyboomers, que verá prorrogada su vida laboral, que en este momento es la más afectada por los ERE y las reestructuraciones empresariales, que en el caso de perder el empleo difícilmente se podrá reincorporar a una empresa y deberá convertirse en emprendedor forzoso. Pero que tiene a su favor en cuanto a su valía profesional el descenso de la natalidad y que la experiencia en estos momentos en los que se buscan trabajadores del conocimiento es un valor en alza que anuncia la revolución madurescente.

Para incorporarse a este cambio, al emprendimiento forzoso, el aprendizaje permanente es la clave y la actualización en los recursos de la web 2.0 y las redes sociales para nuestro desarrollo profesional imprescindible. Y este es el servicio que decidimos ofrecer desde Charisma LTD: Observatorio del aprendizaje de Internet en la madurescencia, que en todos los formatos conocidos: presencial, elarning, blended learning y hasta en forma de clases particulares, pretendemos dotar de recursos digitales a analfabetos e inmigrantes digitales que difícilmente reconocen su desconocimiento y que en su proceso de aprendizaje se debe dedicar un tiempo importante al desaprendizaje.
El nuevo emprendedor maduro debe controlar y gestionar su identidad digital y posicionarse en internet para tener visibilidad, la mejor manera de ofrecer sus servicios y experiencia.
La revolución madurescente llama a plantarle cara al estado de temor, casi de pánico en el que estamos sumergidos en aras de los intereses de no se sabe muy bien quién, porque esto de los “mercados” no es más que el nuevo “coco” con el que nos atemorizaban de pequeños si no nos portábamos bien, es decir, si no nos callábamos, dejábamos de protestar y nos comíamos sin rechistar el filete de hígado que tan bueno iba a ser para nuestro crecimiento, pero que nos repugnaba.
La revolución madurescente llama a sacar la cabeza del pozo y afirmar que estamos en nuestro mejor momento creativo, ese momento en que podemos aunar experiencia y pasión, templanza y curiosidad, ese momento en que sabemos mesurar con precisión el alcance de un riesgo que estamos dispuestos a correr con los ojos muy abiertos y con el paracaídas de todo lo observada, todo lo leído, todo lo vivido.


Trabajo y madurez: mantener la empleabilidad más allá de los 50


Leo en un artículo de opinión de la CNN: ¿Están los puestos de trabajo obsoletos?, que asiste asustado a la desaparición de empleos y puestos de trabajo "de toda la vida" por culpa de internet, sin ver que está cambiando el concepto "trabajo" y aún más el concepto "empleo".


El "EMPLEO" se muere lentamente y muchos de los que hoy en día están empleados, lo están en oficios en vías de extinción o en radical transformación.  Y todavía no hemos aprendido a autogestionarnos y agregar valor, a trabajar bajo contrato puntual y por proyectos.


Cambian las competencias que se requieren para moverse en este nuevo "mercado de trabajo" GIG.


Y en ese sentido repaso la selección y definición de competencias clave para el sigloXXI que propone el proyecto DESECO de la OCDE y que titula "Competencias necesarias para el bienestar personal, social y económico":
Sigo leyendo y reviso un fragmento de un magnífico post de Dolors Reig en su blog EL CAPARAZÓN
Las nuevas habilidades o competencias necesarias serán:
  1. Dar sentido.
  2. Inteligencia social.
  3. Pensamiento adaptativo y novel: Es la habilidad de pensar y encontrar soluciones y respuestas más allá de lo que la memoria dicta o basándose en reglas. (lo hemos llamado anteriormente intuición, flexibilidad, observación y cambio, beta permanente, etc.)
  4. Competencias transculturales (es necesario recuperar la función del antropólogo en los medios sociales)
  5. Pensamiento computacional. (también relacionado con la intuición, flexibilidad, observación y cambio, beta permanente)
  6. Alfabetización en “nuevos” medios (en cuanto a formato pero sobre todo en cuanto a su carácter interactivo, social, que los acerca a las tradicionales ciencias sociales)
  7. Transdisciplinariedad (nos acercamos, creo, a perfiles profesionales más amplios que nunca antes. La importancia reside en el proyecto concreto de estudio, que siempre requerirá, además, de un equipo multidisciplinar enredado)
  8. Mentalidad orientada al diseño (Design Mindset)
  9. Gestión de la carga cognitiva: Entendida como la capacidad de discriminar y filtrar la información por orden de importancia, y para entender cómo aprovechar al máximo el funcionamiento cognitivo mediante una variedad de herramientas y técnicas. (Desde el documentalista al “curador” de contenidos a los expertos en productividad)
  10. Colaboración virtual.


El descenso de la tasa de natalidad desde hace más de diez años, la actual falta de contratación debida a la crisis, nos presentan un futuro cercano con más del 30% de "ageing workers", trabajadores mayores de 50 años con competencias y habilidades que nada tienen que ver con las mencionadas que paliarán su falta de destreza digital y social con la experiencia acumulada. Trabajadores que además y de forma creciente no tendrán un "empleo" sino una "especialidad", que deberán ofrecer su trabajo de forma puntual a una organización si hacemos caso a la tendencia en materia de trabajo que hemos comentado.


Actualmente la discriminación en el trabajo por edad es tan importante como la discriminación por sexo (si no más) y en un primer momento de este cambio de escenario laboral que estamos viviendo, se optó por la jubilación anticipada de un importante colectivo de trabajadores en su mejor momento productivo con la consiguiente pérdida de capital intelectual. En este momento en la mayor parte de remodelaciones (ERE),  y por cuestiones de precio, los trabajadores más afectados son precisamente los senior, obligados a convertirse en trabajadores por cuenta propia para, en muchos casos, seguir manteniendo una relación laboral con la misma organización que lo expulsó.



Pero a pesar de esta discriminación, el envejecimiento de las plantillas es irreversible y paralelo a este envejecimiento se está produciendo un cambio en la organización del trabajo, los métodos, las herramientas y las cargas de trabajo con mayor rapidez que la capacidad de adaptación de los profesionales que hará necesario que en las organizaciones se desarrollen procesos para evitar el desplazamiento o la fuga de los trabajadores maduros:



Al margen de los prejuicios, si analizamos los cambios en la capacidad de trabajo a lo largo de la vida laboral, podemos observar que sustituimos unas habilidades por otras que compensen cualquier pérdida de nuestra capacidad productiva, aunque sí que parece cierto que el paso de los años nos alejan de trabajos que requieran esfuerzos físicos o habilidades manuales de nuevo aprendizaje. Pero es cierto también que en nuestro mundo descienden de forma vertiginosa los empleos relacionados con la fuerza física, mientras se incrementan a la misma velocidad los relacionados con la gestión de la información y de las relaciones.

Según Occupational &Enviromental Medicine  en su web,
"... en el proceso de envejecimiento, desde el punto de vista de la vida laboral, los cambios más importantes en las funciones mentales están relacionados con el debilitamiento de la precisión y la velocidad de la percepción. Los cambios se refieren a todo el sistema humano de procesamiento de la información: (1) el sistema sensor  y perceptivo que se encarga de recibir información a través de los sentidos, (2) el sistema cognitivo que procesa los datos de los sentidos y la memoria del sistema, y ​​(3) el sistema motor que es responsable de la realización de las funciones de decisión. Al parecer, el funcionamiento de los tres sistemas disminuye con la edad.
Las funciones de procesamiento de la información cambian muy poco en el curso de la carrera laboral. Además, algunas funciones cognitivas, tales como el control de uso del lenguaje o la habilidad para procesar problemas complejos en situaciones de inseguridad, mejoran con la edad. La velocidad y la precisión puede ser sustituidas por la alta motivación de los trabajadores de más edad y la experiencia y la sabiduría que han reunido a lo largo de su vida laboral. A pesar de que la velocidad de aprendizaje puede disminuir con la edad, el proceso de aprendizaje real no depende de la edad de una persona. Una fuerte motivación para aprender también puede compensar la velocidad de aprendizaje más lento..."

Así que, 
Es previsible que la tasa de empleo de los trabajadores de más edad (55 años y más) aumente en los próximos años.
Es necesario que las organizaciones hagan lo posible para retener esa experiencia y para actualizar las competencias y habilidades de estos trabajadores que serán en el 2020 más del 30% de la fuerza de trabajo, según constatan las estadísticas de la UE.
Esas competencias y habilidades tienen que ver con la gestión de la información y la gestión de las relaciones y se enmarcan en gran medida en herramientas y recursos a los que se accede a través de INTERNET.
El modelo de marco laboral emergente tiene que ver con trabajadores por cuanta propia que se relacionarán con las organizaciones de forma puntual y para la realización de un proyecto concreto.

La buena salud de los babyboomers

Un hombre para su moto frente a un edificio de oficinas en el que trabaja en coworking con antiguos colegas de la que fue su primera empresa, desabrocha su casco, para revelar una avanzada calvicie sobre una corona de pelo blanco. 

Una mujer con zapatos ortopédicos y tonificadores, ha venido caminando desde su casa para cumplir con su programada hora de ejercicio diaria y se abre paso hacia los ascensores a buen ritmo, mientras que sus compañeros de ascensor consultan, a través de sus gafas bifocales, sus smartphones con el tipo de letra "más grande" para facilitar su lectura. 

No, esto no es un anuncio de medicina "antiaging": esta es la fuerza laboral del mañana.

Y me encanta el optimismo de Sonia Arrinson que afirma que además seremos más ricos porque viviremos más tiempo y más saludables que nunca. Los babyboomers gozamos de una buena salud en general y además disfrutaremos de esta buena salud, por lo menos física (la mental es otro cantar) por más tiempo que nuestros antecesores y eso supone que cada individuo será productivo por un período de tiempo cada vez más largo. Nuestros ingresos reales se verán incrementados con una mayor longevidad.  Los economistas Kevin Murphy y Topel Robert de la Universidad de Chicago han calculado que, para los estadounidenses, los incrementos en la esperanza de vida suponen un  crecimiento de los ingresos promedio per cápita del 2 por ciento anual. También encontraron que desde 1970 a 2000, aumento de la esperanza de vida ha sumado cerca de $ 3,2 billones americanos por año a la riqueza nacional de EEUU. 

Las empresas tendrán que ser creativas en cómo gestionar un lugar de trabajo con el personal cuya edad media rondará los 50 años, tal como predice el análisis de la evolución de la pirámide de edad en España. Tendrán que variar el diseño y la ergonomía de los puestos de trabajo, la jornada laboral, la distribución de tareas, los planes de formación y desarrollo, la planificación de la carrera profesional, los sistemas de compensación, la concepción de los planes de pensiones, la visión de la "conciliación" y la "igualdad", etc, etc, etc...


Escasez de trabajo y escasez de trabajadores

Se han despertado algunas alarmas al constatar que la generación del "babyboom" (1945-1965) está en puertas de la jubilación y que eso puede suponer  una escasez de manos de obra inminente. Por otro lado y dada la recesión actual, también son muchas las voces que afirman que lo que será escaso en los próximos años es el trabajo.

Es cierto que las generaciones posteriores a la del "baby boom" no son tan numerosas y que en España rozamos el crecimiento cero, cuando no nos ponemos en crecimiento negativo. Y es cierto también que la fuerza laboral mayor de 55 años está aumentando al mismo tiempo que disminuye la de trabajadores menores de 25.

Y todas las encuestas realizadas apuntan a que los "golden workers" desean (o necesitan) permanecer en activo hasta más allá de los 70 alos y eso tiene que ver con el incremento de la esperanza de vida y los avances en la medicina, pero también con el temor a no poder cobrar la pensión por la que se ha cotizado tantísimo tiempo, a perder los beneficios sociales de los que se goza en la empresa y a perder capacidad adquisitiva y nivel de vida.


En EEUU se ha detectado que la jubilación de gran número de "babyboomers" producirá escasez de trabajadores cualificados en campos como la enfermería, la enseñanza o la informática. El Bureau of Labor Stadistics de EEUU cita las ocupaciones que se verán seriamente afectadas: Secretarias, conductores de camiones pesados y transportistas en general, maestros de primaria, profesores de secundaria y universitarios, limpiadores y conserjes, contables y auditores, enfermeros, agricultores...

A la escasez interna de trabajadores "jóvenes" hay que sumar el descenso de la inmigración (y no parece que vaya a producirse un cambio en las políticas de inmigración de nuestro país, fuertemente restrictivas), la fuga de talento que se está produciendo en estos momentos (2500 menores de 30 años salen de España cada mes) y de los que muchos no retornarán y la deslocalización de la industria, o sea la subcontratación de puestos de trabajo en el extranjero, mucho más barato y menos conflictivo para las empresas.

Preparando el presente: La revolución Madurescente

Ante este panorama, muchos de mis compañeros de generación deciden replantearse su carrera laboral e invertir en su empleabilidad dado que seremos responsables de la producción de bienes y servicios en un futuro muy cercano.

Se reinventan, se independizan, conectan y forman redes, aprenden y desaprenden cada día, invierten en salud y en bienestar, retoman contactos y amistades perdidos por el camino, en definitiva, se arman de valor para enfrentarse al momento más creativo y fecundo de sus carreras profesionales en su madurez personal.


Los responsables de recursos humanos y directores de empresa deben centrarse en este sentido en políticas y procedimientos para la retención de empleados, a través de propuestas como el trabajo flexible, el incremento de la oferta formativa y de las oportunidades de desarrollo profesional, mejores planes de beneficios.

Será fundamental invertir en la reinvención de los perfiles y puestos de trabajo reeducando a las plantillas maduras para aumentar sus habilidades en las nuevas competencias que tienen que ver con la gestión de la información y el conocimiento.
Los empleadores tendrán que considerar la creación de programas específicos para los trabajadores de más edad con el fin de retener a estos individuos experimentados y cualificados, es decir, la jubilación gradual, horarios de trabajo alternativos, el trabajo compartido, a tiempo parcial o el trabajo de consultoría.
Las empresas harán bien en concentrarse más intensamente en aumentar la productividad mediante el desarrollo y la inversión en las tecnologías adecuadas, y en sus propios empleados, a fin de mantenerse aún más productivos en el futuro.
Debe darse una colaboración más estrecha entre el sistema educativo y las empresas para ayudar a asegurar un mayor número de personas capacitadas  para las industrias del futuro y para desarrollar cualificaciones para ocupaciones mucho más tecnificadas y con mayores exigencias en cuanto a la inteligencia emocional y las competencias relacionales. 
Sólo el tiempo dirá el impacto que tendrá las progresiva jubilación de los "babyboomers" en nuestro país y en su economía. Será fundamental nuestra capacidad de cambio y de adaptación a la nueva realidad tecnológica, industrial y social.


LA REVOLUCIÓN ES AHORA HORIZONTAL


¡LA REVOLUCIÓN MADURESCENTE YA HA COMENZADO!





Madurescencia y transformación
Levantar el vuelo


 "No podemos vivir el atardecer de la vida con el mismo programa que la mañana" Wayne Dyer


Las diosas de la edad madura de Jean Shinoda, 

"Hécate: la diosa de las encrucijadas que podía ver tres caminos a la vez, la diosa de la intuición, a la que encontramos en la antesala de las principales transformaciones, la comadrona que asiste al parto y la mujer que facilita el tránsito del alma cuando esta abandona el cuerpo al morir. Nos ayuda cuando damos a luz nuevos aspectos de nosotras mismas, a desprendernos de lo que va a morir: actitudes anticuadas, papeles desfasados y cualquier otro elemento de nuestra vida que ya no contribuya a nuestra afirmación."

Ella es la que ronda muchas veces cuando acabo una sesión sobre Web 2.0 y redes sociales, sobre todo acompañando a los que tenemos más edad...



Éramos cuatro alrededor de una mesa en un pequeño restaurante de la izquierda del Ensanche de Barcelona, frecuentado por dos de los comensales, por lo que nos dispensaron un trato exquisito y, lo más importante, nos dieron la única mesa redonda del local tan estimuladora de buenas conversaciones.


Se trataba de un rencuentro después de muchos años sin coincidir los cuatro: dos hombres y dos mujeres alrededor de la cincuentena.


Nos conocemos desde hace más de veinte años y parte de la comida transcurre confirmando que de casi todo lo que nos une hace más de diez años que sucedió.


Profesionalmente nuestras carreras han sido hasta hace muy poco una lenta y continua progresión... hasta hace poco.


Excepto uno de nosotros, consultor independiente desde hace más de diez años, los demás inauguramos nueva etapa vital, sin organización que nos ampare, solos y libres frente al mundo. Más de treinta años de vida laboral que hay que reconvertir, replantear, revisar, reformular...


El más reciente de los incorporados al club de los consultores autónomos, ha iniciado su reconversión buscando consejo en sus amigos, colegas, incluso consultoras de outplacement:

"Lo tienes crudo para incorporarte a otra organización. Siempre preferirán a un gestor/ejecutivo de 40 que a uno de 50, dedícate a la consultoría", ha oído hasta la saciedad.

Durante la comida revisamos casos y casos de cincuentones en nuestra misma situación y entre risas y temores nos felicitamos por poder por fin paladear el sabor de la libertad.


Y nos explicamos carencias y fortalezas: somos una generación fuerte la de los nacidos en la década de los años 50: Empezamos a trabajar y nos independizamos muy jóvenes (yo, por ejemplo, llevo 37 años cotizando en la Seguridad Social). Vivimos la muerte de Franco en plena juventud (yo tenía 19 años en el 75), nos iniciamos a casi todo con la recién estrenada democracia.


Hasta hoy hemos vivido bastante bien en paralelo al desarrollo económico y del estado del bienestar de España y durante muchos años, el trabajo ha sido el centro de nuestras vidas.


Cuando éramos jóvenes una persona de 50 años nos parecía un viejo y ahora con esa edad nos sentimos pletóricos y con mucha vida por delante. Asusta comenzar de nuevo, pero nos sentimos con fuerza para hacerlo.


Al final de la comida, nos emplazamos para la próxima, para seguir echando unas risas que no hagan más que confirmar nuestra confianza en que no hemos perdido el tren, sino que tenemos mucho que aportar a esta sociedad en pleno cambio, en plena reinvención.


Esta comida se produjo hace ahora dos años. Después se han seguido muchas otras historias similares, algunas gozosas otras dolorosísimas, pero como un reguero de pólvora se extiende esa necesaria reinvención de una generación que tiene mucho que decir y que por primera vez en la historia llega a la madurez con un estado de salud envidiable, con una esperanza de vida que le permite suponer un umbral de vida activa de más de 20 años y  en un momento social en que será la fuerza de trabajo mayoritaria.


Madurescencia y Libertad

Una de las novedades más importantes subyacentes a la dinámica demográfica actual es que la madurez se ha transformado en un potencial espacio de libertad.
(...)



Por tanto, el nuevo perfil de la madurez es el de personas que ya han cumplido con las responsabilidades socialmente «inexcusables» respecto a los hijos y que ahora se encuentran en disposición de gestionar libremente unas elevadas expectativas de vida y el patrimonio y los recursos económicos que la vida familiar previa les obligó a adquirir y acumular. Aún les produce cierta perplejidad esa nueva situación, porque están acostumbrados a trabajar para los demás, desde niños para sus progenitores, después para su propia familia, así que es muy probable que sigan prestándose a facilitar la existencia tanto a sus hijos adultos como a sus ancianos padres. 
Gozan, para ello, de una salud sin precedentes en tales edades, y también en ello encarnan un nuevo perfil de madurez. 
La madurez de masas - Julio Pérez Díaz


Natasha Sazonova



¡Al fin libre!
Eso dicen muchos "madurescentes", recién despedidos de la multinacional que los vio nacer al mundo laboral, recién separados de una pareja a la que ya no podían llamar ni amante, ni colega, ni amigo, ni hermano, recién liberados de la carga de un hijo en paro y sin ocupación ninguna, recien enterrados los padres, recién recuperados de una enfermedad de mal nombre y peor tratamiento, acabada de pagar la hipoteca hace apenas unos meses, ... y ahora ¿qué?

Ahí estamos, recién nacidos a la libertad, con una pesada historia en la mochila, arrastrando prejuicios y temores, aunque nada nos impida empezar a volar.

Y desaprender se convierte en el primer ejercicio de la libertad recién conquistada y soltar lastre, fundamental para comenzar el nuevo camino. 

¡Qué miedo da! ¡Qué vértigo nos invade! Pero lentamente una pujante euforia se abre paso desde el mismo centro de nuestro estómago y empezamos a entrever nuevas formas de ganarnos la vida, nuevas maneras de convivir y relacionarnos, otra forma de vivir...





Y me pongo un límite, el 2021 para mi particular comuna, nueva convivencia, nuevo sistema de economía doméstica, nueva forma de coworking y cocreación, nueva forma de amar... en libertad.





Porque quiero que cada etapa de mi única vida sea intensa y armónica, en consonancia con los requerimientos de mi cuerpo y de mi espíritu y no caer en las sucias trampas del consumismo feroz que nos rodea.






"Debido a que en los últimos años,  se ha gastado más dinero en los implantes de mama y en Viagra que el que se ha gastado en la investigación de la enfermedad de Alzheimer, se cree que para el año 2030 habrá un gran número de personas deambulando por ahí con grandes pechos y grandes erecciones. .. que no pueden recordar qué hacer con ellos. "
Andy Rooney
Amanece de nuevo un domingo frío y gris. Estoy preocupada: muchos proyectos, muchas propuestas sobre la mesa, pero pocos encargos. Ha empezado duro este 2012...




Al colgar (qué magnífico es tener amigos!!!) vuelvo a mis lecturas dominicales y tropiezo con un artículo de Lynda Gratton que me viene al pelo, que vuelve a poner el foco sobre la responsabilidad de cada trabajador sobre su destino y que resumo:



La relación entre las empresas y sus empleados está experimentando un cambio fundamental: De la antigua relación padre-hijo se está llegando a una relación mucho más equilibrada de adulto a adulto.
Para saber si nuestra posición en la empresa es de adulto nos debemos hacer las siguientes preguntas:


. ¿Estoy dejando que el contexto me abrume?
Uno puede sentir que no hay opciones laborales si se centra en su propio contexto. Es necesario en este momento abrir nuestra mirada a un entorno mucho más amplio que el nuestro cotidiano para ver dónde están las nuevas oportunidades (BRIC) e ir a por ellas. Los adultos construyen su propio contexto.


. ¿Soy tecnológico?
Una tendencia que se observa es que no es simplemente la edad la que define a los trabajadores técnicamente hábiles. Muchos trabajadores acceden a herramientas tecnológicas de forma particular, mucho antes de que se las proporcione su empresa.


.¿Incremento y desarrollo mis competencias?
Estamos pasando del "Yo trabajo para comprar cosa y eso me hace feliz" a "Yo trabajo para aprender cosas que me conviertan en permanentemente empleable."


.¿Tengo el coraje de tomar decisiones difíciles?
Estamos ante nuevos escenarios de trabajo en los que incide de forma importante la longevidad y la demografía. Así que hay que tomar algunas decisiones:
Construir una carrera laboral que nos permita trabajar durante más tiempo.
Ahorrar una parte significativa de los ingresos pensando en la jubilación.
Intentar reducir el consumo y vivir más senciallamente.


.¿Estoy aprovechando al máximo las oportunidades de futuro?
Para vivir una vida más larga, sana y productiva.
Pasar más tiempo trabajando en casa de una manera cada vez más flexible.
Conectar con gente de todo el mundo a través de la tecnología colaborando en la construcción de una "inteligencia colectiva".
Utilizar la tecnología para desarrollar habilidades comunicativas más profundas y participar en trabajos más significativos.


¿Por qué no somos capaces de sacar todo el partido al enorme potencial que tiene internet para simplificar nuetro trabajo, la gestión de la información que necesitamos para realizarlo con eficacia, y para gestionar nuestras relaciones, nuestras comunicaciones laborales tanto internas como con nuestros clientes y en cambio no nos despegamos de internet y de nuestro teléfono móvil en nuestra vida personal y ya no podemos dar un paso sin él?


Costé que adoptáramos el correo electrónico y ahora, si tuviéramos que prescindir de él, muchos de nosotros seríamos incapaces de trabajar.


Cualquier nueva tecnología se vive como una forma casi sacrílega de alterar nuestro hábitos y creencias. Ya sucedió antes con la electricidad, el tren, el automóvil, el teléfono, el cine...


Pero una vez instalada en nuestras vidas es imposible prescindir de ella. Lo mismo sucederá con la Internet social: Una vez incorporada a nuestros hábitos laborales no sabremos vivir sin ella.


En un mundo que duplica toda la información existente en unos pocos meses, necesitamos urgentemente crear nuestra "dieta" informativa para no sucumbir "infoxicados".


Y en un momento en el que cualquier internauta puede producir contenidos, puede entrar en conversación con las organizaciones, en el momento de los "prosumidores", el problema no es precisamente borrar nuestra huella digital, sino ingeniárnosla para existir digitalmente, tanto nuestra marca, nuestra organización como nosotros mismos. Empieza a ser imprescindible gestionar nuestra identidad digital y posicionarnos, mostrarnos, ser visibles en internet para ser competitivos, empleables, influyentes.

Consejos a los responsables de #RRHH sobre el uso y disfrute de los Babyboomers madurescentes


Respeta mis horarios. Además de mis horas de trabajo tengo que cuidar de mis padres y de mis hijos, pero mi tiempo es muy elástico. Me encanta viajar y tengo además muchas aficiones.

Los babyboomers nos resistimos ante la autoridad. Pregúntanos, no nos des órdenes. No nos gusta que nos digan lo que tenemos que hacer. Lo sabemos, somos muy responsables.

Ofrécenos retos desafiantes. Nos crecemos ante las dificultades y los retos son parte de nuestro sistema de recompensa. Involúcranos en la toma de decisiones y el establecimiento de metas.

Estamos además en una edad en la que nos encanta proporcionar servicios a los demás. Buscamos reconocimiento, amistad, la oportunidad de ser creativos, de aprender nuevas habilidades.

Llevamos toda la vida trabajando, así que sabemos lo que funciona y lo que no en una organización.

No buscamos títulos, ni certificaciones, queremos una capacitación relevante y significativa, una formación que nos ayude a desarrollar todo nuestro potencial ya que aún nos queda mucha carrera profesional por delante.

Haz de nosotros tus mejores colaboradores, compañeros y tutores de tus empleados junior.
Somos buenos mentores. Se nos atribuye una voluntad del máximo esfuerzo, una orientación clara a resultados, alta capacidad de aprendizaje y baja necesidad de supervisión. Todos ellos valores que conforman un estilo de trabajo deseable para las nuevas generaciones.


En las relaciones de mentoring, el aprendiz se inicia en el conocimiento del negocio y el senior se revitaliza para poder ver nuevas oportunidades de negocio.

Los menores de 35 dominan las novedades tecnológicas y tienen capacidad para realizar varias tareas simultáneamente. Pero el conocimiento, la perspicacia, la experiencia, creatividad y visión de negocio de los mayores de 50, hacen que el cruce generacional sea magnífico para la vitalidad de las organizaciones.

Los babyboomers madurescentes somos mentores exitosos.

Estamos buscando nuevas maneras de trabajar y considerando nuevas responsabilidades y oportunidades.Dicen las investigaciones sobre trabajadores maduros que en la madurescencia aumenta la necesidad de ayudar a otros y por lo tanto somos buenos en el trabajo colaborativo y en equipo.

El mentoring es una gran oportunidad para utilizar a los babyboomers madurescentes en los procesos de reclutamiento, retención y aumento de los conocimientos de los empleados con talento.

A través del mentoring podemos proporcionar nuevas perspectivas sobre el plan de carrera a nuestros empleados y hacer que empiecen a considerar movimientos de carrera laterales y a conocer el valor de la experiencia en el trabajo.

Podemos desarrollar en los empleados habilidades que requieran madurez, confianza y experiencia.

Reducir el conflicto generacional

Permitir la transferencia de conocimiento y sacar el máximo provecho de todos los miembros de la organización.




Soy consciente de mi permanente estado Beta y no es sólo que me hayan cambiado las preguntas, como diría Benedetti, sino que escenarios y personas pasan por mi vida a una velocidad de vértigo.

Dedido pues poner en marcha un plan de inversión personal que me permita recolocarme en este mundo cambiante del que quiero ser parte activa, actriz y no espectadora, como en otros momentos de mi historia.

Comienzo por aflojar, soltar, relajar, provocar un estado de nirvana idóneo para dejarme inundar sin resistencia por todo lo que viene arrollando como un tsunami imparable y que algunas mentes pequeñas esconden detrás de nombres pomposos como "prima de riesgo" o "rescate" para amagar la revolución que viene...

No importa el lugar, Barcelona o Bogotá, mi casa o el bar de moda, me libero de oficina:  mi centro de trabajo, como los caracoles, va conmigo en forma de smartphone, tablet o el artilugio que pasado mañana se invente.

Aprendo enseñando. Absorvo todo lo que comparten los asistentes a mis sesiones, sus vivencias, sus comentarios, sus lecturas, sus temores y su arrojo valiente. Desaprendo en cada sesión todo lo que ya no sirve y huele a rancio: viejos hábitos, certezas superadas, prejuicios que me encorsetan.

Voy ligera de equipaje. Ni propiedades, ni ataduras. Viajo siempre y hago míos los lugares en los que recalo. Mi nación es mi comunidad esté en una ciudad o en internet.

Diseño mi dieta de información y programo lo que quiero comunicar y compartir en las redes sociales.


Practico sin descanso para mejorar mi destreza en las nuevas habilidades que voy adquiriendo y que tienen todas que ver con ampliar mi red de contactos y trabajar conectada y en red. No importa el canal. Hablo en público y por teléfono, escribo correos electrónicos , sms, posteo, twitteo, asisto a eventos y hago networking..., por nada del mundo me pierdo esta fiesta de la comunicación que nos ha convertido a todos en protagonistas de una historia, la nuestra.

Sigo a los mejores y dejo que me abran camino y me sugieran...

Vivo en el tiempo de la abundancia, del excedente cognitivo: knowmad, cojo a manos llenas lo que me ofrece el día y cuando me miro en el espejo, su reflejo me devuelve a la niña que fui, que soy,madurescente en ebullición...


Los días que vivimos nos empujan a la desconfianza. Todos tenemos la mosca detrás de la oreja rodeados de mentirosos y tramposos que para más INRI gobiernan nuestras vidas y deciden sobre lo que nos conviene y de otros pícaros más pequeñitos, que viven cerca nuestro,  sobreviviendo de pequeñas triquiñuelas, y que nos devuelven a la España de pandereta y miseria de la que salimos por pocas décadas. 


Políticos recolocados, vendedores de humo, gurus de la fórmula de la felicidad y el bienestar, vividores de pasadas glorias tal vez inexistentes, cuentistas y trapisondistas, surgen como setas por doquier y enrarecen aún más si cabe el ambiente de pesimismo y tristeza que nos rodea.


Y a situaciones de lacerante desempleo le llamamos "emprendeduría", a los contratos basura en los que se nos  discrimina por edad: "interim manager", a los contratos por obra o servicio de toda la vida... "gestión por proyecto", ... como siempre creando nuevos eufemismos para disfrazar nuestras vergüenzas.


Me siento algo alejada de jóvenes reivindicaciones en forma de acampadas, pero asisto emocionada a la revolución madurescente... 


A mi alrededor, cada día más compañeros de generación, "inventan" vidas alternativas, actitudes éticas, reformas y revisiones de hábitos y creencias, luchas sordas y escondidas "antisistema" que tienen que ver con otra forma de trabajar y relacionarse, otra forma de consumir y gozar de uno de los momentos de más abundancia y bienestar de la historia de la humanidad, le pese a quien le pese y enfrentando esta "recesión" que se empeña en que volvamos a la obediencia ciega, a vivir atemorizados en catacumbas sociales y culturales...


El mundo será mejor si los que entramos en una #madurescencia que todo se lo cuestiona, en la que los modelos del pasado ya no nos sirven para ser felices, los "maduros" en reconstrucción que somos legión, levantamos la mirada, miramos más allá de las pequeñeces que nos rodean y nos ponemos a trabajar.

La brecha postdigital en la era postPC: tener o no tener Identidad Digital


La tecnología es necesaria, pero no es suficiente... En la era postPC no basta con estar en Facebook, tenir perfil en Linkedin y seguir a unos cuantos amigos en Twitter (y eso, que aunque parezca mentira, usuarios que utilicen las tres redes no son muchos), ahora es necesario desarrollar una nueva competencia, nuevas habilidades que nos permitan crear, controlar y gestionar nuestra presencia en Internet.


Porque si Facebook ha llegado a los 850 millones de usuarios, 500 millones en Twitter y 150 millones en Linkedin el problema no es la privacidad, el problema real es la visibilidad. ¿Cómo asomar la cabeza de entre esos millones de "competidores", "colegas", "amigos"? ¿Cómo mantener la empleabilidad y desarrollar una buena reputación?

y ¿por qué es necesario construir y gestionar una marca personal, una Identidad Digital?


Disminuyen aceleradamente los "empleados", aumentan las vacantes en puestos de trabajo altamente cualificados, estamos en lo que llamaThe Economist "The great mismatch":

En el nuevo mundo del trabajo, el desempleo es alto pero la gente con talento y destrezas son escasos. 

Matthew Bishop




Hablemos del trabajo por cuenta ajena. En un entorno en recesión, la empresa responde centrándose en la productividad y la reducción de costes. Esto supone importantes inversiones en aplicaciones diseñadas para estandarizar y automatizar los procesos de negocio, supone también la deslocalización de la actividad para reducir el coste/salario y que los empleados sean vistos como un coste.


Y cada vez se vuelve más difícil reducir "costes" y aumentar rendimiento.


Una posible respuesta por parte de la empresa sería desviar la atención de los "costes" al "valor". Convertir de manera cierta al empleado en activos capaz de ofrecer valor al mercado. Poner al empleado en el centro de la empresa.


Y eso es lo que está sucediendo en  muchas organizaciones, pero en muchas otras ha supuesto una continua sangría  en las plantillas y la implantación del imperio del miedo y la amenaza entre los supervivientes...


Pero es importante tener en cuenta el impacto de la Internet Social en la empresa. Si el consumidor se ha transformado en "prosumidor" hay que pensar que "empleado" y "consumidor" son la misma persona.


 Y de la misma manera que el marketing vio muy pronto que se necesita algo más que un mensaje inteligente para conseguir que alguien haga algo en el nombre de una marca, que el marketing digital consistía en establecer relaciones más que transacciones, las organizaciones deberán "empoderar" a sus empleados, entrar en conversación con ellos si quieren sobrevivir a la recesión.


Un ejemplo de esa necesidad es el constatar según encuesta de Forrester Research, estos consumidores/empleados están utilizando sus tecnologías preferidas en su trabajo sin el conocimiento ni el consentimiento de la empresa. Más del 50% de los empleados, sigue esta encuesta, utiliza teléfonos inteligentes de su propiedad y el 37% los utiliza para acceder a tecnologías "do-it-yourself" (Linkedin, Facebook, YouTube, Dropbox...) sin la autorización de la empresa.


Muchas empresas han reaccionado indicando qué se puede y qué no se puede utilizar en la organización, intentando poner puertas al campo, en lugar de pensar en estas herramientas como el canal de comunicación más directo de la empresa con el cliente o usuario.


Y no sólo las herramientas que los "empleados-consumidores" traen al trabajo, las tecnologías emergentes, la nube, los móviles, las redes sociales y las métricas, ayudan a facilitar el contacto y la participación permanente con los consumidores conectados.

Volviendo a la presión sobre la productividad y la reducción de costes, parece que se está produciendo una transformación en el mercado laboral que tiende a la externalización de servicios y a la contratación puntual de profesionales para proyectos concretos y no precisamente al empoderamiento de los profesionales fijos en plantilla. 

De nuevo en The Economist podemos observar el progresivo crecimiento del autoempleo en el panorama global de la "fuerza de trabajo".



Así que de empleados a autónomos, cada vez será más importante  desarrollar esas competencias que nos permitan construir nuestra marca personal que permita a nuestros clientes y contratadores localizarnos con facilidad y tener referencia de nuestras especialidades y habilidades.
El dominio de las tecnologías emergentes: la nube, los móviles, las redes sociales y las métricas, será definitorio de nuestra empleabilidad y la manera de construir y hacer visible una reputación profesional que nos haga competitivos.


Tenemos que conseguir ser "visibles", fáciles de localizar en Internet y eso pasa fundamentalmente por "producir" en, por y para Internet.

Ni un minuto más dedicado a las lamentaciones, ni un gramo de energía desperdiciado en autocompadecerse, ningún esfuerzo en buscar culpables y enemigos... Es el momento de construir, es el momento de inventar, es el momento de comenzar a caminar por senderos aún no trazados. 


Queremos herramientas que nos hagan más eficientes, no recetas mágicas para querernos más, recursos gratuitos para expresar todo lo que queremos ofrecer, todo lo que sabemos y queremos compartir, no "monjes con Ferraris", ni "ratones que han perdido su queso".


Queremos espacios para estudiar, reflexionar, dialogar... seguir creciendo con la ayuda de los otros...y cada vez nos gustan menos las órdenes, las amenazas, las profecías autocumplidas.


Queremos divertirnos construyendo nuestro nuevo escenario laboral, no queremos nunca más hacerle la pelota a nadie para poder vivir en paz.


Tenemos grandes ideas y algún que otro prototipo, proyecto, idea... en la recámara y sólo estamos esperando que los que tienen en su mano la decisión, los que ahora tienen el poder, dejen de tener miedo y confíen de nuevo en nosotros, sus socios, colaboradores, proveedores, empleados.

Queremos trabajar!!!


Mundo CO y #madurescencia: buscando emerger


Siete de cada diez españoles viven en una ciudad y de esos siete el 60% lo hace en un piso, en una "casa de vecinos".

No existen relaciones interpersonales entre los colectivos vecinales. Los barrios de nuestras ciudades son desiertos asociativos. 

Las viejas redes de comunicación entre vecinos se han roto: Ya no compartimos panadería, colmado y carnicería, ir al mercado en una gran ciudad ya no es un acto cotidiano sino ocasional, para contadas ocasiones. 

Han desaparecidos porteros y porteras que vivían en la finca para sustituirse mayoritariamente por porteros automáticos y en las casas de los ricos por conserjes a horas que están más cerca del vigilante de seguridad que del portero tradicional.

Recuerdo la escalera de casa de mis padres cuando yo era pequeña:

El edificio fue construido a finales de la década de los cincuenta y estaba en la parte alta de Barcelona, casi tocando la falda de Collcerola. Más allá de mi casa, cuatro chalets de veraneo y el monte salvaje y un caminito sin asfaltar que llevaba hasta el pie del funicular del Tibidabo y que recorrí mil veces en bicicleta.

En la planta baja, vivía la familia de los porteros: un matrimonio con dos hijas que compartían el minúsculo pisito con los abuelos, los padres del portero. Seis personas que repartían el correo, paraban el camión del butano, recogían las basuras y guardaban los paquetes que llegaban, pero que por encima de todo, gestionaban la información necesaria para la buena convivencia en el edificio.

A primeros de la década de los sesenta, el bloque (ya nadie lo llama así) fue llenándose de parejas muy jóvenes con niños muy pequeños. Pisos de "la Caixa", alquiler con opción compra, perfectos para parejas que empiezan... familias que llevaban puntual cuenta de favores y agravios entre los miembros de la microcomunidad:

Que si... cuídame los niños que voy a la peluquería, que si... toma este kilo de melocotones que mis primos me han traído diez kilos del pueblo, que si.. vendrá el del calentador, te dejo las llaves para que le abras...
Y su contrapartida:
que si... tus hijos estuvieron dando carreras por el piso y no veas qué ruido, no he podido dormir la siesta, que si... menudas horas para usar el taladro eléctrico, que si... cuelgas la ropa chorreando y mojas toda la mía...
Una comunidad regentada por mujeres pero a la que los hombres no eran ajenos a través de las reuniones de la comunidad de vecinos que solían acabar en resopones con whisky DIC y tacos de queso, "atutiplen".


Los años del boom económico español, esa década prodigiosa que acabó hace cuatro años, en la que todos éramos ricos o lo parecíamos, propició un individualismo atroz y el desentendimiento total de la problemática común de esas microasociaciones vecinales, por no hablar de las increíbles Asociaciones de Vecinos de los años 70 y 80.

Para entablar relación, la gente de las grandes ciudades prefiere asistir a cursos, talleres, incluso fiestas de desconocidos, que intentarlo con quienes ve a diario en la escalera de su casa. La comunicación entre vecinos es casi inexistente y se reduce a la cordialidad de unos "buenos días" si se comparte el ascensor o el rellano. Es más fácil entablar amistad a través de Twitter con alguien en Bogotá, que subir a tomar un café al piso de arriba.

En 1991, el sociólogo Abraham Moles decía: "La ciudad cableada es un sistema de anonimato. Los individuos no necesitan más universo para explorar que una fuente concentrada de riquezas. Es una sociedad de la negociación y de la indiferencia, porque el vecino, de entrada, es un objeto del entorno y, por consiguiente, un extraño a mis valores..."

Diez años después el panorama social y económico ha cambiado radicalmente y  se tercia retomar las relaciones vecinales para ahorrar y para mantener el nivel de vida que teníamos hace apenas unos años.

Esta vez se trata de COMPARTIR en el más amplio sentido de la palabra:

Compartir los vehículos: Yo calculo que en el parking de mi edificio debe haber unos 60 vehículos, más de la mitad no se mueven más que en fin de semana y no todos, la mayoría se utilizan sólo ocasionalmente. No sería tan difícil establecer agendas de utilización y reducir el parque móvil a una cuarta parte.

Compartir conexiones a Internet. De la misma manera que tenemos antena colectiva para la TDT, podríamos compartir servidor y ADSL o fibra óptica.

Compartir compra- Las compras mensuales fijas de cada familia: leche, huevos, latas, botellas... a través de mayorista.

Compartir espacios: Transformar el espacio de vestíbulo, de entrada, u otros espacios desaprovechados, en espacios comunitarios: una suscripción a la prensa para toda la escalera, un punto de conexión a internet, un espacio de TV para ver el fútbol sin necesidad de gastar en el bar... (Hay que tener en cuenta que hemos ganado al menos una planta de 200m2 en el garaje)

Compartir servicios: Canguros, asistencia a dependientes, limpieza...

Llevando al extremo la idea: compartir vivienda... ¡Cuántas personas que en esta ciudad viven solas en casas de más de 100m2 estarían encantadas de abandonar su soledad y encima compartir gastos!!!

Por necesidad y porque somos seres sociales, volveremos a las microcomunidades, a las tribus urbanas, que esta vez no son como las del final del siglo XX. Las tribus urbanas del siglo XXI son asociaciones cooperativas.
Esta es la "comuna" del siglo XXI y una de las propuestas de La Revolución Madurescente.



Desde que soy autónoma el concepto "vacaciones" se ha difuminado hasta convertirse en algo que les sucede a los que tienen una nómina. 

Yo ahora viajo, descanso, busco paisajes y personas nuevas, pero no hago vacaciones.

Cambiar de mar, de aire y de tierra enriquece y permite desechar células y neuronas muertas y construir nuevas sinapsis.

Huyendo del calor de este verano abrasador, he viajado con mi amiga Marta hasta la Marina de Cuyedo, frente a Santander con la playa de Somo frente al hotel y todo el Cantábrico ante mis ojos. 

Barco en lugar de autobús, paseos por la playa en lugar de tostarse tumbado al sol, y acoplarse al ritmo de las mareas, ...en el Norte se vive el mar y la playa de una manera totalmente diferente al Mediterráneo.

Y en un día de calma nos hemos llegado con la bajamar hasta una playa inmensa, una enorme lengua de arena, con la orilla plateada y el mar quieto como un plato y acerado. Se presta a la conversación reposada, a la reflexión pausada.

Eso es lo que hace la gente en la playa, conversar con los pies en el agua y la mirada puesta en el horizonte que aquí parece que está lejos, muy lejos...

El mar Cantábrico es un lugar de trabajo y observamos el trasiego de mercantes y pesqueros entrando y saliendo de la bahía.


Y hemos charlado Marta y yo de todas las expectativas, las ilusiones, las esperanzas puestas en el próximo otoño, después de este tiempo "crisálida" que supone el mes de agosto, madurescentes a punto de vuelo de renovación. 

Y es que cansa estar a la espera de que cambien las tornas, de que se invierta la tendencia y llega un punto en que no puedes retenerte más y necesitas tomar las riendas de tu vida aunque todos los indicadores sociales y económicos indiquen "recesión". 

Ni Marta ni yo estamos "recesivas", si es que la palabra existe, sino "expansivas". Y no importa darle la vuelta al calcetín y reinventar oficio y competencias, porque lo que queremos es seguir avanzando, creciendo, descubriendo nuevos horizontes, nuevas habilidades que teníamos escondidas porque la vida no siempre te lleva por el camino de lo que te es más placentero, más fácil.

Se acabó el tiempo de pensar y repensar "qué quiero ser de mayor" mientras ocupo mis días en trabajos que me son ajenos y que acabo dominando por mera repetición. Ahora toca crear, toca expresar, toca dar aquello que hacemos tan bien, aquello que traduce lo más auténtico de nuestro ser. 

Y, paseando por la playa, hablábamos de lo largo que se nos ha hecho este tiempo en "crisálida", con los sofocos y tristezas de la menopausia envolviendo nuestro presente, con la angustia que provoca el precipicio desconocido que ha abierto el cambio de ciclo, el cambio de era, con la tortura constante de los mensajes institucionales que nos han llenado de pánico al futuro, para hacernos obedientes, dóciles, manejables.

Y hasta aquí hemos llegado... rompemos la crisálida y con el fresco aire marítimo del Cantábrico comenzamos nuestro "año uno" de La Revolución Madurescente.







MADURESCENTES EN EBULLICIÓN

Frases, charlas, paseos, sobremesas... con madurescentes en plena transformación. Algunas las grabé, otras las recuerdo, alguna la soñé...
Os agradezco, amigos, la generosidad y la valentía al enfrentaos con alegría a esta revolución de la comunicación y el conocimiento que estamos viviendo y os pido disculpas si en la transcripción de vuestras palabras he cometido algún error.






Nina Martí: De Gheisa a Amazona
Tutorial de sopa de cebolla en Youtube



Nina es amiga mía desde la infancia. Durante muchos años veraneamos en el mismo pueblo, Cardedeu, en la falda del Montseny.

Como me ha sucedido con otras amigas de infancia, hemos pasado más de treinta años sin vernos y de repente, Facebook la trajo de nuevo a mi presente, primero con la consabida y típica cena de reencuentro de las amigas del veraneo o del colegio y luego, lentamente retomando, donde la dejamos, nuestra amistad hecha de complicidad y cariño y de aquello que en la infancia une para siempre: los juegos.

En el momento del reencuentro su vida acababa de dar un vuelco total. Recién divorciada, iniciaba el tortuoso camino que pasa primero por la sanación personal, y más adelante por la reinvención de la nueva Nina.

La entrevista que sigue se desarrolló en mi casa, una sofocante tarde de sábado del mes de agosto, en la única tarde libre de su actual apretada semana. Pero es también la síntesis de muchísimas horas compartidas durante estos tres últimos años.

Laura - Hablemos de “madurescencia”, Nina, de ese momento de la vida madura no precisamente de paz y tranquilidad, sino todo lo contrario, el momento de la revolución interior, el cambio...  Tú y yo nos hemos reencontrado en esa época de transformación y además a través de Facebook...

Nina - Es curioso. A lo largo de los años vas perdiendo el contacto con algunas personas. Durante mi vida de casada, hasta hace cuatro días, las relaciones eran compartidas, sacrificas ciertas relaciones tuyas particulares en aras de las compartidas con tu pareja. Hay personas que van quedando por el camino. También he dejado de ver a gente a raíz de una separación de parejas amigas que casi te obligan a tomar partido y acabas perdiéndoles la pista.
Y llega la “madurescencia” y, tú eres un caso evidente, recuperas a algunas personas que desaparecieron de tu vida. Tal como marca la moda de Facebook, yo quise recuperar a los amigos del colegio, quise recuperar la juventud perdida, por eso creo que es un síntoma de que has entrado en la crisis de la “madurescencia”. Por supuesto, no la he recuperado, he incluido dos o tres teléfonos en mi agenda a los que no llamo, pero nada más, porque si nos hemos pasado casi 40 años sin vernos con los compañeros del colegio, debe ser por algo, ¿no?. Al principio cuando entras en Facebook, los encuentras, quedas... es bonito.

L - La memoria es curiosa. Por ejemplo, cada uno de los compañeros de colegio guarda un recuerdo diferente de la misma historia y a menudo, ni siquiera compartimos para recordar las mismas historias. No coinciden las vivencias, porque cada uno de nosotros las ha reelaborado cincuenta veces.

N - Fíjate que me he reencontrado con compañeros de clase que me recordaban mucho más a mí que yo a ellos. Y eso demuestra que, por mi parte, en aquellas época, yo no prestaba demasiada atención.

L - Tú eras muy vistosa de joven.

N - Sí, yo a los 16 años era muy mona y ahora... ¡Dios Mío! ¡qué triste la evolución física!
Aunque no se trata sólo de un tema físico. Yo ahora noto alegría, ilusión por parte de los demás, al verme de nuevo, así que supongo que guardan buen recuerdo de mí, en cambio mi recuerdo de mí misma en aquellas épocas no es muy bueno, no me valoro demasiado en mi juventud.

L - Otra cosa típica de la crisis madurescente viene provocada porque no es cierto que la evolución física se produzca lentamente, se produce de golpe. Un día te miras al espejo y te dices: ... ésta, ¿quién es? ¿Recuerdas la primera vez que te miraste al espejo y no te reconociste?

N -  No creo que haya un antes y un después, primero vas madurando físicamente y luego envejeces pero es que además me reconozco sin ninguna duda, otra cosa es que me encante lo que veo. En mi caso, lo que no me gusta son los kilos de más. No me afectan las arrugas, ni las canas, en mi caso es que me veo como una bola. En mi pensamiento la evolución física que tu citas arriba si que se produce lentamente, yo no he sentido nunca que haya una parte joven y, de repente, soy mayor. No, soy la misma Nina que se va haciendo mayor. Es una progresión. Tengo arrugas, tengo canas, tengo michelines, pero soy yo.
Ya no tengo lo mismo que tenía en mi cabeza cuando era pequeña. Estoy saliendo de un proceso de cambio muy profundo e intenso que tiene que ver con mi separación después de haber celebrado las bodas de plata de mi matrimonio. Esto es realmente revolucionario. 

No recuerdo con excesiva bondad a la persona que fui, prefiero a la persona que soy ahora.  No me gustaba mi carácter, ni mi falta de reflexión, el dejarme guiar por impulsos. Era muy buena en el trabajo, muy seria, muy responsable, pero como persona soy mejor ahora.

Como madre  hice lo que pude, hasta en eso se nota la madurez. Mis hijos se llevan seis años y si el primero supuso para mí un continuo ataque de nervios, disfruté mucho la crianza de mi hija, porque estaba más serena.

L - ¿Tu separación coincidió con la menopausia?

N - Sí, pero creo que no afectó para nada. La menopausia tal vez me ha vuelto un poco más llorona, un poco más emotiva.

L - Es curioso, en mi caso sucede al revés, creo que me he secado, yo era muy llorona de joven y ahora sólo lloro con las películas sentimentales de la tele, vaya, emociones superficiales...

N - Yo era una llorona superficial, pero ahora me emociono mucho. Creo que tengo algo más de dulzura. No sé si me engaño a mí misma.

L - Otro momento importante al analizar cuando comienza la crisis de la “madurescencia” suele tener que ver con la muerte de tus padres. Suele coincidir o la provoca, porque tus padres fallecen alrededor de tus 50 años.

N - Yo no tuve mucha sensación de orfandad porque mi madre pasó 5 años después de un ictus que la dejó hecha una pena y era una persona joven, tenía 60 años.

L - Fíjate que decimos que una persona es joven a los 60 años, cómo ha cambiado la visión de “anciano”, “tercera edad”, “viejo”...

N - Sí, y más ahora que yo trabajo con ancianos de verdad, de más de 80 años. Mi madre no se hizo mayor, ahora me doy cuenta de que no era una “vieja”, no lo era. Al haber sufrido el ictus y haber quedado tan limitada, cuando murió sentimos una liberación, porque esa enfermedad sí que me destrozó a mí psicológicamente. 

Y luego, mi padre, que falleció tres meses después. La muerte de mi padre sí que me disgustó mucho, porque en mi familia pensamos: Vamos a disfrutarlo ahora que ha muerto mamá y no tiene que ocuparse de ella. No pudimos disfrutarlo.

Pero en el fondo, tal como estamos ahora, “con la que está cayendo” tal como dicen, pienso que una suerte que no estén...

L - Ahora nuestros padres lo pasarían muy mal. Lo digo a menudo: Menos mal que mi padre no tiene que ver esto, o que mi madre no tiene que pasar por esto otro. En el fondo nuestros padres vivieron una época de permanente ascenso, de ir a más y yo creo que hubieran vivido fatal una recesión en su vejez. Nosotras ya los llevamos mal..., ¡imagínate ellos!

N - Tuvieron una jubilación holgada, sin ninguna carencia. Ahora sufriríamos por ellos. Si mi padre estuviera vivo tendría la edad de una de las mujeres que cuido: 90 años y, claro, no sé en qué condiciones hubiera llegado, ni físicas, ni económicas.

Mi madre se fue antes de lo que le tocaba. Las madres de mis amigas están cumpliendo ahora 80 años y hoy en día están todas enteras, están bien de salud más o menos. A mí todavía pensar en eso me da rabia. A mi madre le tocaría estar aquí y estar bien.

L - El ver a las madres de tus amigas tan estupendas a los 80, ¿no te hace sospechar que a nosotras nos quedan muchos años por delante de vida activa?

N - Pues sí, por lo menos nos quedan, si hay suerte, 30 años más. Eso nos diferencia en cuanto a nuestra planificación vital de nuestras madres una barbaridad.

L - Cuando mi madre tenía mi edad, ya hablaba de jubilación.

N - Y te digo más, mi abuela, la “yaya”, que tú conociste bien, enviudó a los 50 años, o sea, más joven de lo que soy yo ahora y no tuvo la más mínima duda: se fue a vivir a casa de su hija, mi madre, se vistió de negro y se quedó allí a cuidar a sus nietos. Realmente han cambiado las cosas, pero no sé cómo, en qué condiciones llegaremos tú y yo a los 80, si llegamos. Será diferente que mi abuela, seguro.

L - Lo que está claro es que, directa o indirectamente, tú y yo vamos a vivir de eso. Somos una generación numerosísima, con buena salud, en general, gracias a la alimentación que hemos tenido y a los avances de la medicina y, es que es una incógnita en este momento, cómo será la vida de un octogenario saludable, hasta ahora nos moríamos antes, ahora tenemos la primera generación masiva de octogenarios con buena salud, habrá que ver cuáles serán nuestras necesidades y requerimientos y nuestra capacidad adquisitiva.

N - Tendremos que aportar riqueza y es nuestra obligación transmitir nuestra experiencia.

L - ¿Los jóvenes dejarán de estar de moda? La segunda mitad del siglo XX fue de los jóvenes. Pero en el siglo XXI, serán valorados por escasos, porque este siglo es el siglo de los mayores, seremos, somos, cada vez más.

N - Me gusta la idea de volver a valorar la voz de la experiencia, del jefe de la tribu. Claro que en épocas pasadas también tenía que ver con la escasez, pocos llegaban a la vejez, no sé que pueda pasar cuando seamos mayoría.
Porque las octogenarias de ahora, las de la generación de nuestras madres, tienen poca vida activa, poca vida social productiva, pero a nosotras nos va a tocar trabajar hasta la vejez.

L -  Ya empieza a haber mujeres y hombres muy mayores y muy activos, ¡mira los yayoflautas!

N - La persona a la que cuido me decía el otro día: Ésta es una señora mayor, tiene más de 50 años, y yo le contesté: ¡Toma, como yo! y ella me respondió: No, i¡usted es diferente, porque usted “hace cosas”. Esto dicho por una mujer de 90 años es significativo de que algo está cambiando. Mira cómo lo nota, lo intuye: Usted es diferente.

L - Algo está cambiando. En mi colegio, yo fui a un colegio de monjas al que sólo íbamos niñas, debimos ir a la Universidad una cuarta parte de mi clase. Esto ha cambiado radicalmente en una generación. La Universidad es mayoritariamente femenina. Todo lo que tiene que ver con la incorporación de la mujer a la sociedad activa, ha sufrido un vuelco en poquísimos años.

N - Está claro. Y no hay vuelta atrás. Y es una de las cosas que está afectando socialmente, está cambiando las costumbres.

L - El paro en EEUU está afectando más a los hombres que a las mujeres. LAs mujeres no hacemos ascos a trabajos a tiempo parcial o que tienen poco o nada que ver con nuestra especialidad profesional, no nos engañemos.

Pasando a otro tema, Nina, ¿piensas en la muerte?

N - ¿En la mía? No demasiado. Por una parte no quiero pensar, no me toca, por estadística. Lo que si pienso es que no me gustaría pasar una larga enfermedad. Pienso más en el dolor que en la muerte. Tienes más conciencia de que el cuerpo es mortal, eso sí: la piel no es la misma de hace veinte años, ni la vista, el oído..., no sigo.

L  - ¿Existe un momento bisagra en tu vida, un punto de inflexión?

N - Estoy en mi momento bisagra. Por dos motivos: mi divorcio y la crisis económica. Se han dado a la vez y han precipitado el cambio, la revolución personal.

L - En tu caso, Nina, me interesa mucho saber cómo decidiste cambiar de mundo, de “oficio”. Durante muchos años te has movido alrededor de un despacho, como secretaria o como administrativa, ¿por qué decidiste es te cambio a lo asistencial?

N - No lo sé. Los acontecimientos me fueron llevarlo hacia allí casi sin notarlo. Desde que me separé, le daba vueltas a estudiar sobre el Alzheimer, el envejecimiento, las personas mayores. Siento la necesidad de ayudar, de cuidar, de humanizarme. No hay un acontecimiento, una luz, una revelación, pero hay “algo” que me va conduciendo hacia allí. 

En un margen de tres años ha intentado repetidamente hasta conseguirlo, formarme en estos temas. En el primer intento, no quedaban plazas, o no me admitieron. Aplacé la decisión, pero volví a la carga en cuanto tuve la oportunidad.

Bienvenida sea la formación siempre, aunque no te consiga trabajo inmediatamente, no hay que dejar nunca de formarse porque es la llave de la ocupación.

Seguramente seguí mi intuición... supe que tenía que ir hacia allí, estudiar eso.

Me cuesta muchísimo menos que antes estudiar. Es más intenso, lo disfrutas mucho más, le tienes que dedicar muchas más horas, pero todo tu ser se abre al nuevo conocimiento, cosa que los quince años es materialmente imposible.

Además crece tu aprecio por ti misma, por ser capaz de ese esfuerzo, es enriquecedor, es positivo, es fundamental no dejar de estudiar.

L - Y si hablamos de aprendizaje, Internet lo ha revolucionado todo. El acceso a la información no tiene nada que ver con el que teníamos a los 18 años.

N - Mira que tontería: Quería hacer una sopa de cebolla y mi primer pensamiento fue buscar un tutorial en YouTube. Paso a paso... la sopa de cebolla... una maravilla.

L - ¡Cuál es tu relación con las redes sociales, han cambiado tu vida?

N - La vida no creo que me la hayan cambiado, pero me la enriquece, me aportan conocimiento e intensidad de relaciones.

Ayer, paseando por Barcelona comuniqué a “no se sabe quién”, qué estaba haciendo y dónde, tres o cuatro veces a través de Foursquare. La verdad es que cuando lo hago pienso en personas concretas pero en realidad lo compartes con el mundo: “Que sepan que estoy en la plaça del Diamant en las fiestas de Gracia.” ¡Me encanta!

Me reafirma, me da protagonismo, en el fondo te lo dices a ti misma, que no estás aburrida en casa, estás disfrutando de tu ciudad.

Me confunde y me extraña que algunos seamos tan partidarios de compartir en las redes sociales y en otros provoque un rechazo tan radical. Es un miedo irracional a lo desconocido de muchos miembros de nuestra generación y de generaciones más jóvenes, no es una cuestión de edad.

Hay que respetar a todo el mundo, pero no saben lo que se pierden. Además esta gente que despotrica de Internet es a la que le encanta mirar y cotillear en Facebook.

L - Esto que ahora es un juego en el que con más o menos intensidad estamos entrando todos, será en breve una forma imprescindible de relacionarse. Necesitaremos para nuestro desarrollo profesional y personal ese espacio en el que no hay ni distancias ni tiempos.

N - Yo ya soy una “colona” digital. Me encanta. Y cada día más forma parte de mi vida cotidiana.

L - Hay maneras muy diferentes de utilizar las redes sociales entre generaciones. Parece que la nuestra la utiliza de una forma más reflexiva: una frase célebre, un artículo del periódico, un post de un blog interesante. Parece que los jóvenes “hablan” más, se relacionan más.

L - ¿cómo te ves a ti misma dentro de cinco años, hacia los 60?

N - ¡Uf, es que son “los 60”! En todo caso es cómo me gustaría verme. Me gustaría a los 60 tener consolidada y estable mi posición profesional (¡qué curioso empezar pasados los 50) Ahora estoy en crisis. Me veo dedicándome a lo que ahora me dedico, a la asistencia a personas mayores, de forma más reposada, más profesional, menos de “aprendiz” y con más tiempo para mí.

Me veo más organizando el trabajo de otros que cuidando directamente a personas mayores. Creo que la profesión que he elegido tiene mucho futuro.Lo que ocurre es que ahora estoy probándome a mí misma, todavía estoy aprendiendo. No podremos dejar de aprender, es el signo de los tiempos. Me doy un plazo de un año para dar el salto a la gestión, pero primero tengo que despejar todas mis incertidumbres, sobre todo las económicas, necesito algo de capital para dar ese salto.

No me importa emigrar si es necesario. En eso sí que he cambiado, antes no me hubiera movido de mi comarca y ahora... En eso influye mucho que ahora somos “songles”, no tenemos ataduras.

L - ¿Te ves de nuevo con pareja dentro de cinco años?

N - Ni en broma. Tajante. Ni en broma. He estado en pareja muchos años, más años que sin, ahora toca otra cosa. En mi caso, no sé por qué, es lo que el cuerpo me pide. Ni en broma en pareja.

Y si pienso en la relación con mis hijos, ya son lo suficientemente mayores como para que no dependa de mí, sino de ellos. Depende de ellos dónde decidan residir, o de las parejas que tengan. Lo que está claro es que en un futuro la relación con mis hijos no será como la que yo tuve con mis padres. Espero que sea una buena relación y sobre todo que no me necesiten.

Mi lema, mi objetivo es hoy por hoy: “No quiero ser una amargada” Superar la madurescencia es dejar de mirar atrás y construir, construir. Nos quedan muchos años por vivir y no pueden ser malos. Abierta a todo, sobre todo. 

Barcelona, 18 de agosto de 2012







 Marta Penina: Con estos mimbres... se hacen estos cestos. Llevar a LA la artesanía medieval del viejo mundo.

Me llama mi amiga Marta y como en los viejos tiempos de nuestra primera juventud, nos tiramos una hora al teléfono. Me siento algo anticuada charlando desde mi teléfono fijo que casi nunca uso y sobre todo porque ya no está mi padre para reñirme.

Ya no recordamos los tiempos de un solo canal de TV, una única línea de teléfono y de que el butano se acababa siempre cuando estabas enjabonada en la ducha.

Marta es de mi quinta, ha tenido que reinventarse varias veces a lo largo de su vida laboral. Tuvo negocio propio, empresa propia y la globalización la obligó a cerrar. Ha sido "empleada" en varias empresas como interiorista especializada en diseño de cocinas y la experiencia acumulada ha sido su mejor seguro laboral... hasta hace tres meses. 

Su empresa le propuso que se hiciera autónoma y que pasara a facturar por proyecto, por venta realizada... Llevo meses escribiendo sobre esta tendencia, pero cada vez que le sucede esto a un amigo o a un conocido mío se me encoge el estómago y lo vivo como una amenaza a toda mi generación, no puedo evitarlo.

Marta ha dicho que no, que prefiere volver a reinventarse completamente que cambiar la relación con la empresa para la que ha estado trabajando estos últimos años. Puestos a cambiar... prefiero ser mi propia dueña de verdad, puestos a cambiar... mejor algo nuevo que me enriquezca y que me haga crecer, puestos a cambiar... miremos hacia delante y no insistamos en más de lo mismo.

Reformas laborales que parece que estimulan el despido, la destrucción de empleo. Recortes salariales que disminuyen la capacidad adquisitiva y por lo tanto paralizan el consumo... ¡no entiendo nada! 

Y, sin embargo, Marta (y yo) es optimista. De nuevo ante un reto, inaugurando una nueva etapa vital, otra aventura que hay que aprender a vivir con intensidad, ¡jamás quedarse encogida esperando a que pase la tormenta!... Salir al mundo y otear dónde están las nuevas oportunidades, analizar qué tenemos realmente diferencial en nuestra mochila y ofrecerlo sin miedo. Ataque madurescente superado.

Así que hace un mes, Marta ha decidido ponerse de “aprendiza” en el taller de un artesano cestero de los de toda la vida y reinventarse de arriba a abajo. Su objetivo a medio plazo es dedicarse a la enseñanza de la cestería y aprender lo suficiente como para encontrar nuevas aplicaciones y nuevos objetos realizados con mimbre, juncos, y todo tipo de cañas...

Esta conversación se inició por teléfono hace tres meses y continuó en un delicioso viaje a Cantabria durante una semana del ardiente mes de agosto de 2012.

Laura - Enciendo la grabadora, Marta, y de aquí a Santander iremos hablando de lo que ha sido nuestra conversación recurrente de los últimos tiempo “la Madurescencia”, nuestra revolución personal.

Marta -  ¡Buf!, salgo de una quincena muy estresante, he trabajado duro, no sabes cómo me apetecen estos días mirando el mar y a menos de 30 grados...
Estoy agotada psicológicamente, pero por otro lado estoy como una niña pequeña ante la expectativa del próximo otoño, ante la posibilidad de iniciar una nueva vida.  La verdad es que me da mucha tranquilidad el tener cubiertos los mínimos para sobrevivir y poderme dedicar a aprender de nuevo. Aprender no es fácil, reconvertirse no es fácil, pero lo veo tan claro... 

Ha sido un año espantoso, pero estoy saliendo a flote y con nuevas ilusiones. Quiero vivir al día y a la larga alternar unos meses en Barcelona con estancias en Los Angeles enseñando mi nuevo oficio. 

Es la única manera de seguir adelante con mi pareja sin que nos destroce la distancia y skype, convivencia alterna: esto es la modernidad.

Montar en LA un taller de mimbre para hispanos. Aquí las cosas no están como para montar un negocio, así que la idea es un par de meses allí y volver..., seguir aprendiendo y de nuevo a LA.

L-  En cuanto a salir del país, lo tengo claro. Yo también quiero alternar mi trabajo aquí, en España, con viajes a LatinoAmérica. Pero, Marta, es fantástico cómo olvidamos las malas experiencias. Tu último viaje a LA aún es reciente y no fue precisamente un éxito laboral.

M - No, no me olvido, lo que hago es replantearme mi proyecto vital, volver con una oferta original, diferente, no ir a ver qué me sale, sino volver con un producto artesano, no para venderlo, sino para enseñar a elaborarlo. Docencia, no producción. Y en cuanto a mi pareja, disfrutar del tiempo en el que podamos convivir sin más exigencias. Y me rindo con el tema del inglés: hay cosas para las que sí somos mayores. El mercado latino es suficientemente amplio, así que abandono el inglés, bueno igual me examino de tercero, pero me rindo, en serio.

L - Muy “madurescente”, pero es curioso, lo normal es enseñar algo a lo que has dedicado toda tu vida, no algo que aún tienes que aprender...


M - Quiero aprender este oficio y transmitirlo aquí y allá. En LA tengo dónde impartirlo, el estudio de mi pareja es enorme. Y en cuanto a la docencia es algo muy gratificante, sobre todo si enseñas a la gente a hacer cosas con las manos, es terapéutico, es relajante, cura la “madurescencia”. Es donde quiero ir a parar. Quiero apartarme del mundo de los negocios y de los proyectos de reforma. Alejarme del estrés que supone una obra: que si el carpintero se retrasa, que si hay que cambiar de marmolista, que si el encastre, que si el biselado, que si no llegan los electrodomésticos, que si hay que incrementar el presupuesto y renegociar con el cliente..., es un continuo baile, me provoca mucha ansiedad, mucho estrés. 
No te digo que si me entra una reforma no la coja, pero no quiero entrar en competencia, sufrir porque “fulanito” se lo hará más barato al cliente. Quiero trabajar por encargo y dedicar más horas a trabajar con las manos, a ser una artesana. 

L - Una de las cosas que está provocando la crisis es que encontrarás gente que se ha quedado en paro y que hace tu trabajo con mucha menos calidad a la mitad de precio y eso está pasando en todos los campos. 

M - Por esa razón he escogido un oficio que está en extinción. El mimbre lo trabajan cuatro. No quiero competir con nadie. Mi ilusión es esta: mis manos, mi autonomía, mi conocimiento, no necesito más. Pero ya me lo dice mi pareja: quieres ir muy rápido y el aprendizaje de un oficio es un proceso lento y trabajoso, esto no se aprende en dos días, no se aprende en cuatro meses. Son muchas horas, lo sé, por eso me he asegurado techo y supervivencia, para poderle dedicar todas las horas posibles este invierno. Con muy poco sobrevivo, la verdad, estoy acostumbrada a la austeridad. Y tengo casi todo el día por delante para trabajar e intentaré dedicarle el máximo posible. En teoría estoy bien organizada, pero con tensión, con un poco de miedo a lo desconocido.

L- Creo que te lo estás planteando muy bien. Con mucha energía e ilusión, pero con ese punto de miedo tan necesario para no fabricarte una nube improductiva, esa inquietud que te da la fuerza para seguir, para avanzar. Un actitud muy “madurescente” también.

M - En cuanto al aprendizaje tengo justamente el acicate de la edad, tengo menos tiempo que una persona joven, esa es mi ventaja para aprender rápido. Pero creo que he acertado en la elección, al margen de que me encanta el material. He visto anunciados talleres de pintura, cerámica,  cocina, dietética..., pero nada sobre cestería, al margen del chico de Toledo que te presenté. Pon que haya en Barcelona uno o dos artesanos cesteros y que además hagan talleres... eso no es nada, quepo, una más cabe. Y además me gustaría, cuando tenga la suficiente habilidad en las manos, comenzar con piezas más creativas, encontrar nuevos usos, incluso figuras artísticas.

Es un camino largo, desde que haga mi primer cesto hasta que pueda crear figuras interesantes puede pasar una década.

L -Esta es otra de las características de nuestra generación. Imagina a tu padre con nuestra edad y propónle que cambie de oficio, de vida, de mundo. A los cincuenta y... empieza de cero. 

M - Imposible, impensable. Ellos, nuestros padres, se planteaban el “retiro”, la jubilación... Yo me planteo llevar una vida sin estrés, más espiritual, más cerca de la naturaleza, no me planteo dejar de ser “productiva” sino una vida que esté más cerca de mi sensibilidad, que no es lo mismo que “retirarse”, sino que tiene que ver con por fin hacer lo que me apetece. Una vida más reposada.

L - Dicen que la “madurescencia” nos permite realizar sueños que quedaron por cumplirse en la primera adolescencia, que si decidimos romper con nuestra vida hasta entonces es para retomar un sueño que no pudimos realizar.

M - Es posible. Yo de pequeña era muy hábil con las manos. Mira que era gamberra... pues era la primera en acabar las “labores”  y era buena, muy buena, no pega verdad, pues cogía un trapito y ¡hacía unas vainicas...!!!!

L- Fíjate que en mi caso yo comencé mi vida laboral dando clases, de literatura entonces, y acabaré mi vida laboral dando clases, se cierra el círculo...

M - Me hace mucha ilusión entrar en el mundo de la docencia, Laura, tener mi propio taller, al que asista gente y verlos trabajar con las manos. Ese momento terapéutico: sal de tu mundo, relájate y entra en tu parte más interna, a eso me refiero cuando hablo de docencia.

Con el artesano, con mi maestro hay buen feeling, espero que todo vaya bien.

L - Y ¿cómo te ves dentro de 5 años?

M - Leí hace poco en  “La Contra” de La Vanguardia, no recuerdo a quien entrevistaban, creo que a un sociólogo, que nos va a tocar compartir muchas más cosa que hasta ahora.  Desde el coche, el piso, la oficina, el trabajo... tendremos que compartir mucho más para sobrevivir con el mismo nivel de vida que tenemos ahora. Es bueno, creo, es esperanzador. Por ejemplo, pensando en los planes que yo tengo, no trabajar para nadie, viajar, ir y venir de LA, sería un plan perfecto compartir la vivienda, y no sólo por un tema económico, también para mantener la casa viva. Claro que es difícil pensar en con quién compartir el espacio, deberían ser personas razonables, y es posible que no existan personas razonables, pero por lo menos con intereses similares. 

L - Me encanta la idea, volver a la comuna. Me imagino un enorme espacio compartido, para tu taller, para mis sesiones de formación, para compartir comidas y películas y luego cada uno, su propio espacio de intimidad. Lo difícil, encontrar los candidatos para nuestro “falansterio”. Servicios compartidos, lavadora, cocina pero lo más alejado posible a la idea de residencia que tiene que ver con la generación de nuestros padres. Me gusta más la idea de “comuna”, tiene más que ver con nuestra generación.

M - La diferencia es que nosotras estaremos en activo, tú y yo viajando y entrando y saliendo continuamente. Estoy pensando en un espacio donde trabajar y compartir no sólo la comida y la tele, compartir conocimiento, compartir proyectos,  “cocrear” con nuestros compañeros de generación.
Y además pienso en mi hijo, que quiere probar suerte fuera de España. Es importante ver que tiene proyecto y vida propia. Lo siento muy cercano a mí, pero tiene vida propia y eso también es importante para reorganizar mi vida. Tenemos que organizarnos de otra manera. La familia en el sentido tradicional no sirve para todo el mundo. Míranos a ti y a mí, viviremos otras formas de “convivir”, con toda seguridad, que nada tienen que ver con la familia.

Sería estupendo, un espacio cerca del mar, grande y espacioso, donde tener un huerto y un lugar de trabajo, donde poder vivir en paz.

De Barcelona a Santander, 20 de agosto de 2012





La Revolución Madurescente
Entrevista a Carmen Servat: Sólo por hoy

Conozco a Carmen desde hace muchos años, las dos estudiamos Filología y pasamos un estupendo verano en la Universidad de Salamanca realizando un curso sobre Literatura española contemporánea. Desde entonces, y como el Guadiana, nuestras vidas se cruzan de vez en cuando, y cuando eso sucede y aunque hayan pasado años, retomamos la conversación como si nos hubiéramos visto ayer mismo.
Nos vimos un domingo, en el Paseo Marítimo de Barcelona, una mañana luminosa de septiembre y mirando el mar nos pusimos al día y hablamos de todo lo humano y lo divino. Lo que sigue no es más que un resumen de seis intensas horas de conversación en la que apenas apartamos nuestra vista del Mediterráneo.

Laura: ¡Qué bien te ha sentado el verano! Tenía muchas ganas de verte, no puedes faltar en mi libro… Vamos a hablar de la “madurescencia”, ¿te parece?

Carmen: Ya sabes que te sigo a través de tu blog y me gusta mucho, es inspirador. Es cierto lo que dices, cada día que pasa estoy mejor, me siento mejor… Algo tiene que ver en esto que hace unos meses que asisto a unas sesiones de Reiki que han cambiado mi percepción de la vida. En los últimos años, había llegado a la conclusión que lo bueno era crearse pocas expectativas, no pedir demasiado a la vida, para no frustrarte, para conformarte con lo que la vida te da. Pero desde que asisto a Reiki he descubierto que el mundo funciona al revés de esto: Hay que pedir mucho y el universo te dará mucho, cuanto más pides, más recibes.

Laura: Decía Enrique Vila Matas que la vida es “escasa”…

Carmen: Me gusta mucho Vila Matas, es un enorme escritor que por fin está recibiendo el reconocimiento internacional que se merece. Pero, volviendo al Reiki, déjame que te enseñe el mensaje con el “mantra” que repito cada día. Son los GOKAIS, sencillos y profundos a la vez Llevo un Smartphone algo más moderno que el que llevaba la última vez que nos vimos, no lo sé utilizar demasiado bien, pero no sabes los mensajes que guardo aquí dentro…

Los recito en catalán cada día, los estoy interiorizando también en japonés, pero en castellano sería:

Sólo por hoy,
No te enfades
No te preocupes
Con agradecimiento
Trabájate intensamente,
Sé amable y respetuoso
Sé feliz y comparte la felicidad con los demás
Y en japonés es precioso:
Ikaruna-                             
Shinpai Suna -                  
Kansha Shite -                  
Gyo Wo Hageme -           
Hito Ni Shinsetsu Ni -                                                 

Es importante aprender a vivir  sólo el presente. Estamos las dos muy bien y nos va a ir muy bien en un futuro. 

Laura: ¿Sabes la cantidad de gente con la que me encuentro últimamente que ha dejado de tener despacho, que ha dejado de trabajar, que ha dejado la ciudad...?

Carmen: Vamos hacia un nuevo mundo, mucho más solidario, por suerte. En un post de tu blog, vi la película “El Cambio” en la que entrevistan al Dr. Wayne Dyer. Me encantó. Le envié el enlace a mi profesor de Reiki porque muchas de las cosas que explica la película me están pasando a mí últimamente. La vida es una gran sorpresa indescriptible, si te dejas llevar por ella sin miedo y con consciencia. 

Laura: Pues, ¿sabes la casa de “ejercicios espirituales” que aparece en la película? Me encantaría encontrar algo así, mirando al mar y montar un “falansterio”, una casa con la C de compartir, ese es el clima que me gustaría conseguir: personas independientes y autónomas que comparten espacios de trabajo y espacios de ocio, pero con espacios de independencia y soledad... y mirando al mar.

Carmen: Te entiendo perfectamente..., es una idea fantástica. Me encanta tu idea, ya me veo mirando el mar. Allí estaremos... Si queremos que nuestra vida cambie hemos de comenzar a hacer cosas diferentes, para conseguir sanar nuestras vidas y ahorrarnos las causas que provocan el sufrimiento en nuestra existencia. La vida es cambio y se ha de fluir, tener confianza en el universo, pedir con tres condiciones: como dice mi maestro de reiki
Deseo, creencia y expectativas. Hay que pedir al universo con deseo, creyendo lo que pides y esperándolo.

Laura: Uno empieza a recibir en el momento en que se siente “sanada”. Mientras me he sentido “herida” no hay manera..., no puedo “recibir” nada. He dedicado gran parte de mi vida a preocuparme de otros, a cuidar a otros..., y hasta que no he conseguido cerrar el pasado, porque el pasado no existe, hasta que sólo he contado con el presente...

Carmen:  Es que lo más difícil es cuidar de ti mismo. Y cada vez que recordamos algo, reconstruimos el pasado de nuevo, adaptándolo a lo que estamos viviendo en el presente con ingredientes nuevos. Es verdad: el pasado no existe. Todos somos muy diferentes y a la vez muy iguales. A todos nos suceden cosas similares. Pero hay gente que no se “cura” nunca. "Curarse” es una suerte. Y a vueltas con la “madurescencia”, leí hace tiempo en “La Contra” de La Vanguardia una entrevista a Gonzalo Rojas, el poeta chileno y en un momento dado dice: “Nadando en el oleaje de las pubertades cíclicas”. ¡Qué bonito y qué cierto!

Y cuando entras en uno de estos procesos, una de estas “oleadas”, marejadas y hasta tsunamis, rejuveneces de golpe, tienes de nuevo 18 años. El lenguaje lo explica mal, pero son pubertades cíclicas...

Laura: Sí y con todas las contradicciones y las dudas y el sufrimiento de la primera pubertad. Porque el objetivo es superar la “madurescencia”, salir del remolino, del oleaje bravo, llegar a la paz, la plenitud y la aceptación de uno mismo y que mirar el mar sea lo más importante del día.

Carmen: Sin falsa modestia, Laura, yo las he pasado canutas. He sufrido en parte por el entorno y en parte por mí misma, porque no sabía hacer otra cosa, asumo todo lo que me ha pasado, pero yo cada vez estoy más cerca de esa aceptación, esa paz. He comenzado ese camino de sanación. El peso de nuestra historia lo llevamos siempre, porque es muy difícil liberarte al cien por cien, pero es que en mi caso, el peso era tan grande y ahora es tan ligero, que casi no lo noto. 

Laura: Yo creo que aún tengo que “desaprender” muchas cosas, tengo aún muchos prejuicios, muchas rutinas aprendidas de las que es difícil deshacerse, demasiadas prevenciones..., demasiadas dependencias.

Carmen: Pero ¿esto lo ves malo? Es ese trabajo cotidiano con uno mismo, irse desprendiendo... Yo siempre te he admirado mucho. Lo que comentas son pequeñas tonterías, que sólo ves tú misma. Los demás no lo ven... Los demás vemos tu fuerza, el empuje, pero no ven las dudas, los temores.

Yo he sido una gran dependiente, una gran dependiente afectiva y de otras cosas. Para que te hagas una idea, tengo mi casa llena de recuerdos, no tiro nada. Pero ahora ya lo sé. 

Lo difícil, además de darse cuenta de algo, es aceptarlo... Esa “ceguera cognitiva”... Yo había mirado muy poco hacia dentro de mí, he mirado mucho y con atención hacia afuera, pero no porque no quisiera, no había sido consciente hasta el día que las circunstancias me llevaron a mirar hacia dentro. Me sorprendió todo: soy nueva para mí. Comprendí que, en ocasiones, es más cómodo mirar hacia fuera. Estar pendiente de un hijo, un hermano, unos padres, un trabajo, cualquier cosa... Hasta que te haces consciente de tus fragilidades, de tus miedos, en definitiva de ti. La fortaleza es un escenario, nadie es fuerte siempre. Es un mensaje importante que me hizo comprender alguien.

Laura: No acabo de entenderte, Carmen, yo soy por encima de todo “fuerte”, es una característica de mi carácter, lo que antes se llamaba “presencia de ánimo” soy capaz de aguantar carros y carretas, y lo he comprobado en repetidas ocasiones. Lo vivo como una ventaja de mi carácter, soy poco frágil y eso seguramente me hace poco flexible.

Carmen: Estás contraponiendo fortaleza a fragilidad, y se puede contraponer también a inseguridad. Tú me estás diciendo que eres insegura. Hay momentos en tu vida que por muy fuerte que seas te sientes insegura.Como te decía antes, todo depende del escenario en el que nos situamos. Decía Raimon Panikkar: “¿Por qué queremos ser más fuertes de lo que somos? Yo soy débil pero si tú me tiendes la mano, si confío en ti, seré fuerte".
Así que si hablamos de fortaleza en tu caso la contrapongo a inseguridad y en el mío a fragilidad. 

Creo que tú te conoces a ti misma bastante bien, no es mi caso, yo no me conozco bien, cada día aprendo algo sobre mí misma pero aún soy una gran desconocida para mí misma. Es lo que es, es así, me voy conociendo y quiero conocerme mejor, quiero avanzar y lo que me está sirviendo de mucho a medida que me voy conociendo es que me voy aceptando paso a paso, eso no quiere decir que no intente ser mejor, quiero ir a más, quiero conseguir mis ilusiones, mis metas, mis exigencias, pero paralelamente aceptándome. Porque la mayor parte de las personas tienen una lucha de ellos consigo mismos permanente, cuando a la persona que más has de querer y aceptar es a ti mismo, luego exigete, pero primero quiérete y acéptate. 

Laura: Fíjate que planteamientos tan diferentes nos hacemos a los que se hacían nuestras madres cuando tenían nuestra edad...

Carmen: Sí, y es una gran ventaja. Mi madre tiene ahora 90 años y está estupenda. El incremento de la esperanza de vida es un regalo y en el caso de nuestra generación una auténtica suerte, porque a pesar de nuestros más y nuestros menos, nuestras inseguridades, nuestros miedos, nuestras fragilidades, hemos podido mantener activo nuestro aprendizaje, gozamos de una buena salud sobre todo “cerebral” , porque somos más los que hemos estudiado, los que hemos ejercitado permanentemente nuestra inteligencia, lo importante es que somos conscientes y que nuestra reinvención actual madurescente es con consciencia de lo que estamos haciendo. La gran diferencia entre el momento presente y mis veinte años es que ahora todo es consciente y entonces no lo era, el mundo era mío y era incapaz de reflexionar. Yo no volvería para atrás, disfruto de la vida mucho más ahora que entonces, de una paella junto al mar, de una vieja amiga, es una gozada. Y esto nos diferencia también de nuestras madres que siempre dijeron que cualquier tiempo pasado fue mejor, que la mejor época de su vida era la primera juventud. A mí me encanta la edad que tengo. ¿Estás de acuerdo?

Laura: Por supuesto y además creo que es propio de nuestra generación. Hasta ahora, la juventud era una época de la vida envidiada, rodeada de un halo de excelencia y felicidad y aun quedan muchas personas que hacen de todo para perpetuarla artificialmente. Pero en general, mucha gente de nuestra generación está encantada con la vivencia de la madurez. Yo mi juventud, mi adolescencia, la regalo, no la volvería a pasar ni por todo el oro del mundo.

Carmen:  Yo tampoco volvería al autoritarismo de mi padre. Una gran persona, con valores esenciales, por ejemplo la honestidad y el esfuerzo, valores que me transmitió. Pero también recuerdo el miedo que me daba, nunca le gustaba nada de lo que yo hacía, siempre estaba en contra de mis ilusiones, de mis decisiones. Y yo sólo era una joven vital que quería vivir con intensidad. Ahora, por suerte después de un largo camino de luces y sombras, por fin he aprendido que yo soy mi propia dueña, hago lo que me da la gana, me pongo yo los límites y las metas. Y consigo más con "humildad", y comprensión, aceptándome, que "dándome excesiva caña". Lo importante no es no tropezar, sino levantarse enseguida,como me recordaba sabiamente mi psiquiatra. El que no hace nada, tampoco se cae nunca, hay que hacer, y si haces... te equivocas. Así que no pierdas el tiempo riñéndote, arriba y ¡adelante!

Laura: Creo que llevamos mucho tiempo ya, y hablo sobre todo en el mundo del trabajo, en el que se ha premiado lo gris, lo triste, lo quieto, inactivo, dócil, todos conocemos casos de gente que es capaz de pasar meses “sin pegar sello” y no pasa nada, al revés, acaban siendo promocionados porque nunca se enfrentan ni actúan, no son problemáticos, no buscan caminos diferentes... como quieres que vaya bien este país, cuando se premia lo gris y se aparta todo lo que actúa, toma partido, discrepa, inventa...

Carmen: Y otra cosa que observo hablando de este tema, hay grandes diferencias entre los hombres y las mujeres y hablo no de nosotras, hablo de las mujeres jóvenes: creo que el mundo es de ellas. Veo mucha más fuerza, resolución, empuje, determinación en las chicas jóvenes que en los chicos. Son luchadoras, valientes, trabajadoras, inteligentes y encima se encuentran en un momento en el que la mujer está consiguiendo igualarse en derechos a los hombres. Tú antes citabas a nuestras madres. Los cambios han sido acelerados y enormes. A nosotras nos han permitido reinventarnos en la “madurescencia”, algo que ellas no pudieron. Pero las jóvenes tienen una fuerza... La verdad es que las mujeres estamos muy bien... Aunque esta valoración, no significa ningún menosprecio a los hombres. Sigo pensando que lo inteligente es buscar nuestra complementariedad en la igualdad y la diferencia.

Laura: Estamos muy bien y a mí lo que justamente me preocupa en este momento es no dispersar la energía, estar concentrada, tengo buenas ideas, grandes proyectos...

Carmen: Déjame que te diga una cosa: Yo tuve una infancia, una adolescencia y una primera juventud muy cómoda y muy fáciles, con una gran ventaja además como era lista y mi coco funcionaba, era rebelde, en clase siempre era la que decía la última palabra, quizás el único problema serio que tuve fue, como te comentaba antes,  un padre dominante y autoritario, como otros muchos de su época, que me marcó y que me creó ciertos problemas psicológicos. Pero por lo demás, mi vida iba de cara..., me enamoré de un triunfador, me casé con él... todo iba de cara...  y sin darme cuenta, todo dio la vuelta de repente: se murió mi padre, me dejó mi marido, me encontré sola con un niño de un año y sin haber trabajado nunca... todo sin que yo pudiera hacer nada, yo era una niña. Todavía no había crecido en relación a mi edad biológica.

Pero ahora me está pasando lo contrario..., al principio da cierto miedo, pero ahora soy dueña de mi vida. Ahora ya no tengo miedo, he aprendido a vivir en sintonía con la vida. En una sola palabra: FLUIR. Sólo es valiente el que ha sentido miedo, el que no lo ha sentido, es un inconsciente, dice Giorgio Nardone. Yo he pasado mucho miedo. Estos últimos meses, ha sido una historia de liberación, de gran liberación, porque te salvan los demás pero te liberas tú... Yo he pasado muchas épocas de letargo, y cada época tiene un sitio en tu puzzle. Y sólo puedo reafirmarte, con cierto orgullo y mucha esperanza, que ahora estoy viva y consciente.




Entrevista a Miguel Angel Mira , arquitecto y fundador de JUBILARES de España

JUBILARES es Cohousing, Autonomía y dignidad en la madurescencia



Cayó en mis manos (ante mis ojos, mejor dicho, porque leo en pantallas) a través de Twitter, un artículo sobre una iniciativa singular: Jubilares. Un proyecto de Cohousing para crear cooperativas de cesión de uso de viviendas para mayores de 50 años que sintoniza totalmente con todo lo que vengo escribiendo sobre madurescencia.

Entré en el Blog de Milla, Mira y Navarro, arquitectos y me deslumbró el porqué habían escogido este nombre para el proyecto:

JUBILAR: Término inventado a partir del latín “iubilare” (gritar de alegría) y “lar” (hogar, dios que protege el hogar).

Parten del modelo escandinavo Andel de cooperativa de viviendas en las que los socios disfrutan de un derecho de uso indefinido con un alquiler blando. 

Contacté con Miguel Angel a través de Linkedin y mantuvimos esta conversación vía Skype, porque somos cincuentones modernos y “avant la lettre”.

Estuvimos charlando alrededor de una hora y su fe en el proyecto y su entusiasmo hizo que no hicieran falta preguntas, Miguel Angel fue hilando su discurso en “crescendo” hasta que me contagió su optimismo y pasé la tarde que siguió a la sesión de Skype navegando por Internet a la busca de información sobre COHOUSING.




Laura: Me gustaría que me explicaras cómo tropezasteis con la idea de “Jubilares”

Miguel AngelNuestro estudio de arquitectos se presentaba a todos los concursos de residencias de ancianos que surgían. Y ganamos uno en Andalucía, en Montequinto (Dos Hermanas). Y nos pusimos a investigar sobre las residencias de personas mayores que había en este país, modelos, estructuras, servicios...

El modelo de residencia en España trata a la persona mayor como consumidor pasivo y nosotros empezamos a pensar en un modelo que tuviera más que ver con los principios del envejecimiento activo. 

El comienzo de la crisis supuso que las empresas de creación de residencias, que son empresas constructoras, entraran en crisis y por más que nosotros les presentáramos proyectos con el nuevo modelo los rechazaban sistemáticamente. 

Nunca olvidaré que el 4 de mayo del 2011 vi en televisión la noticia de la creación de la cooperativa Trabensol que comenzaba su proyecto de “Centro Social de Convivencia para Mayores” en Torremocha del Jarama (Madrid)  que se inaugurará en 2013.

Encajaba con aquello de lo que habíamos hablado tantas veces entre amigos, el “Jubilómetro” lo llamábamos entonces, ese lugar donde convivir y compartir no sólo gastos... El incremento en la esperanza de vida que se ha producido hace pensar que muchos de nosotros llegaremos a la sesentena con padres de 90, muy mayores pero con relativa buena salud. La idea es compartir entre varios el cuidado de los padres, no ser una carga para mis hijos a la vez de cuidar de mis padres, cada uno en su casa con espacios compartidos.

Proyectos como el de la Residencia Santa Clara, en Málaga, del que una de sus promotoras, Aurora Moreno dice: "Hemos querido invertir en nuestro futuro. Se trataba de conseguir para nuestra vejez un lugar que fuese la prolongación de nuestra propia casa. Uno aquí decide venir. Nadie le arrastra ni le saca de donde vive. Aquí podemos seguir disfrutando al máximo de nuestra autonomía personal y, cuando nuestras condiciones empeoren, estaremos cuidados y atendidos sin depender del Estado ni de la familia. No queremos ser una carga para nadie".


Pero en todos los proyectos que descubríamos, encontrábamos errores, o bien en el diseño arquitectónico, o en el sistema asistencia, o de espacios comunes demasiado escasos...: no había “modelo”. Muchos grupos que aparecieron  han ido cayendo porque el punto de partida era: Vamos los amigos a jubilarnos juntos, y eso no es suficiente.

Así que nos pusimos  a buscar un “modelo”. Te recomiendo que consultes “Portal Mayores” www.imsersomayores.csic.es que tiene un fondo documental fantástico y ahí encuentro por primera vez el término “housekide” para referirse al Senior Cohousing que es como lo llamó Charles Durret que es el autor que primero y más ha escrito sobre este fenómeno.

Durret aprendió en Dinamarca qué es Cohousing (yo también estuve en Dinamarca del 89 al 91). Las cooperativas de viviendas ANDEL son habituales en Dinamarca y Durret tropieza con este tipo de barrio diseñado por sus propios habitantes. 
En Dinamarca se prohiben en el 87 las residencias de ancianos, desaparece el modelo institucional y aparece el modelo housing: diseño de vivienda adaptado y adaptable.
En 1995, un danés llamado Henry Nielsen, en colaboración con la asociación Objetivo Calidad de Vida, desarrolló un modelo integral para la creación de comunidades de cohousing para mayores, que reconocía las necesidades específicas de esas personas. Ese método enseñaba un modelo, un proyecto si se quiere, que guiaba a esos grupos de personas a navegar con éxito a través de un proceso que de otra manera resulta incierto.

El modelo de Nielsen está basado en el proceso participativo, y en él se incorporan detalladamente cuestiones de cooperación, de asistencia, consideraciones sobre el diseño, sobre el tamaño de la comunidad, y sobre los procesos de formación de grupos, entre muchas otras cosas. Una vez que los daneses comenzaron a usar el método Nielsen, la cantidad y calidad de las comunidades de cohousing para mayores aumentaron significativamente.

Actualmente tenemos dos tendencias diferentes que dependen del sistema de financiación: el danés en el que es la Administración quien se hace cargo de la construcción ofreciendo housing para mayores y el más general en el que es el usuario quien toma la iniciativa para construir un vivienda para mayores en cohousing.

En los años 90 aparecen los grupos que se plantean envejecer bien, tiene que ver con el incremento de la esperanza de vida y enseguida confirman que el camino más útil es hacer una vida activa, mantener la autogestión y hacerlo en grupo para crear vínculos entre las personas que les permitan vivir mejor, mantener su nivel de vida compartiendo gastos y servicios.

Desde el punto de vista inmobiliario no es un modelo promotor. Para ponerte un ejemplo, en mi caso nos pusimos de acuerdo 28 vecinos para comprar el edificio en el que vivía de alquiler a la que la inmobiliaria empezó a tener problemas.

En este país no tenemos cultura de trabajo en equipo, pero no hay nada que impida hacer cosas colectivamente que no sea cultural. Tenemos un problema educativo salvable, porque el trabajo en equipo se entrena y se aprende.

Tampoco se trata de construir la comuna que no tuvimos en la primera juventud. Cada uno tiene su casa y se comparten servicios.

Se trata de “empoderar” (traduzco así “empowerment”) a la gente. Alcanzar la autonomía que es la base de la dignidad.

Fíjate que la Ley de Dependencia de 2006 casi deja ya fuera a las residencia de mayores, porque es la Ley de Promoción de la Autonomía Personal.

Laura¿Cómo funciona la Asociación Jubilares?

Miguel Angel: En este momento somos 6 miembros, arquitectos, que ofrecemos nuestro modelo y nuestros servicios a través de la Fundación Pilares, cuyo lema es apoyar la dignidad a lo largo de la vida mediante la innovación, el conocimiento y la cooperación. Jubilares no tiene ánimo de lucro, nadie intenta sacarle las “perras” a la gente mayor que ya está harta de que se les vea como consumidores a los que hay que explotar, trabajamos por la asistencia integral centrada en la persona teniendo en cuenta que toda tu vida es “envejecimiento activo” y como decía Vargas Llosa en “La tía Julia y el escribidor” de Pedro Camacho, “era un hombre que había llegado a la flor de la edad, la cincuentena...”, nos queda muchísimo camino por delante.

Lo que más me impresionó de la cooperativa Trabensol que te he comentado, es la “salud” que les había provocado la actividad, lo orgullosos que estaban del trabajo realizado y de su proyecto.

Y es que lo importante de este tipo de iniciativas es el proporcionar a los mayores la “caña de pescar” la capacitación para diseñar su actividad. Fíjate, la mayoría de las ofertas  del Imserso, de Envejecimiento Activo, en general, son pasivas: te ofrezco algo para que te apuntes.

Imagina que en lugar de eso, el Imserso te propusiera: “traígase un grupo de amigos y yo les ayudo a montar su viaje”..., es otro planteamiento ¿no?

En la Fundación Pilares proponen: “venid aquí y decidnos qué queréis hacer, nosotros os ayudaremos.”

Laura: Y en España ¿está legislado el sistema de cooperativas de cohousing?

Miguel Angel: Las cooperativas de cesión de superficie o de cesión de uso están permitidas pero no tienen cobertura legal desarrollada. Por ejemplo, en Catalunya, está utilizando esta figura la asociación Sostre Cívic, que se dirigen preferentemente a primera vivienda de jóvenes.

La ventaja de estas fórmulas es que se pueden presentar a un Ayuntamiento como fórmulas de Servicio Social que el Ayuntamiento no puede cubrir, pactando la cesión de suelo a buen precio.

En cuanto al coste, piensa en todo lo que se puede abaratar no sólo la vivienda sino los servicios contratados. Son fórmulas antiespeculación, con el precio congelado y sólo incrementado el coste las reparaciones.

Las cooperativas de cohousing funcionan mejor cuanto más grande es lo “común” frente a lo “privado”, lo interesante es la competencia, la colaboración entre los miembros de la cooperativa.

Y piensa en el ahorro sanitario y social:

La mayoría de los recursos sociales para la dependencia se emplean en que las personas mayores no estén permanentemente solas, en “sacarlas a pasear”. Dejarían de ser necesarios ese tipo de servicios en espacios de cohousing donde además se va más allá del hacerse mutua compañía, porque suelen haber tareas e intereses comunes.

Por otro lado, muchos de los “mayores” no necesitan servicios sanitarios sino sociosanitarios que son mucho más baratos y preventivos: alimentación saludable, ejercicio...

Y si pensamos en la última etapa de la vida, uno no quiere morirse en un hospital, intubado, quiere morirse en casa tranquilamente. Muchos de nuestros mayores no están enfermos, se están muriendo, que no es lo mismo. Hospitalizar a un anciano además de poco digno, en la mayoría de los casos, es carísimo, utilizar los hospitales para la agonía de nuestros mayores es poco humano además de antieconómico.

Hace poco murió un amigo mío de 84 años, quería morir en casa y la familia se preguntaba cómo se hacía para morir en casa. Finalmente, mi amigo pasó 15 días en el hospital hasta fallecer, intubado, viendo a sus familiares a ratos, en un espacio desconocido y hostil y además costándole a la Seguridad Social un dineral.

En las cooperativas “jubilares” proponemos asistencia sin bata, con gente que resida allí mismo, voluntarios y familia. Estamos hablando de una comunidad de vecinos, no de una residencia y eso supone mantener un nivel alto de actividad.

Actualmente los mayores que deciden mudarse a una residencia piensan: “Ya que me voy de casa, me voy a un sitio en el que me lo hagan todo...” Esto no es envejecimiento activo, la actividad cotidiana es imprescindible para mantener la salud y si en tu casa pasabas el aspirador, tienes que seguir haciéndolo.

Se trata de una nueva etapa vital que inicias con una mudanza, como lo hiciste al casarte, o al tener hijos, te mudas varias veces en la vida y esta última mudanza coincide con una nueva etapa vital en la que necesitas más de los otros.

Cada grupo organiza su programa de servicios comunes según lo que les ha unido:

Familias que tienen alguien a quien cuidar: ancianos, disminuidos psíquicos, físicos.
Grupos de aficionados a algo.
Coworking pre y post jubilación.
Clubes...
se me ocurren un montón de grupos interesantes para probar la fórmula.

Hay cohousing generacional e intergeneracional, este último defendido por muchos autores por lo beneficioso del intercambio entre generaciones.

Laura: Y para poner en marcha un proyecto “JUBILAR” ¿qué tengo que hacer?

Miguel Angel: En la Fundación Pilares analizan primero la viabilidad del proyecto y te requerirán la existencia del grupo.

A partir de ahí organizan un taller de 10 sesiones separadas entre 2 o 3 semanas entre ellas para construir grupalmente el proyecto, abordar los aspectos legales, contables, de actividad, de convivencia, sanitarios, etc.

A partir de ese Taller 1, el grupo se constituye en cooperativa y comienzan las gestiones financieras.

Laura: Una buena alternativa para los “babyboomers” que buscamos formas de vida colaborativas, solidarias, activas e innovadoras. Gracias, Miguel Angel, seguro que volvemos a contactar.










Comentarios

Entradas populares