Ampliando (que no saliendo de) la zona de confort. Capítulo 8 de la historia de Dafne

"Llega un momento que es necesario abandonar las ropas usadas que ya tienen la forma de nuestro cuerpo y olvidar los caminos que nos llevan siempre a los mismos lugares. Es el momento de la travesía.Y, si no osamos emprenderla, nos habremos quedado para siempre al margen de nosotros mismos". Fernando Pessoa

Dora Maar 1934

Llegan los resultados de los análisis y Dafne vuelve al ambulatorio. No está Montse y la atiende un compañero suyo absolutamente agobiado porque además de sus pacientes debe atender a los de los dos médicos que están de baja... ¡Dichosos recortes! Despacha a Dafne en dos minutos exactos:Tienes una infección urinaria. Te tomarás este sobre una sola vez, intenta beber dos litros de agua al día y cuida tu higiene. Y eso es todo.

La casa se le cae encima, ¿y si le da algo? Nadie se enteraría. Si me muero, piensa, descubrirán mi cadáver por el olor que saldrá de esta casa... ¡Qué sola estoy, qué triste!

Jee Young Lee
Se le echa encima la noche y la encuentra dándole vueltas a todo lo vivido en las últimas semanas. Está visto, se dice, mi peor enemigo es la soledad. Recuerda que cuando sus hijos eran pequeños buscaba desesperadamente espacios, por breves que fueran, de soledad deseada, escasísimos momentos en los que estar a solas consigo misma.

Pero, este hondo vacío, este continuo parlotear de su vocecita interior en un reproche permanente... es ¡Insoportable!

A las cuatro de la madrugada, después de vueltas y más vueltas en la enorme cama de matrimonio de la que sólo ocupa una pequeñísima parte, llega la iluminación: lo ha visto mil veces en Internet, conoce a un montón de gente que se ha lanzado a ello... alquilará una habitación y así matará dos pájaros de un tiro: no se sentirá tan sola y tendrá unos pequeños ingresos ahora que se están reduciendo dramáticamente sus ahorros.

Alexis Persari

Se levanta decidida y energética, pasa la mañana en IKEA..., transformará la habitación de su hijo en una encantadora habitación de hotel de cinco estrellas.

Montar una habitación de IKEA es una tarea ardua y Dafne llaga a la noche exhausta pero satisfecha. Fotografía la habitación desde todos los ángulos posibles y se sienta frente al ordenador para insertar su anuncio en la web de moda para poner en alquiler una habitación.

Al día siguiente ya tiene tres mensajes en su correo de posibles inquilinos: tres hombres. Habla con los tres y se cita con ellos por separado para enseñarles la habitación.

A las cuatro de la tarde llega Miguel, el primero... La primera impresión no es buena, los hombros hundidos, la mirada huidiza, la ropa algo sucia... parece que esté huyendo de algo. Dafne piensa que no encaja con la habitación que ha preparado. Miguel le explica que es matemático, da clases en una escuela y acaba de separarse. Está buscando una habitación porque su sueldo no le da para pagar dos pisos: la hipoteca del piso donde han quedado su mujer y su hijo y otro piso para él. Comenta que es muy casero, apenas sale de casa. Le gusta pasarse horas y horas diseñando juegos para el ordenador que luego nadie compra pero que a él le apasionan, juegos de lógica y matemáticas. La separación ha alterado sus hábitos, él es muy meticuloso y rutinario... Dafne siente un cierto rechazo, no sabe muy bien por qué, pero le dice que le llamará cuando haya tomado una decisión, hay más personas interesadas y quiere verlas a todas. Miguel se va tan cabizbajo como llegó.

Tommy Ingberg
A las seis de la tarde llega Francisco, llámame Fran, por favor, le dice a Dafne nada más abrir la puerta. Pasa, Fran, y él avanza pasillo adelante sin esperar las indicaciones de la anfitriona... Se le ve decidido, pisa fuerte, enérgico, optimista, fuerte... Me encanta la habitación, le dice a Dafne al acabar el recorrido minucioso por toda la casa, tienes un gusto exquisito y estaré muy a gusto contigo. ¿Por qué buscas una habitación en lugar de un apartamento?, le pregunta Dafne.

¡Oh, se trata de algo transitorio! Acabo de llegar de Bilbao donde he residido dos años y quiero establecerme en Barcelona porque es una ciudad en plena ebullición, ja, ja... Soy conferenciante, consultor, he publicado varios libros sobre desarrollo personal..., autónomo y libre como el viento, ja, ja... Mientras busco un espacio definitivo para instalarme, creo que la opción de compartir la casa contigo es magnífica, ja, ja...

Tommy Ingberg
A Dafne no se le cae la sonrisa de la boca. Este hombre es un encantador de serpientes, piensa, pero la verdad es que transmite optimismo, parece que es él el que me está alquilando la habitación a mí, ja, ja...

Bien Fran, quiero entrevistarme con todos los que han respondido al anuncio. Te llamaré mañana por la tarde para comunicarte mi decisión. Pero Fran no ha dado por acabada la visita. ¿Me invitas a un café? le dice, no quisiera irme sin saber más de ti, ¿por qué alquilas habitaciones? ¿estás casada, tienes hijos..? En fin... cuéntame...ja, ja, ja...

Dafne no puede negarse y los dos se sientan en la mesita de la cocina. Fran no para de hablar, no le da ni un respiro a Dafne que empieza a inquietarse porque ha quedado con Arturo, el tercer candidato a las siete de la tarde... ¿Sabes?, sigue imparable Fran, nos han educado para ser esclavos, "empleados", para servir al "negocio" de otro, yo propongo liberarnos de las cadenas y reinventarnos, emprender nuestro propio camino, ser nuestros propios amos y luchar por aquello en lo que soñamos en la infancia... como Jasón debemos reclamar nuestro reino e ir en busca del Vellocino de Oro. Todos tenemos un héroe dentro y nuestra vida no es más que el eterno camino del héroe hasta volver a su hogar, a su esencia, sabiendo quién es... conociendo el porqué y el para qué de su existencia... De eso hablo en mis conferencias, ¿tu nombre era...?, -Dafne-, ¡ah, sí, Dafne!, nombre de triunfadora... y bla, bla bla..., imposible hacerle callar, imposible meter baza, pero lo que cuenta es... interesante.

Suena el timbre y finalmente Fran se despide al tiempo que llega Arturo, el tercer candidato.

Robert & Shana ParkeHarrison

Su aspecto es algo inquietante y además lleva consigo una bolsa como si ya pensara en instalarse esa misma tarde, pero su mirada es dulce y transmite paz. Dafne le enseña la habitación y Arturo le comenta: Es perfecta, luz y alegría, es lo que necesito. Mira, no voy a engañarte, acabo de salir de prisión, he estado dos años encerrado por un desfalco que hice al banco en el que trabajaba. Ya he cumplido, me gustaría tener la oportunidad de volver a comenzar. Por eso he cambiado de ciudad, aquí nadie me conoce y nadie sabe, excepto tú, mi historia. A mi edad no espero encontrar trabajo, pienso montar una gestoría para llevar las cuentas de pequeñas empresas y autónomos, liquidarles el IVA, hacerles la declaración de Renta, ya sabes, la pequeña contabilidad de cada día. Por eso te pido que me des un margen de un mes para empezar a pagar por la habitación. Ahora sólo tengo el peculio de la cárcel que apenas me dará para comer una semana.

Dafne está impresionada y desconcertada. Por un lado la historia la atemoriza pero piensa también que Arturo merece una segunda oportunidad. Mira, le dice, yo también te seré sincera, habéis contestado al anuncio tres personas, los tres podríais ser buenos inquilinos. Yo estoy buscando algo más que unos ingresos extra, estoy buscando a alguien con quien sea fácil convivir y que yo sienta que somos compatibles, que tenemos cosas en común. Déjame unos días para pensármelo, para decidir quién de los tres se acerca más a lo que estoy buscando...

Arturo coge su bolsa y se despide de Dafne. Quiero pensar, dice, que no tendrás en cuenta mis errores pasados. Gracias por haberme escuchado. Y se va dejando a Dafne en un mar de dudas y con la certeza de que cada ser humano esconde mil y una historias y un secreto que oculta celosamente y que es precisamente lo que condiciona su presente. ¿Qué hacer para llegar al fondo de alguien?¿Cómo ver más allá de la historia que cuenta, más allá de la ropa que viste, de la primera impresión que causa?

Al día siguiente Dafne llama por teléfono a Miguel, a Fran y a Arturo y les invita a comer a los tres. Pero lo que suceda en esa comida será material del siguiente capítulo.

Marek Piasecki

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