Internet=Negocio / Internet=Ocio: Nuevos hábitos del uso de Internet en el trabajo
Preparando las sesiones de la semana que viene, me quedo con la mirada fija en la pantalla reflexionando sobre las necesidades "digitales" reales del montón de empresas que he visitado este año y recordando lo que muchos profesionales me han comentado sobre el uso real de internet en sus organizaciones.
Si antes durante nuestra jornada laboral teníamos ante nuestros ojos el último informa, el último balance, la última revista interna, ahora pasamos nuestros días frente a pantallas que son sinónimo de actividad laboral, ya sea el ordenador, sinónimo de puesto de trabajo, mucho más que nuestra mesa, ya sea el móvil, sinónimo de contacto, de actividad relacional.
Si no estamos frente a una pantalla= OCIO.
Cada vez leemos menos (en el papel), cada vez escribimos menos (en el papel), en nuestros correos electrónicos cada vez hay más imágenes o vídeos, apenas aguantamos la publicidad en televisión, pero somos capaces de mirar durante horas anuncios en YouTube. Las descargas de música se hacen preferentemente desde YouTube, con imágenes, por supuesto.
Navegar por internet nos dispersa, nos desconcentra, nos aleja cada vez del objetivo de nuestra navegación.
Como dice Félix Ares, después de leer a Nicholas Carr
"Últimamente venía observando que cada vez me costaba más concentrarme en una tarea de larga duración. Me explico, siempre he sido un lector compulsivo y la lectura de una obra de 500 páginas no suele durarme más allá de dos o tres días; pero últimamente, cuando empezaba a leer una obra larga, al cabo de treinta o cuarenta páginas empezaban a entrarme ganas de ir al ordenador a algo. Por ejemplo, había leído que «en su jardín había rododendros» y me entraban unos deseos irresistibles de ir a Internet y en las imágenes de Google o de Bing buscar cómo es el aspecto del rododendro. Nada malo en sí, pero al hacerlo me alejaba de la lectura reposada profunda que era habitual en mí. Lo atribuí a la edad: «Me estoy haciendo viejo». Pero de repente ha caído en mis manos el libro de Nicholas Carr titulado «Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?» y he visto que no es un problema mío sino de todas las personas que utilizamos Internet con asiduidad. Para empezar, en las primeras páginas del libro, describe exactamente lo mismo que me pasa a mí, esa incapacidad de tirarse horas y horas leyendo sin sentir ninguna necesidad de consultar en Internet algo. Él lo atribuye a los hiperenlaces.
Al principio su postura parece radical. ¿No estará exagerando? Pero según se avanzan las páginas uno descubre uno de los mejores libros de divulgación sobre la historia de las «tecnologías del lenguaje» –escritura, imprenta, radio, televisión, Internet– que he leído nunca, mezclada con una de las mejores obras de divulgación sobre la plasticidad del cerebro. Lo que hacemos cambia nuestras conexiones cerebrales, y no cabe duda de que leer en una pantalla de ordenador y pinchar hiperenlaces crea conexiones neuronales que te animan a seguir hiperenlaces y si no los hay a irte a buscar la imagen del rododendro."
Cuando consultamos cualquier término, tema, marca o persona en Google y en nuestra pantalla aparecen cientos de miles, millones de resultados..., tiramos la toalla, nos damos por vencidos y abandonamos la búsqueda. La excusa es siempre la misma: "No disponemos de tiempo para seleccionar los mejores resultados".
Pocas, muy pocas organizaciones conocen las posibilidades de gestionar la información a través de Alertas y RSS. Y por lo tanto, pocas empresas utilizan de forma eficiente la información sobre su sector, mercado, competencia, clientes..., que hay en internet.
Muchas organizaciones se lanzan con entusiasmo a participar en las redes sociales, pero pocas dedican tiempo a escuchar lo que se dice en las redes. Es importante participar, pero hay que hacerlo con el lenguaje del cliente, observar qué hace el cliente en las redes sociales, cómo se mueve, qué le gusta, qué comparte y qué busca y sólo a partir de conocer bien el lenguaje del cliente podemos empezar a hablar...
En las organizaciones ya no es tan importante ser el mejor, el único que sabe de tal o cual tema... ahora hay que ser visible, conocido y reconocido, ser nodo de enlace entre diferentes departamentos o proyectos, ser difusor y cocreador de información. Cada vez es más importante la creación de la marca personal.
Se observa una tendencia a restar importancia a la presencialidad en el lugar de trabajo. Y digo "una tendencia" porque lo de "no irse a casa hasta que el jefe lo haga" o lo de volver a casa a las tantas porque "hemos tenido una reunión importantísima", siguen siendo costumbres hispanas de gran raingambre. Sin embargo, internet está contribuyendo de manera decisiva a que esa hispana costumbre empiece a mudar.
Este año he compartido alguna que otra charla con directivos de empresas de todo tipo y color y una conversación ha sido recurrente: CHINA, Asia en general, la necesidad de abrirse al mercado global... (Sigo dándole vueltas a abrir una academia de chino) Internet ha derribado las fronteras y el e-commerce es el mejor de los escenarios para el futuro de la empresa.
Cada vez más amigos, compañeros o conocidos salen del sistema: o bien a causa de una restructuración de la empresa o bien por decisión personal fruto de la crisis de la "midlife", madurescencia, como a mí me gusta llamar a esa crisis de la media edad. La solución para sobrevivir está en la reinvención personal y el autoempleo. Y una vez definida nuestra marca personal y nuestro valor diferencial, toca aliarse con los mejores y formar redes efímeras que ofrecen a las empresas soluciones externalizadas a proyectos, procesos o servicios que no tienen impacto sobre la masa salarial de la organización y que por ello serán cada vez más soluciones de contratación temporal más frecuentes.
REDES SOCIALES
Mientras escribo esto y, en paralelo, (una ya es multitasking total), voy añadiendo contactos a mi Google+ al que por fin me han invitado. La guerra entre Facebook y Google no ha hecho más que empezar, pero yo en todas las intervenciones que tengo, sea la empresa que sea, recomiendo estar sobre todo en LINKEDIN y con el perfil rellenado al 100% porque nadie sabe el futuro laboral que nos espera y lo que sí sabemos es que nuestra visibilidad en las redes profesionales será muy importante y por eso no hay día en el que no aporte mi pequeño granito de arena en TWITTER
TRABAJAMOS ANTE PANTALLAS
Si antes durante nuestra jornada laboral teníamos ante nuestros ojos el último informa, el último balance, la última revista interna, ahora pasamos nuestros días frente a pantallas que son sinónimo de actividad laboral, ya sea el ordenador, sinónimo de puesto de trabajo, mucho más que nuestra mesa, ya sea el móvil, sinónimo de contacto, de actividad relacional.
Si no estamos frente a una pantalla= OCIO.
DE LO LINEAL A LO AUDIOVISUAL
Cada vez leemos menos (en el papel), cada vez escribimos menos (en el papel), en nuestros correos electrónicos cada vez hay más imágenes o vídeos, apenas aguantamos la publicidad en televisión, pero somos capaces de mirar durante horas anuncios en YouTube. Las descargas de música se hacen preferentemente desde YouTube, con imágenes, por supuesto.
ZOMBIE SURFING
Navegar por internet nos dispersa, nos desconcentra, nos aleja cada vez del objetivo de nuestra navegación.
Como dice Félix Ares, después de leer a Nicholas Carr
"Últimamente venía observando que cada vez me costaba más concentrarme en una tarea de larga duración. Me explico, siempre he sido un lector compulsivo y la lectura de una obra de 500 páginas no suele durarme más allá de dos o tres días; pero últimamente, cuando empezaba a leer una obra larga, al cabo de treinta o cuarenta páginas empezaban a entrarme ganas de ir al ordenador a algo. Por ejemplo, había leído que «en su jardín había rododendros» y me entraban unos deseos irresistibles de ir a Internet y en las imágenes de Google o de Bing buscar cómo es el aspecto del rododendro. Nada malo en sí, pero al hacerlo me alejaba de la lectura reposada profunda que era habitual en mí. Lo atribuí a la edad: «Me estoy haciendo viejo». Pero de repente ha caído en mis manos el libro de Nicholas Carr titulado «Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?» y he visto que no es un problema mío sino de todas las personas que utilizamos Internet con asiduidad. Para empezar, en las primeras páginas del libro, describe exactamente lo mismo que me pasa a mí, esa incapacidad de tirarse horas y horas leyendo sin sentir ninguna necesidad de consultar en Internet algo. Él lo atribuye a los hiperenlaces.
Al principio su postura parece radical. ¿No estará exagerando? Pero según se avanzan las páginas uno descubre uno de los mejores libros de divulgación sobre la historia de las «tecnologías del lenguaje» –escritura, imprenta, radio, televisión, Internet– que he leído nunca, mezclada con una de las mejores obras de divulgación sobre la plasticidad del cerebro. Lo que hacemos cambia nuestras conexiones cerebrales, y no cabe duda de que leer en una pantalla de ordenador y pinchar hiperenlaces crea conexiones neuronales que te animan a seguir hiperenlaces y si no los hay a irte a buscar la imagen del rododendro."
INFOXICACIÓN
Cuando consultamos cualquier término, tema, marca o persona en Google y en nuestra pantalla aparecen cientos de miles, millones de resultados..., tiramos la toalla, nos damos por vencidos y abandonamos la búsqueda. La excusa es siempre la misma: "No disponemos de tiempo para seleccionar los mejores resultados".
Pocas, muy pocas organizaciones conocen las posibilidades de gestionar la información a través de Alertas y RSS. Y por lo tanto, pocas empresas utilizan de forma eficiente la información sobre su sector, mercado, competencia, clientes..., que hay en internet.
ESCUCHAR
Muchas organizaciones se lanzan con entusiasmo a participar en las redes sociales, pero pocas dedican tiempo a escuchar lo que se dice en las redes. Es importante participar, pero hay que hacerlo con el lenguaje del cliente, observar qué hace el cliente en las redes sociales, cómo se mueve, qué le gusta, qué comparte y qué busca y sólo a partir de conocer bien el lenguaje del cliente podemos empezar a hablar...
SER VISIBLE
En las organizaciones ya no es tan importante ser el mejor, el único que sabe de tal o cual tema... ahora hay que ser visible, conocido y reconocido, ser nodo de enlace entre diferentes departamentos o proyectos, ser difusor y cocreador de información. Cada vez es más importante la creación de la marca personal.
PRESENCIALIDAD
Se observa una tendencia a restar importancia a la presencialidad en el lugar de trabajo. Y digo "una tendencia" porque lo de "no irse a casa hasta que el jefe lo haga" o lo de volver a casa a las tantas porque "hemos tenido una reunión importantísima", siguen siendo costumbres hispanas de gran raingambre. Sin embargo, internet está contribuyendo de manera decisiva a que esa hispana costumbre empiece a mudar.
EL MERCADO ES GLOBAL
Este año he compartido alguna que otra charla con directivos de empresas de todo tipo y color y una conversación ha sido recurrente: CHINA, Asia en general, la necesidad de abrirse al mercado global... (Sigo dándole vueltas a abrir una academia de chino) Internet ha derribado las fronteras y el e-commerce es el mejor de los escenarios para el futuro de la empresa.
REDARQUÍA
Cada vez más amigos, compañeros o conocidos salen del sistema: o bien a causa de una restructuración de la empresa o bien por decisión personal fruto de la crisis de la "midlife", madurescencia, como a mí me gusta llamar a esa crisis de la media edad. La solución para sobrevivir está en la reinvención personal y el autoempleo. Y una vez definida nuestra marca personal y nuestro valor diferencial, toca aliarse con los mejores y formar redes efímeras que ofrecen a las empresas soluciones externalizadas a proyectos, procesos o servicios que no tienen impacto sobre la masa salarial de la organización y que por ello serán cada vez más soluciones de contratación temporal más frecuentes.
REDES SOCIALES
Mientras escribo esto y, en paralelo, (una ya es multitasking total), voy añadiendo contactos a mi Google+ al que por fin me han invitado. La guerra entre Facebook y Google no ha hecho más que empezar, pero yo en todas las intervenciones que tengo, sea la empresa que sea, recomiendo estar sobre todo en LINKEDIN y con el perfil rellenado al 100% porque nadie sabe el futuro laboral que nos espera y lo que sí sabemos es que nuestra visibilidad en las redes profesionales será muy importante y por eso no hay día en el que no aporte mi pequeño granito de arena en TWITTER
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